lunes, 17 de septiembre de 2012

De vuelta al pueblo (parte I)

Improvisadores, puede que hoy haya más de una entrada. Que se me acumula el trabajo y eso no puede ser.


13 Agosto:
9 de la mañana, suena el despertador. Hay que preparar las maletas: nos vamos al pueblo. Hace muchos años que no voy a la feria del pueblo, así que seguramente nada de lo que hacia me sirve ahora. No hacia lo mismo con 12 años que ahora. Por una parte me apetecía mucho, pero por otra estaba nerviosa en plan “Y que voy a hacer allí si no conozco a nadie ni nada”.
Os voy a explicar como se llega al pueblo por si algún día queréis visitarlo, que tiene una iglesia y un ayuntamiento del siglo XVI. La feria es del 10 al 15 de Agosto, por si os aburrís. Coges la carretera en dirección a Albacete. Una vez a la altura de Albacete te equivocas de salida y das una vuelta por la zona de obras, por echar un ojo. Por fin deberías encontrar la salida en dirección a Manzanares y lanzarte desesperado hacia ella. Tiras recto por los llanos, no tiene perdida, es todo recto. Los llanos tienen una carretera sin fin rodeada de campos dorados con algún árbol que quiere dar sombra alternando con algún cortijo abandonado o alguno arreglado. No se si por Castilla se llaman cortijos, pero es para que me entendáis. Tirando por los llanos veréis una casa con una pintada que dice “El Bonillo es una nación”. Vais bien. Veras una señal hacia el pueblo vecino, pues tiras hacia allí, pero con la carretera nueva lo rodeas y ya no hay que pasar por medio. Con este pueblo es una de esas relaciones entre vecinos con la que se pican pero nadie sabe porque. Por esta carretera rodeáis el pueblo y llegáis a la otra parte. Seguid recto. Veréis una casa con unos ojos pintados en las ventanas. Seguís un poco más recto y ya veréis a lo lejos el campanario. Se parece mucho al resto de pueblos de Castilla, así que cuidado no os confundáis.
Llegamos a casa a las 16:30 y como todos estaban durmiendo y el refrán dice que “Allá donde fueres haz lo que vieres”, pues elegimos habitación y a dormir. Realmente no hay que elegir habitación, todos tenemos la nuestra, es una forma de hablar. La tarde pasó sin pena ni gloria mientas yo ponía al día la libreta de viajes.
Llegó la noche y después de cenar nos acercamos a la plaza que había espectáculo. Vimos un trozo y luego nos fuimos a dar una vuelta por la feria. En este momento, las Señoras pueden dar fe, me dio un bajón brutal, no se porque. Puede que por dormir poco, puede que me recordara a cuando venia de pequeña y no me juntaba más que con mi hermana porque era entupidamente vergonzosa o quizás fue porque no conocía a nadie. El caso es  que de repente quería volver a casa. No me refiero a la casa del pueblo, me refiero a Valencia. Y encima esto me fastidió aun más porque me hacia ilusión volver a la feria aunque fuese solo con Nuria. En un puesto de la feria vi una pulsera de estas azules con ojos contra el mal de ojo. No se porque, pero la compré. Por si no lo sabéis, soy un poco supersticiosa, sobretodo cuando tengo mala suerte. Sí, también me gusta leer el horóscopo. Obviamente me la puse inmediatamente.
Al ratito nos encontramos con los primos de mi padre y nos sentamos a tomar algo con ellos. A las 12 empezaba la verbena. Mi padre se retiró, pero Nur y yo nos fuimos con mi madre y los primos de mi padre. Supongo que tampoco lo sabréis, pero a mi me gusta la música de las verbenas, esas canciones que ponen todos los años, que son atemporales y que conoce todo el mundo. Llegando ya a las 2, la prima de mi padre me arrastra hasta un grupo y me presenta (re-presenta, porque en realidad ya lo conocía, pero no me acordaba) a mi primo. En ese momento Nur decide irse a dormir y me deja allí sola, de acoplada. Mi primo me presenta a sus amigos y me “re-presenta” a 2 de mis primas. La verdad es que en realidad me costó “ná y menos” estar a gusto porque son muy simpáticos. En el descanso de la orquesta, estaba hablando con una de las que yo creía que era una amiga más y resultó que es una prima que yo no conocía. Qué cosas pasan oye…Sobre las 5 algunas se iban a casa y yo me fui con ellas porque al día siguiente mis padres querían ir a las lagunas de Ruidera.
4:45 de la noche. Meto la llave en la puerta. No abre. Vuelvo a intentarlo. No abre. Barajo las dos opciones: quedarme en la calle o despertar a mi padre. Lo sentí por él, pero así la próxima vez me dará una llave que abra.
La verdad es que me lo pase muy bien esa noche. Para que luego duden del poder de las pulseras. 
¡Sed Felices!

2 comentarios:

  1. Me gusta mucho como escribes! Este post es muy gracioso sigue así!

    :)

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    Respuestas
    1. Muchas gracias! Me has levantado la moral...y después del primer día de clase se agradece! :)

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