domingo, 12 de julio de 2015

Crónica de un conciertazo

Improvisadores, vengo con dos misiones. Una: daros un poquito de envidia. Dos: contaros mi concierto de Melendi haciendo que se cumpla la misión 1. Pero antes de empezar quiero aclarar que (como siempre digo) no soy experta en nada. ¿Qué quiere decir esto? Que hablo de música en nivel usuario, no experto. Lo mismo cuando hablo de libros o de cualquier otra cosa. Aclarado este punto. Allá vamos. 

Bien. Melendi... ¿Qué decir de él? Todo empezó cuando compré el CD "Sin noticias de Holanda" allá por el 2003. Que tenía yo nada más y nada menos que 12 añitos. Y aquí sigo a mis 24 tacos, fiel a un grande. ¿Por qué me gusta Melendi? Sinceramente, sabemos que no tiene una gran voz de esas que te quedas con cara de tonto y dices "ostras pedrín" (si es que alguien dice eso aún). No, pero tiene un arte para escribir que ya lo querrían muchos. Empezando por mi misma. Y os diré una de las cosas que más me gustan de él: su humildad. Es cercano a la gente, es agradecido y es abierto. Y eso es de valorar. Personalmente, una de las cosas que más me gustan de sus conciertos es cuando habla con nosotros, presentando las canciones y las situaciones haciendo que no vuelvas a escuchar la canción de la misma forma. Me encanta cuando interactua con nosotros. Y esa energía que tiene en el escenario... Hay canciones con las que consigue ponerte la piel de gallina y da igual si las has visto en concierto otras veces. 

Fuimos a su concierto el verano pasado y aún así este concierto lo he disfrutado igual. Me ha vuelto a poner la piel de gallina con "De repente desperté" y se ha llevado una más que merecida ovación con "Cierra los ojos". ¿Por qué? Si incluso él mismo dijo que no era la mejor canción para ovacionarlo. Pues te diré una cosa Ramón Melendi (improvisadores, nunca se sabe quién lee esto): sí lo es. Porque cualquiera que reconozca sus errores y los quiera aprovechar para ayudar a otros se merece una ovación. Y encima lo haces en todos y cada uno de tus conciertos llenos de gente joven e impresionable que te adora y haces que recapaciten sobre un tema tan espinoso como ese. Si eso no se merece una ovación, que venga Dios y lo vea. 

A los que no conozcáis a Melendi, os recomiendo escucharlo pero tenéis que ir a un concierto. Son conciertos con un abanico de edad amplísimo. ¿Por qué? Porque sigue conquistando corazones. Ya os he dicho que compré el primer CD en el 2003 a los 12 años. El año pasado llevamos a mi prima a su primer concierto, uno de Melendi, con 13 años. Lo que yo os diga, conquista corazones. ¡Tiene conquistada hasta a mi madre! En serio, tenéis que ir a un concierto, no os defraudará y saltareis, cantareis y disfrutareis como niños y os prometo que saldréis más felices que al entrar. 

Antes de acabar: mamá, menos mal que esta vez no has venido, tu chico (así lo llama ella con tono maternal cuando sale en la tele) llevaba las mangas subidas y se le veían los tatuajes y eso a ti... no. 

Improvisadores, id de concierto, salid, disfrutad y ¡compartidlo!

¡Sed Felices!

jueves, 9 de julio de 2015

De como hacer épico un viaje a Benidorm

Improvisadores, supongo que todos los que vivís en España estaréis pasándolas canutas con el calor que hace. Pues bien, el domingo 5 de julio me fui a Terra Mítica a pesar del calor. ¿Por qué? Pues porque a mis amigos y a mi no nos llega bastante oxígeno al cerebro. Y a las pruebas me remito. 

Salgo de mi casa a las 7:40 de un domingo (como lo leéis) para ir a recoger a Gem y a Martín para poner rumbo a Benidorm. Que para las personas normales no cuesta mucho hacer ese recorrido, pero ¿cuándo he dicho que yo sea normal? Con la intención de evitar peajes ponemos rumbo a Alicante por la A7. Porque yo soy un poco lerda y no sé que la N-332 se coge en el primer tramo de la AP7. Total, que allá vamos, todo normal. Llegados a un punto, no se cual es exactamente, vemos una señal que pone "Gandia" y mis dos acompañantes, casi tan listos como yo, me dicen: oye, ¿y si vamos hacia Gandia? Está en la costa y Benidorm también. Ante ese argumento no pude decir que no. Y aquí empezó la odisea. Siguiendo la indicación de Gandia nos plantamos ni más ni menos que en La Font de la figuera. Y me vino a la mente mi padre diciéndome "Si llegas a la Font de la figuera da la vuelta que os vais a Albacete" a lo que yo le dije "papá, no somos tan imbéciles". Pues aparentemente sí lo somos. 

Llegados a este punto ya no había vuelta atrás, o igual sí, pero chicos... valor y al toro. Así que seguimos por aquella carretera nacional tan bonita haciendo un poquito de turismo. Qué bonita la terreta y que poco la visitamos. El caso es que después de casi morir del asco detrás de una furgoneta que iba a una media de 70 km/h y a 20 Km/h si era en una curva, llegamos a Ontinyent. Vale, estamos en Ontinyent que está situado en algún punto de la geografía. (Nota mental: repasar la geografía básica). ¿No os pasa que podríais ubicar perfectamente ciudades y pueblos a los que no habéis ido o a los que habéis ido una vez pero no podríais ubicar en el mapa los pueblos y ciudades más cercanos a vosotros? Yo tengo un sentido de la orientación pésimo, para ir a casa de Gem voy siempre por el mismo camino, e incluso por el mismo carril. Si me despisto creo que acabo en China. 

En fin, seguimos con la historia. Estamos en Ontinyent y como no vemos señal alguna de Gandia decidimos cruzar Ontinyent, ¿por qué no? Seguimos, seguimos y os juro que no sé como acabamos en dirección a Alcoi. Y digo: vale, guay, en google ponía que por aquí también se puede ir. A eso de las 10 llegamos a la altura de Alcoi (para que os hagáis una idea habíamos quedado a las 10 en Terra Mítica, no iba a pasar) y me dicen mis dos cerebros acompañantes: mira, coge esta carretera que es más recto hasta Benidorm que dar toda la vuelta que dice Google. Total, que haciendo caso omiso a Google (craso error) cogemos la CV-70. ¿Sabéis que es la CV-70? Un maldito puerto de montaña. ¿Sabéis cuantos años tiene el coche? 18. Pues sí amigos míos, subí el puerto en tercera, gasté gasolina como para parar un tren, además coincidimos con un pelotón ciclista y a Dios pongo por testigo que pensé que el coche diría "Hasta aquí, colega". Pero no. Llegamos a Benidorm. Y además llegamos a la vez que Thais y Alejo lo cual quiere decir que no hay mal que por bien no venga, porque imaginaos esperar allí una hora...

Por fin todos juntos y después de que me diesen una camiseta por mi cumple (que dice "Sorry, I'm a blogger") pusimos rumbo a la taquilla. Después de una negociación de descuentos que no entendí, entramos al parque. A mi me costaba mucho subirme a las atracciones, después ya me hice mayor y no me daba miedo, pero hay una con la que no puedo: los troncos. ¿Sabéis de cual os hablo? No puedo con ella, no me siento sujeta, me da muchísimo miedo. ¿Pues en que atracción quisieron subir primero? Efectivamente. No sabéis lo taquicardica que estaba. Así que me subí pero solo porque Gem me sujetaba. Sino a santo de qué. Total, que pasado el primer susto y con la adrenalina ya pr las nubes eramos imparables. Pasamos toda la mañana de atracción en atracción dejándonos neuronas en una por los golpes en la cabeza y parte de la espalda en otra por la brutalidad del cine 5D. Total, después de comer retomamos la rutina de las atracciones y pasamos a la otra parte del parque. Esa parte fue... el paraíso. Allí nos subimos 5 veces en los rápidos. No había cola, no había nadie. Era la puñetera gloria. Además nos bañamos en la piscina que después de todo el día a lo menos 40 grados a la sombra no sabéis lo que se agradece. Merendamos, me hicieron entrar en la pirámide del terror. Prefiero subir veinte veces en los troncos que volver a entrar en ese infierno. 

Total, que a las 7 decidimos desplegar velas y poner rumbo a casa. Pero no podía ser fácil. Cogimos la N-332 (esta vez sí) y acabamos atascados en Oliva, en Favara y en Cullera. Mi pregunta es: si tienes un audi o un mercedes porqué no pagas el peaje y dejas que los parados circulemos con tranquilidad por una nacional llena de clubs y tiendas de cerámica? Es atascar por atascar. Total, que tres horas después, llegábamos a Valencia. Sí amigos míos, tres horas de ida y tres de vuelta Valencia - Benidorm. Por un poco más nos vamos a Port Aventura. 

Y estas son mis pruebas para demostrar que ni mis amigos ni yo somos muy normales pero que es mejor porque sino no tendríamos nada interesante que contar. 

¡Sed Felices! Y bebed mucha agua que el calor este es mortal.