domingo, 28 de noviembre de 2021

Curiosidades de Pompeya

Improvisadores, vengo a contaros algunas curiosidades extras de Pompeya. Tenéis la visita general en la entrada del viaje de primas parte 2.

Imaginaos como debía ser Pompeya. Una ciudad que, según el guía, tenía 150 hectáreas (solo han excavado una parte, 66 si no recuerdo mal). Los datos sobre la ciudad son un poco variados si miráis por ahí, así que voy tirando de memoria del guía. Vivian 22.000 personas en el momento de la erupción solo en la ciudad de Pompeya. Destino vacacional de los romanos ricos. Ciudad que nació pagana y murió pagana pues no llegó a vivir la conversión del Imperio al cristianismo y, gracias a eso, podemos ver en las casas los altares y la devoción a los dioses romanos.

Aunque la ciudad es la más famosa por quedar sepultada por las cenizas del volcán, la erupción del Vesubio no fue tan grande comparada con otras en la historia. Pero si fue la primera erupción descrita por testigos de primera mano. Hablo de Plinio el Joven quien a sus 17 años vivía en Miseno. Plinio sobrevivió a la erupción y llegaría a ser consejero de Trajano. Gracias a él y a los restos se sabe que no llegaron a Pompeya ni lava ni fuego, fueron las cenizas las que sepultaron la ciudad. Y la nube de gases volcánicos la que produjo la muerte de 2.000 personas de las 22.000 que vivían en aquel momento en la ciudad. Por eso los cuerpos encontrados están muchos en posiciones fetales o retorcidas, al parecer (no soy ninguna experta) la intoxicación por estos gases produce contracciones musculares. El Vesubio avisó, como todos los volcanes antes de la erupción. ¿Por qué no se fueron? Porque los terremotos no eran tan raros. En el año 62 había habido ya uno fuerte. De hecho, el Vesubio sigue activo y la última erupción fue en 1944.

Otro dato curioso, si Pompeya recibió las cenizas ¿Dónde fue la lava? A Herculano. Mientras esta ciudad si sufrió el paso de la lava, Pompeya quedó enterrada bajo 6-7 metros de ceniza volcánica. Gracias a esto se conservaron en tan buenas condiciones los restos de la ciudad (según nuestro guía).

Pompeya está dividida en 9 regiones, por facilitar los planos y la localización. Estas regiones se dividen en ínsulas (manzanas). La casa de la que vengo a hablaros está en la Regio VI, Ínsula 12, casas 1-8. Ella solita es una manzana completa. Hoy en día está en la Vía della Fortuna, que en su momento fue una de las calles principales de Pompeya al conectar el foro con la Puerta Nola.

Os hablo de la famosa Casa del Fauno del siglo II a.C. Era una casa de Pompeya, pero lo más impresionante es que tenía 2970 metros cuadrados. Que se dice rápido. ¿La conocíais? La casa fue ampliada y reconstruida tras el terremoto del año 62. Enterrada por las cenizas en el año 79. Descubierta en 1830. Bombardeada en 1943. Y hoy en día es visitada por 2.5 millones de turistas al año. La casa recibe el nombre por una estatua que, posteriormente, se dijo que era un sátiro. Pero cámbiale tu ahora el nombre a la casa. La estatuilla es considerada la de mayor calidad y mejor conservación de toda Pompeya. No hay nada que esta super Domus romana no tenga. Debió ser famosa en la época en que la habitaron y sigue siéndolo hoy en día.

Y por supuesto... el mosaico de Issos. Que lo ha visto en clase millones de veces. Os dejaré foto en Instagram, como siempre. Este mosaico representa la Batalla de Issos del 333 a.C entre Alejandro Magno y Darío III de Persia. ¿Por qué esta este mosaico en una domus romana? Según deducen, algún antepasado del propietario debía ser de origen macedonio. Esta hecho de teselas de menos de 4mm. Y tiene mérito porque el mosaico mide 5.50x3.20 metros. Calculan que se utilizaron un millón y medio de teselas. Y me quejaba yo de las clases de plástica cuando tocaba hacer puntillismo.

Aquí os dejo, así por encima, un poco sobre Pompeya, porqué tenia tantas ganas de ir y un poquito sobre la Casa del Fauno que tanto llama la atención. ¡Espero que os haya gustado!

¡Sed Felices! 

domingo, 21 de noviembre de 2021

Viaje de Primas: Costa Amalfitana y vuelta a casa (P.3 y última)

Improvisadores, llegamos al último día en Italia. 27 de octubre.

Habíamos decidido visitar la costa amalfitana. Por si no la conocéis, los pueblos fueron declarados Patrimonio de la Humanidad en 1997 y la República Amalfitana fue una de las muchas que dominó el Mediterráneo allá por el siglo XII. 

Así que no podíamos perdérnosla. Y como teníamos coche… para qué ir en autobús. Así que allá que nos fuimos. Nos lanzamos por una carretera de costa con todas sus curvas y todos sus conductores italianos y autobuses. Pero qué preciosa es. Os dejaré fotos por Instagram.

Teníamos 1h o así desde Salerno a Positano. No íbamos a parar en todos los pueblos porque uno de los problemas es el espacio para aparcar. El plan original era ir hasta Positano que estaba más lejos e ir volviendo hasta Vietri sul Mare, comer allí y ya a Salerno. ¿Problema? Somos muy lentas y entre que nos levantamos y salíamos de casa… llegamos a Positano sobre la 1 del medio día. Acabamos aparcando en zona azul que nos costó 6€. Ir en autobús hubiesen sido 10€ cada una, por si necesitáis la referencia.

Aparcamos y… bueno, ¿conocéis Positano? Por si no la conocéis…. No tiene ni una calle plana. Está más inclinada que la torre de Pisa. Así que bajamos los 2 millones de escaleras hasta llegar al Duomo. No pudimos entrar porque estaba cerrado. Así que dimos una vuelta (más escaleras), vimos las vistas (más escaleras). Y decidimos volver hacia el coche (más escaleras). Una vez arriba ya habíamos decidido que no parábamos en más pueblos inclinados. Que visto un pueblo mediterráneo vistos todos. Y sobra decir que decidimos eso con el hígado en la boca.

Paramos en el primer restaurante que vimos que no parecía que fuese a costarnos un riñón, no podíamos perder más órganos. Comimos en “Mediterraneo”. El dueño muy simpático, un poco engatusador como todos por allí. No sabemos porque se sorprendían de que condujésemos nosotras. “¿Pero vais solas? No hombre, vamos las 4 juntas. Que bonito, un viaje de 4 hermanas”. Pero la comida buenísima. Y eso que yo me había dejado mis pastillas de la lactosa en el coche y mi gnocchi iban sin mozzarella. Pedimos solos los 4 principales y mucha agua. Por las malditas escaleras. Y salimos si no recuerdo mal a 21€ por persona.

Cuando recuperamos la fuerza en las piernas volvimos al coche. Esta vez le tocaba a Nuria encararse con los autobuses, amos y señores de las curvas estrechas. Y llegamos a Amalfi. Así si se hace. Una ciudad plana. Que pueda llegar al duomo sin morirme. Aunque había escaleras para subir al duomo. No entramos, porque realmente lo bonito de estas iglesias son los colores de fuera. La playa, preciosa. Hicimos fotos, porque era bonito y como prueba de vida de que estábamos vivas. Y volvimos a Salerno. Tocaba hacer las maletas.

Llegamos a Salerno sobre las 5 o así. Y quiero que quede constancia de que le dijimos al del aparcamiento: hoy sobre las 21h vendremos a por el coche que nos tenemos que ir. Aquel aparcamiento donde dijeron el primer día que cerraban a las 22h. Ellas 3 se fueron a por crepes para merendar porque habíamos subido muchas escaleras y nos los merecíamos. Yo me fui al piso de mi prima a conectarme a una charla online. Hay que ser responsable. Sobre las 20h nos fuimos a cenar a Il Duca. Pedimos unos entrantes típicos de allí, pulpo en salsa y habas con sepia o algo así (no me gustan ninguna de las dos cosas y estaba bueno) y pizzas. Yo quería probar la pizza frita, por irme de allí con el ciclo completo. Sin más. Hasta un poco salada. Pero las otras pizzas espectaculares. Además, el dueño nos las sirvió ya cortadas y repartidas en platos para compartir entre las cuatro.

Aquí empieza la aventura. Estamos cenando, de charla, la ultima noche las cuatro juntas. Y se me ocurre preguntar qué hora era. Las 21.10h. Estupendo todo. Pagamos corriendo. A por las maletas y corriendo a por el coche. Que nos sentó la cena mal a todas de las prisas. Llegamos al aparcamiento a las 21.30h. Imaginaos nuestra cara cuando llegamos y está cerrado. La puerta, la verja, todo. Cerrado. El coche dentro. Nosotras fuera. El aeropuerto en Roma. Llama mi prima a un número de teléfono que hay en la puerta. Mi prima lleva un mes allí y habla más inglés que italiano. El señor del aparcamiento solo habla italiano. Y el hombre: tenéis pagado hasta el 28. Y yo: que da igual, que te lo regalo. Y buscando en el traductor como se decía “necesitamos el coche con urgencia, nos han cambiado el vuelo”. Y mi prima que solo decía: “urgente, aeroporto, aeroporto di Roma”. Mi otra prima buscando cómo se decía “nos dijisteis que cerrabais a las 22h”. Y mi hermana riéndose. Porque ella es así. El hombre se cansa de nosotras y dice que llamemos al otro número. Misma conversación. “Le ragazze del cinquecento?” si hombre, las del Fiat 500, si sabes quienes somos. Y ¿Por qué lo sabes? Porque te hemos dicho que vendríamos.

El hombre debía vivir cerca, porque mientras intentábamos volver a explicarle todo, la verja se abrió sola. Y bajamos todas corriendo. El hombre explicándonos en italiano dónde tenia las llaves de nuestro coche guardadas. Y mi prima diciéndole “vale, pero uscita, ¡uscita!” porque si, estábamos dentro, pero si no abría también la barrera no salíamos. Y la barrera se abrió sola. Y nosotras mirando hacia los edificios gritando “¡grazie mille!”. Y mi prima con el teléfono en la mano diciendo que el señor se estaba riendo.

A las 22h salíamos del aparcamiento riéndonos nosotras. Nos reíamos porque teníamos el coche, porque hubo 30 min de drama. Teníamos el sistema de vuelta mejor organizado que el de ida. 1h y media de conducción cada una, aproximadamente. La que conduce luego pasa a copiloto y la copiloto a descansar detrás y la de detrás a conducir. Empecé conduciendo yo. 2h, porque era pronto, no tenia sueño. Y porque tampoco os creáis que encontramos donde parar. Porque igual lo de parar en mitad de la nada de madrugada fue un error que cometimos a la ida que no hacia falta volver a cometer. A las 3 de la mañana aparcábamos en el aeropuerto de Roma. Y nos dormimos 1h dentro del coche. Os prometo que fue la hora que más descansamos. Porque realmente en la parte de detrás de un coche en marcha tampoco descansas. Hay baches, paradas, luces, música.

A las 4 nos fuimos hacia el aeropuerto, no había que facturar, pero con el COVID dijeron que había que estar antes. Llegamos y había una señora comprobando el green pass…. Con los ojos. No conocía a nadie que fuera capaz de escanear códigos QR con los ojos, pero oye, nunca te volverás a casa sin descubrir una cosa más. Pasamos el control más laxo de la historia de mis vuelos. Teníamos líquidos en la maleta, la Tablet... nada, no sacamos nada. Nos fuimos a la puerta de embarque y nos sentamos a esperar. A las 7 despegábamos y a las 9 de la mañana de 28 de octubre ya estábamos en Valencia. Nos recogió el novio de la prima y para casa. A desayunar al horno unas tostadas con tomate como toca.

Os diría que me acosté y dormí hasta el día siguiente, pero estaría mintiendo. Me cambié de ropa y me fui con mi abuela al cementerio. Porque la semana de todos los santos toca ruta. Y al día siguiente nos fuimos a otro. Y por la tarde del viernes 29 me volví a ir a Fira de Onda. Quien diga que no se puede salir de fiesta, sobrevivir a base de siestas mal echadas, viajar y volver a salir… se equivoca.

Como siempre, espero que os hayan gustado nuestras aventurillas. Os he ido dejando en Instagram reels de cada día e iré compartiendo fotos.

¡Sed Felices!

 

domingo, 14 de noviembre de 2021

Viaje de Primas: Pompeya y pizza (P.2).

Improvisadores, seguimos con el viaje por Italia.

El segundo día estábamos un poco más recuperadas que en el primero… no es difícil tampoco. Suena la alarma a las 8h. Toca prepararse y preparar bocadillos, que nos vamos de excursión. Nos vamos a Pompeya, pero tenemos la visita guiada a las 13.45h.

Para hacer tiempo nos fuimos a ver los Jardines de Minerva. Son bonitos, pero también son para echar un rato leyendo la información. La única epga que le veo es que los carteles están en italiano todos. Son unos jardines dedicados a las plantas y su aplicación a la medicina desde tiempos inmemoriales. La verdad que también son un mirador precioso y, si no me equivoco, la entrada de adulto son 3€. 

Una vez acabamos nos fuimos a por el coche para poner rumbo a Pompeya. ¿Os he dicho que los italianos están locos al volante? Como diría Obélix, están locos estos romanos. Así que nos lanzamos a la carretera y una hora después llegamos a Pompeya sanas y salvas. Aparcamos en un sitio que nos indicó quien creíamos que era un gorrilla, pero desapareció antes de darle nada y no aparcó ningún coche más. Pero bueno, en la mismísima puerta eh. Comimos (pronto, la verdad, no era ni la una). El bocadillo era tortilla francesa con jamón, pero el jamón italiano no está como el jamón serrano. Tiene un no sé qué que qué se yo que… no es igual.

Luego nos fuimos a comprar chorraditas de recuerdo y mi prima se hizo amiga de un vendedor a base de regatearle. Todos flipaban con lo de 4 hermanas (como si en Italia no hubiese familias con muchos hijos). Mirad si se acordaban de que al salir de Pompeya pasamos por allí y aun dijo una a su compañero que éramos le ragazze spagnole. Sí señora, no se equivoca usted.

Pero hablemos de Pompeya. También para entrar es necesario el Green Pass. Sí, aunque sea al aire libre. El yacimiento es inmenso. No sé si el guía dijo que 66 hectáreas. 660.000 metros cuadrados. Lo primero que nos dijo es que para verla entera hacían falta varios días. Así que ya con tranquilidad. Caminamos 2h sin parar y no vimos casi nada. Pero estábamos avisadas. Mi hermana es la segunda vez que va y dice que ha visto cosas que no vio la otra vez. Así que si vais a Pompeya no digáis que no os he avisado.

Me gustó mucho Pompeya y tenía muchas ganas de ir, no os voy a mentir. Pero me pareció mucho más bonito y disfrutable Paestum. El problema de Pompeya no es que sea más turístico, que también. Ni que esté lleno de gente, que también. El problema es que es tan inmenso que me resultó imposible hacerme una imagen mental de cómo era. Era caminar por calles entre edificios sin poder hacerme esa idea. Y a mi eso es lo que me gusta de estas visitas. Pensar cómo era, como vivirían. Bueno, en el caso de Pompeya como morirían. Nos dijo el guía que murieron 2.000 personas de las 22.000 que vivían allí. Aun así, volvería a ir y me parece una visita muy muy recomendable. Gracias a la ceniza y a que no fue quemada es una muestra única de ciudad greco – romana. Y con un detalle que repitió mucho el guía. A diferencia de otras ciudades romanas, Pompeya desaparece en el año 79, nació pagana y murió pagana. Así que todo lo que se encuentra en ella en el ámbito religioso esta puramente original sin mezclas con el cristianismo.

Salimos de Pompeya y como no habíamos tenido bastante y aun sentíamos un poco las piernas, volvimos a Paestum, pero esta vez a ver el museo. Aquí esta la tumba del nadador encontrada en 1968 que parece ser de las pocas o la única pintura de la época con una representación humana que ha sobrevivido íntegra.

De aquí nos volvimos a Salerno y esta vez tocaba pizza. Así que nos fuimos a la pizzería Spicchio. No he encontrado su Instagram, pero os la recomiendo muchísimo. Las pizzas estaban increíbles, el dueño majísimo y el precio fenomenal. Os dejaré fotos.

La verdad es que fue un día intenso. Pompeya fue abrumadora, la pizza estaba de locura. Y además nos echamos unas risas las primas juntas intentando no morir al volante. He intentado resumirlo todo en un reels, pero no ha sido fácil.

¿Seguimos en la siguiente entrada? ¡Nos vemos!

¡Sed felices!

domingo, 7 de noviembre de 2021

Viaje de Primas: llegando a Salerno y Paestum. (P.1)

Improvisadores, ¡hemos vuelto a viajar!

Parecía que el COVID nos había dejado sin viajes, pero poco a poco van volviendo. Eso sí, con nueva normalidad y nuevos códigos QR que llevar encima. ¿Os cuento? aunque ya sabéis que, como siempre, en mi Instagram os voy subiendo fotos y más cosas os dejaré los enlaces por aquí. 

Primero un poco de contexto. Mi prima esta de erasmus en Salerno, y el 23 de octubre cumplía un añito nuestra sobrina. La hija de su hermano. ¿Cómo se lo iba a perder? Así que entre las 4 primas organizamos la sorpresa, la trajimos de Valencia de vuelta y el viernes 22 por la tarde la llevamos a su casa. La cara de mis tíos al verla… indescriptible. Y os preguntareis que todo esto a qué viene, ¿no? Pues que aprovechando que yo tenia vacaciones en el instituto y mi hermana y mi prima podían pedirse los días… pensamos que era muy irresponsable traerla hasta aquí y no asegurarnos de que volviese a casa sana y salva. Así que nos fuimos las 3 con ella hasta Salerno.

Pero esperad que no nos vamos aún… volvamos un poco atrás. Sábado 23 de octubre. Nos vamos en 24h, pero ¿Quién se resiste a una fiesta de pueblo? Nadie. Y yo menos (los que me conocéis ya lo sabéis). Así que allí estábamos mi hermana y yo de cubateo, kebab y casales hasta las 7 de la mañana del domingo. ¿Me arrepiento? No. Fue como volver a ser yo después de 2 años. No se si dice poco de mí, pero esa noche volvía a ser yo 100%. Y, además, una charla de sofá a las 5 de la mañana con gente que no conoces era ya la vuelta absoluta a la normalidad.

Nos acostamos a las 7 de la mañana y nos levantamos a las 9 de la mañana. Empezando el viaje con energías. A las 10.30 estábamos llegando a Valencia ya. Ducha, siesta, comer, acabar la maleta… y a las 19h estábamos de camino al aeropuerto. Allí nos encontramos con nuestras 2 primas. Facturar maletas. Pasar el control. Volver a pasar el control porque si para a alguien ya sabéis que siempre es a mí. Aunque tengo que decir que he visto los dos controles (ida y vuelta) bastante desganados. No me han hecho quitarme las zapatillas, ni sacar los líquidos de la maleta ni nada.

El avión salía a las 22.25, así que jugamos a las cartas, cenamos tranquilamente y por fin a las 21.45 embarcábamos. Los que me conocéis sabéis que odio volar. Pero no hay nada como no dormir por estar de fiesta y un Valium para sufrir muy muy poco. Eso sí, no dormí en el avión y llevaba una sensación de jetlag encima… que parecía que había volado a Cancún en lugar de a Italia.

Aterrizamos a las 00.05 en Roma, pero hasta la 1 no salieron las maletas. Y aun tuvimos suerte porque parecía que allí había gente esperando sus maletas desde hacia 3h. Tenían una montada con la policía que mira… lástima que el italiano a velocidad de enfado no lo entiendo. Recogiendo las maletas nos llama la chica de la compañía de alquiler de coches, que donde estamos, que nos espera como mucho hasta las 2. Disculpe señora si la puerta del aeropuerto que comunica directamente con el aparcamiento la cierran por la noche y tenemos que dar una vuelta que ni volviendo a casa andando.

Habíamos contratado con Edreams el coche, pero Italia Renting Car nos dio problemas. El primero, Edreams decía que había sobrecargo de 90€ por horario nocturno y allí nos cobraron 130€. El segundo que mi tarjeta de crédito tenia un limite de 500€ no se porque y no aceptaron que mi hermana pagara con la suya porque estaba en el móvil. Así que nos cobró el seguro a todo riesgo para poder darnos el coche. Total, que 235€ más aparte de los ya pagados para alquilar el coche. Sali de allí con tan mala leche que se me había pasado hasta el sueño.

Eran ya las 2 de la mañana cuando pusimos rumbo a Salerno. No fuimos ni por peaje porque ya me sentía bastante robada por Italia y solo llevaba allí 1h. así que nos turnamos entre mi hermana y mi prima y a las 7 de la mañana llegábamos a Salerno.

Siguiente sorpresa. Todo Salerno es zona azul. TODO. O eres residente o pagas. Me empezaban a tener un poco cansada los italianos y llevaba 6h en el país. Miramos y un día entero de zona azul eran 50€. No va a pasar. Así que busqué en Google y encontré un aparcamiento que por 54€ podíamos dejar el coche todos los días, lo aparcan ellos y además podemos sacarlo y dejarlo tantas veces como queramos. Decidido.

Llegamos al piso de mi prima sobre las 8 de la mañana, por fin. Y nos acostamos. Bueno, se acostaron. Porque yo a las 8.30 estaba al teléfono con mi gerente del banco para solucionar lo del limite de la tarjeta de crédito. Y cuando digo al teléfono digo que mi señora madre fue al banco y le pasó al hombre su propio móvil. No le puede decir que no a una madre.

Me acosté después de solucionarlo y a las 12 nos levantamos. ¿Se puede vivir a base de siestas cortas? Claramente demostrado que sí. Mis respetos a todas las madres y padres que viven años a base de siestas cortas. Nos medio recompusimos y nos fuimos a comer pasta. Ya os daré envidia en Instagram, pero fuimos al restaurante Al Dente y estaba buenísimo. Pedimos dos entrantes y cuatro principales. Y agua. Salimos a 15€ por cabeza que oye, increíble. Eso sí, en Italia en ese momento para comer en interior en los restaurantes nos pidieron el Green pass o certificado de vacunación del COVID.

De aquí nos fuimos a Paestum. Un yacimiento cerca de Salerno. Desde luego 100% recomendable. Hay poca gente, un paseo agradable y además la entrada te sirve para 3 días. También piden el Green Pass para entrar. Nosotras nos compramos el bono familia que eran 20€ entre todas, aunque un poco por ratas y por marear a la chica que no estaba muy convencida. Sin el bono son 10€ cada adulto y 2€ para los jóvenes hasta 25 años. Le dijimos que éramos primas, pero entre que nos hicimos las locas y que en italiano no se dice así… mi prima le dijo que éramos hermanas. Y como ellos miran el último apellido y en nuestro caso las 4 tenemos el mismo… pues 4 hermanas.

Una vez dentro podéis visitar el museo o el yacimiento en sí. Nosotras visitamos el yacimiento y nos descargamos la aplicación que sirve de audioguía. Es un paseo entretenido y un sitio precioso. Si no hicimos 1000 fotos no hicimos ninguna. También la lié, porque soy así. Cogiendo el bolso se enganchó en una piedra de un murete y se me cayó la piedra en el pie. No me puse a llorar por vergüenza. Solo dije dos cosas "¡Mi pie!" y "Joder, he roto el monumento". Recoloqué la piedra y espero que si vais no dejéis los bolsos cerca de los muros. 

Volvimos a Salerno a cenar pronto porque, sinceramente, no podíamos con nuestras vidas. A las 20.30 estábamos en Ingordo cenando, una hamburguesería típica de Salerno con hamburguesas enormes. Cenamos estupendamente, vuelta a casa, ducha y a dejarse morir en la cama. Bueno, el sofá en mi caso y el de mi hermana.

Dejamos los siguientes días… para otro día, ¿no? Que ya solo la llegada a Salerno ha sido intensa. No quiero aburriros mucho. Además, así os da tiempo a que se os pase la envidia. Os dejo por aquí un resumen del primer día

¡Sed felices!

domingo, 22 de agosto de 2021

Sacando tierra, desenterrando memoria

Improvisadores, por petición popular os traigo un poquito de la experiencia excavando con Arqueo Antro una semana en Vistabella del Maestrat. No he compartido ninguna foto de la excavación donde aparecen los restos encontrados, pero sí os voy a dejar varios enlaces donde Arqueo Antro comparte la información y las fotos. Por eso pregunté en la encuesta de mi Instagram si os interesaba, pero desde un punto de vista personal.

Los días antes de ir estaba muy nerviosa, pero yo es que me pongo nerviosa con las cosas nuevas. Llegué el domingo por la tarde y nos repartieron en casas rurales, la verdad que no puedo quejarme de los compañeros que me tocaron. Cenamos, nos presentamos y a la cama que al día siguiente empezaba el intensivo. A las 7:15 nos levantamos para ir a desayunar y a las 9 estábamos ya en el Mas del Collet. Aquí veréis en algunas fotos un monolito, la única pista de donde podían estar enterrados. Así que pasamos la mañana sacando tierra y picando. Yo no me voy a quejar, es de lógica aplastante que si no sacas la tierra no vas a encontrar nada. Además, el lunes había niebla y chispeaba que era ideal. El primer día ya salieron cositas pequeñas, como algún botón del uniforme de los Guardias de Asalto. He hablado de la Guardia de Asalto en clase infinidad de veces, pero tener el botón en la mano los hizo muy reales.

Por las mañanas estábamos excavando y por las tardes teníamos clases de arqueología forense, antropología forense, genética… mil cosas interesantes. Tengo que decirle gracias a Fernanda, mi profe de biología de 4º de ESO, aun me acuerdo de la genética.

El segundo día hice 3,7km a base de cargar capazos de tierra, pero si no la quitas… no se quita sola, ¿no? La verdad que solo estábamos en el segundo día y ya estaba disfrutando de una de las experiencias más increíbles de mi vida. Cansada pero emocionada. Y aun cansados, no hay quien quite esa copa de por la noche después de cenar. Pero al día siguiente la alarma no perdona.

Un día tocan capazos y otro toca trabajo fino y acabo con las piernas dormidas de estar sentada o agachada encima de la tierra, pero estoy contenta. Además, ese día tocan visitas de prensa justo cuando van a apareciendo más materiales de los Guardias de Asalto. Pero desde el miércoles que más o menos determinan que la edad de los Guardias era de unos 18 – 20 años no se me va de la cabeza. Aunque serian bastante más maduros que los chavales de 18 – 20 años de ahora, desde el miércoles no dejo de pensar en que podrían ser alumnos míos. En qué sentirían cuando se vieron tan acorralados que se rindieron a las tropas franquistas pensando que les perdonarían. Y qué pensarían cuando se dieron cuenta de que iban a morir allí, en un agujero de bancal. Igual que almorzando allí a la sombra de un arbusto pensaba que estábamos viendo el mismo paisaje que muchos soldados en sus últimos momentos de vida. Igual soy demasiado empática para estas cosas, pero creo que es así como se humanizan las cosas…

Los días siguientes seguía pensando en que eran chavales muy jóvenes. De la misma edad que el tío de mi abuela cuando desapareció en el frente. Pero lo bueno es que cuando estas a la faena no piensas en otras cosas, y ese día hice otros 4,3km llevando tierra. Si recuerdo estar ese día muy reflexiva conmigo misma. Como… con otra perspectiva de las cosas. Y esa tarde la casualidad quiso que estuviésemos un rato hablando con el vecino de la casa rural. Nació en 1932 y nos preguntó que qué estábamos haciendo y pensó que nos interesaría saber que en otro Mas había otro soldado enterrado. Y parece que a veces así es como se descubren las fosas. De casualidad y por un vecino que informa a los de fuera.

Tengo que decir que me ha sorprendido también la cantidad de visitas que han llegado a la excavación, tanto de periodistas como de vecinos. Me parece genial que sea un tema tan seguido y se haga difusión. Además, a la gente que viene les explican todo y me parece muy importante eso.

Además de las clases, que acababan el viernes, fuimos a ver una obra de teatro sobre La Pastora, Teresa o Florencio Pla Meseguer miembro de la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón. Y la verdad que, aunque a mí el teatro moderno no me va mucho, la obra me encantó. Y su conclusión, en la que la vida es pasturar. Pasturar en el sentido de hacer lo que quieras siempre que sepas que estas haciendo lo que quieras. Pero tener el viernes por la tarde para ver un poco el pueblo fue bueno también, descansar, visitar la iglesia de la Asunción (extrañamente grande) y recargar pilas. 

El fin de semana solo íbamos por la mañana a la excavación y por la tarde queríamos ir al rio o al campo de aviación, pero no salió buen tiempo, la verdad. Y llegamos al domingo, ultimo día. No tenia ningunas ganas de irme, la verdad. Así que cuando me dijeron por la mañana que si querría quedarme más (o si podría) y que según fuese la faena ese día ya me dirían, qué feliz. Y por la tarde recogí todo, ducha, maletas y con el coche ya cargado me dijeron que si me quedaba un día más.

Es verdad que como no pensaba quedarme más tiempo no tenia ni saco de dormir ni nada y tuve que improvisar una sabana bajera con una toalla y una funda de almohada con dos camisetas. Pero para la próxima (porque espero que haya una próxima) el saco de dormir en el coche no ocupa nada. Tengo que admitir que me supo un poco mal, porque así soy yo. Que había compañeros del curso que se están formando de arqueólogos y yo no, pero luego hablando con una amiga me dijo que me dejase de tonterías. Así que yo hago caso y me dejo de tonterías. Y menos mal, porque estuve muy bien y el lunes lo disfruté aun más. Igual porque éramos menos o igual porque era el final de tantos capazos de tierra. Estuvimos intensivo hasta las 21h y porquese nos iba la luz. Pero menos mal que me quedé.

Último día. La puesta de sol y el monolito que señalaba la fosa.

Entre nosotros, he disfrutado tanto la experiencia y me parece tan importante lo que hacen que hubiese dedicado todo lo que me quedaba de verano si hubiera hecho falta. Son un grupo fantástico que además tienen un papel tan importante que no se ni como explicarlo. Ojalá pueda llevar a mis alumnos alguna vez porque creo que es necesario y además no hay mejor forma de destacar la necesidad de recuperar la memoria de los olvidados (y los olvidados de los olvidados).

El lunes vino a visitarnos un señor, a contarnos lo que sabía. Y se despidió con un gracias por todo y un ¡Viva la República! Por esa gente que ya tiene 90 o más y su memoria se va yendo y ellos también es por los que hay que hacer lo que están haciendo. Y darles voz, que, aunque ellos no estén, su historia perviva. Y que esa historia ayude a abrir la tierra para cerrar heridas.

No creo que este sea el post que esperabais, pero os voy a dejar aquí abajo los enlaces a varios de los medios que estuvieron allí de visita. Además, tenéis las redes sociales de Arqueo Antro donde van actualizando todo el trabajo que hacen. Como os he dicho al principio, esto iba a ser sobre mis sensaciones esta semana; el trabajo que hacen y los restos encontrados se lo dejo a los profesionales de la difusión.

À punt: Recuperen restes òssies d'almenys cinc soldats republicans a Vistabella del Maestrat

El Salto Diario: Localizan restos óseos que podrían pertenecer a Guardias de Asalto fusilados en 1938 en Castellón

Arxiu de Vistabella del Maestrat: Drets humans al mas del Collet

Grup per la Recerca de la Memòria Històrica de Castelló: XII Jornades de memòria històrica de Vistabella del Maestrat

ArqueoAntro: Instagram, Facebook, twitter y página web

Eloy Ariza, en su instagram veréis las fotazas que hace para documentar el proceso de trabajo. De hecho, yo descubrí ArqueoAntro gracias a la lupa de Instagram que me llevó a este perfil. 

En el perfil de Frente de Levante también encontrareis fotos e imágenes de todo el proceso (además de más cositas).

Por último, mil gracias al equipo de Arqueo Antro tanto por el curso como por los días extra. ¡Ojalá poder repetir pronto!  

¡Sed Felices! 

domingo, 15 de agosto de 2021

Escapada Manchega: Santa Maria del Campo Rus (Cuenca). P.2

Improvisadores, 

Retomamos el viaje donde lo dejamos. ¿Os acordáis? Martes de mercado, miércoles castillo de Belmonte...

Pasamos entones al jueves, que volvimos a ir de mercado esta vez a San Clemente. Pero primero, paseo por el campo hasta San Isidro. Luego ya hacia San Clemente. Esta vez el mercado es mucho más grande. Tengo que decir que la gracia de ir al mercado es desayunar porras, que en Valencia solo tenemos en fallas. Aquí compramos comida, ropa, zapatos… nos volvimos medio locas. Luego una Coca-Cola a la sombra en la plaza de la iglesia parroquial de Santiago Apóstol y para casa, que entre unas cosas y otras comíamos a las 4 de la tarde. Que también os digo que hambre hambre… menudo empacho ese día. Condeciros que la siesta acabó a las 19h…

Y llegamos al viernes, ultimo día. Esta vez no nos fuimos a caminar, ya no sabíamos dónde ir. Así que nos fuimos de ruta de tiendas. A la panadería a encargar madalenas, a la carnicería a por embutido y a la quesería. Vamos, lo que viene siendo un básico cuando visitas cualquier sitio, volverte a casa con el coche lleno de comida. Por la tarde nos fuimos a la piscina y luego bajamos a cenar al bar. Luego nos fuimos hacia fuera del pueblo y vimos las estrellas. Vimos hasta la vía láctea. Era impresionante. Pero tengo que admitir que empezó a hacer frío y ya nos fuimos para casa.

Sábado, hora de irse a casa. Llenar el coche y salir a la carretera para encontrarse todo el atasco en dirección Valencia por la A3 desde Madrid. No pasa nada, no tenemos prisa. Paramos en Honrubia en el Restaurante Moya a comernos un bocadillo de bacon con queso y una Coca-Cola y qué queréis que os diga, el trafico hasta casa se ve diferente. Llegamos a Valencia después de km de atasco. Por fin. Y teníamos 6h para comer, descansar y volver a vernos porque habíamos quedado a cenar con las amigas. 

Habíamos reservado en el mercabanyal porque yo tenia muchas ganas de probarlo. Tenía especial interés en los baos de Baovan y las hamburguesas de Hundred y no puedo quejarme. Estuvimos de lujo, cenamos mejor que mejor y nos volvimos andando a casa que hacia una noche espectacular. 

Pero la cosa no queda ahí, el domingo quedamos para ir a la playa y luego a comer en la Chipirona Playa. Yo no soy muy de pescados y mariscos, per la fritura de chipirones con queso feta y mayonesa de quimchi y el arroz con bogavante... no había mejor cierre a una semana de vacaciones fantástica! 

Espero no haberos aburrido mucho con las entradas del viaje y haberos dado alguna idea por si no sabíais aun donde iros. Y os prometo que os iré compartiendo en instagram fotos de todo! 

¡Sed felices!  

domingo, 8 de agosto de 2021

Escapada Manchega: Santa Maria del Campo Rus y Belmonte (Cuenca). P.1.

Improvisadores,

¡Volvemos a las andadas! Esta vez un viaje de 4 días a la provincia de Cuenca. El año pasado me fui a Carboneras y este año tocaba Santa Maria del Campo Rus.

Pero primero, ¡las presentaciones! Es un pueblo de no más de 600 habitantes en medio de Castilla La Mancha. La zona está habitada desde la antigüedad al estar en la vía que unía Alcalá de Henares con Cartagena. Pero su fundación oficial es anterior al siglo XIII, en época de Al-Ándalus con el nombre de Barrachina. Durante la expansión cristiana en la edad media se construyó una torre vigía y allí se agrupó la población y acabaría construyéndose la iglesia de Santa Maria (que ya no existe). Alcanzaría mucha importancia gracias a las minas de salitre. Se die que fue en Santa Maria donde murió el poeta Jorge Manrique después de ser herido en Castillo de Garcimuñoz enfrentándose a las tropas de Juan Pacheco marqués de Villena. Es un pueblo pequeño pero muy bonito de ver, tiene casas muy bonitas y varios elementos patrimoniales muy interesantes. Entre ellos la ermita de la Virgen del Amparo a la entrada (o salida, según de donde vengas) al final de un paseo. Anteriormente fue un hospital utilizado para donar sangre y poder abastecer a los heridos de guerra y se convirtió en 1545 en una fundación para dar culto a la Virgen del Amparo, patrona de la villa y dar protección a los pobres y cristianos. Es un pueblo predominantemente agrícola (esto según la página de su propio ayuntamiento) con cultivos de ajo, cereal y vid. Pero también os digo que hay muchísimos campos de girasoles.

Una vez presentado Santa Maria, vamos a lo interesante. El lunes por la tarde salimos Elena y yo de camino a su casa para llegar justo a la hora de cenar. A dormir fresquitas que en Valencia hace un calor de morirse.

El martes por la mañana nos fuimos a andar hasta los Molinos (ya os subiré una foto a instagram). Estos molinos quedan fuera del pueblo e igual alguno los vio en televisión porque salieron en el programa “Quien vive ahí” ya que no son ya molinos sino casas. Esto de salir a pasear pronto es porque este verano hago 5km todas las mañanas y Elena dijo que seguíamos. Pero había que volver a casa y ducharse porque los martes es día de mercado en Santa Maria. Así que allí echamos la mañana entre puestos y vecinos. Pero oye, qué buena forma de pasar la mañana. Luego tocaba comer y siesta, por supuesto. No hay ser vivo que aguante a esas horas fuera de casa bajo el sol de La Mancha. ¿Y después? A la piscina del pueblo, que estamos de vacaciones. Así que allá nos fuimos con nuestra nevera porque con el COVID el bar de la piscina esta cerrado. ¿Sabéis que gozada luego cenar a la fresca? No os lo imagináis. Que en Valencia hace calor desde mayo. Calor y humedad.

El miércoles nos levantamos y nos fuimos por otra ruta que el padre de Elena calculaba unos 5km. Y resultaron ser 7.5km. Pero no pasa nada, ¡valió la pena porque estaba llena de girasoles! Pero como no habíamos caminado bastante, decidimos coger el coche e irnos de visita al castillo de Belmonte. Hay aparcamiento arriba a las puertas del castillo. La entrada nos costó 9€ y con la aplicación “Castillos y Palacios de España” podéis escuchar el audio guía en vuestro propio teléfono. A mi me sonaba Belmonte de haberlo estudiado, pero no había estado nunca y la verdad es que es muy bonito. Es Tesoro Artístico Nacional desde 1931 y actualmente es considerado Bien de Interés Cultural. Me llamó la atención que es triangular, el patio cuando entras no es el típico patio cuadrado de castillo. Mantiene la estructura que le dieron en el siglo XV cuando los construyeron por orden de Juan Pacheco (sí, el mismo que luchó contra Jorge Manrique en el Castillo de Garcimuñoz). En 1811 los muros del castillo presencian el fusilamiento de Francisco Sánchez Fernández tío Camuñas, un guerrillero español en la lucha contra los franceses. Fue uno de los guerrilleros más populares de La Mancha y se enfrentó a los franceses tras los abusos sufridos en su pueblo y el asesinato de su hermano Juan Pedro. Tanto en Belmonte como en su pueblo, Camuñas, tiene una calle con su nombre y placas conmemorativas. Se le atribuye a él la frase "Yo no he estudiado nada, pero sé por la luz natural, que un pueblo oprimido es un pueblo que sufre violencia". Aun así, en la actualidad en muchas zonas de España se utiliza para asustar a los niños para que no se acerquen a los pozos y evitar accidentes, para referirse a alguien desaliñado o para referirse a alguien sigiloso.

Volviendo al castillo, el protagonista de este sitio no es Juan Pacheco. Las protagonistas son dos mujeres: Juana de Trastámara y Eugenia de Guzmán. Igual os suena más Juana la Beltraneja, que se enfrentó a Isabel la Católica por el trono y cuenta la leyenda que escapó del castillo por una ventana. Y será Eugenia de Guzmán (igual os suena más Eugenia de Montijo) quien reconstruyó el castillo en el s.XIX. Por eso en el patio si vais veréis unas galerías más modernas que el resto del edificio, porque mantuvo la estructura, pero dentro Eugenia impuso la moda de la época. Además, parece ser que la emperatriz consorte de Francia marcaba tendencia en Europa. Será su sobrino nieto Hernando Fitz-James Stuart y Falcó, duque de Peñaranda, quien retomó el proyecto de Eugenia de Montijo. Fue en 1931 cuando lo declararon Tesoro Artístico Nacional. Durante la Guerra Civil fue utilizado como prisión, como en otras tantas guerras. Y después, servirá como academia de rurales Onésimo Redondo en manos del Frente de Juventudes. Pero caerá en el abandono y es ahora cuando ha ido restaurándose y recuperándose gracias a la colaboración de los propietarios (la Casa Ducal de Peñaranda descendientes de la Duquesa de Alba, María Francisca de Sales Portocarrero, hermana de Eugenia de Montijo), la administración local y el Ministerio de Fomento. Os recomiendo la visita porque se han trabajado muchísimo un video introductorio que os cuenta todo lo que os he contado yo, pero mucho más entretenido. Además, en la primera planta veréis como era el castillo en la época de Juana de Trastámara y en el segundo piso como era en la época de Eugenia de Montijo. Las dos mujeres que marcaron época en el castillo. Son 9€ que no me parecen caros. La visita está calculada en 1h y media, pero podéis ir al ritmo que os apetezca. Los techos y ventanas son preciosos y por no hablar de las escaleras de madera con todos los detalles.

Os prometo que os iré dejando fotos en instagram y, si no se me pasa, os las enlazo aquí. 

Voy a frenar aquí que sino se hace muy largo el post y estamos de vacaciones, no hay que cansarse... pero la semana que viene ¡segunda parte! 

¡Sed felices! 


domingo, 11 de julio de 2021

Acabando el curso

Improvisadores, hace mil que no escribo, pero estaba acabando el curso y parece que no, pero es un poco locura.

Y de eso va el blog de hoy, hoy no traigo viajes ni bares, hoy traigo despedida. Porque he acabado un curso que se ha hecho largo y muy corto a la vez. He tenido la suerte de tropezarme con compañeros increíbles que me han ayudado en lo que he necesitado y han compartido conmigo consejos y experiencia que yo aun no tengo. También he encontrado compañeros que se han convertido en amigos y aunque se que se dice mucho lo de “nos veremos” y al final no, espero que sea mentira. Porque encontrarte con compañeros así es un gusto y madrugar se hace un poquito menos duro. Poquito.

Y por favor, no podría haber tenido mejores jefas en conserjería, porque he pasado más tiempo allí que en el departamento. Pero no os creáis, también he trabajado. Este año he tenido la suerte o la desgracia de tener una clase de cada curso menos de 1º de bachiller. Así que aburrirme… no me he aburrido. Empecé teniendo 1º ESO en historia y en valores éticos, pero para poder ampliar grupo de 2º de bachiller sacrifiqué la historia de 1º. Pero mira, me alegro, porque la hora de valores que tenia con ellos era de relax, charlamos, vemos alguna peli y de enterarme de cotilleos que… ¿esta gente tiene 12 años?

Mi 2º de la ESO… el peor segundo dijeron. Y sí, ha habido días que salía diciendo: no sé qué he hecho hoy, pero clase no ha sido. Pero si en una clase tienes más absentistas que asistentes y esos asistentes la mitad deberían estar en 4º de la ESO… trabajas con lo que tienes.  Y aunque había días que costaba entrar, tengo que admitir que me lo he pasado bien con ellos. Y he aprendido yo más que ellos en ciertas cosas, seguro. No puedo estar más agradecida de tener alumnos musulmanes en mi clase, que participen y aporten cuando trabajamos el islam y Al-Ándalus. Los compañeros han tenido una suerte increíble. Y yo no puedo estar más contenta, porque si de 10 cosas se han quedado con 4, bien está. Pero, además, que un absentista vuelva a clase y te diga que viene a tu clase porque se lo pasa bien… yo ya me doy con un canto en los dientes.

El 3º de la ESO ha sido…. Interesante. A la mitad los conocía del año pasado y puede que ese sea el problema y la confianza de asco. Pero en el fondo son buenos chavales. Y la otra mitad… dar la mitad de la clase ya estaba bien, porque a días iban motorizados y a días parecían zombis. Aun así, son buenos chavales y la verdad es que los echaré de menos también. Además, han tenido el honor de ser la primera clase que se lleva un parte mío… o el deshonor en realidad. Pero, aun así, estoy contenta con casi todos los resultados. Y tengo que decir que en el fondo se que me quieren, porque ya me dijeron que estoy en el top 3 y que cuanto mejor les caemos peor se portan.

He podido disfrutar como una enana con 2º de bachiller, y no me refiero solo a la graduación. Me refiero a poder dar historia de España que es, para mí, la mejor de todas las asignaturas que puedo dar. No sabéis lo bien que me lo he pasado. Ellos seguramente no, pero qué le vamos a hacer. Tengo que admitir que el siglo XIX se me hizo largo, pero el siglo XX lo disfruté como nunca. Además, he tenido la suerte de dar con dos clases con las que creo que en general he conectado bien y eso es oro puro. Ojalá les hubiesen puesto a todos la nota que se merecían en el selectivo, pero no pasa nada… van a tener suerte seguro. También los que no hicieron el selectivo. La verdad es que los días que me tocaba clase de 2 bachiller se agradecía. Y los miércoles solos los tenía a ellos… ¿Está feo decir que son mis favoritos? Mil gracias por la paciencia, por las risas, por jugar al blooket con más pasión que los niños de 1º ESO, por las palabras del discurso de graduación, por los detalles que habéis tenido conmigo. Y por aguantarme hasta cuando no sabía ni lo que estaba diciendo. Gracias.

Y, por último, pero obviamente no menos importante, 4 ESO. Mi tutoría. Mis chavales que han tenido la mala suerte de tener la tutora más caótica para guardar papeles de la historia de las tutoras. Pero eso sí, tú tienes un lio y yo te voy a defender a muerte… siempre que se pueda defender. Bromas aparte, no podría haber pedido una tutoría mejor para estrenarme como tutora. Además, los que pudieron nos fuimos a comer al acabar el curso y fue un día divertido. Y esto lo digo porque me dijeron que pusiera la foto que nos hicimos en el blog, pero no me parece muy apropiado. Pero gente, os quiero igual. Incluso los días que era imposible dar clase, los días que tuve que estar presenten en las 4 sesiones de diversidad sexual y sexualidad y cuando decidimos ir de excursión el día que más calor hizo. Muchas gracias por la paciencia y por las risas. No se si recordareis algo del Imperialismo, pero espero que recordéis que no tenéis que creeros todo lo que os dicen, aunque sea vuestra profesora quien lo diga. No he podido ser más pasota porque era difícil, pero espero que me perdonéis igualmente. ¡En el fondo sabéis que os quiero mucho y espero veros pronto!

No voy a decir nada de alumnos concretos de cada curso, porque está feo decirlo... y esta feo decir que los profesores tenemos debilidad por alguno… pero ya saben quien son! Es broma, creo que con prácticamente todos los alumnos tienes momentos durante el curso que marcan un poquito. Y además yo soy muy ñoña, aunque no lo parezca. A mi me haces un regalo y en el momento es como: ¡pero si no hace falta! Pero luego me subo al coche y me muero de emoción yo sola. Así que gracias por regalarme los momentos. Al final… los alumnos sois los que hacéis que tenga ganas de ir a trabajar. Gracias al alumno que no habla por acabar hablándome a final de curso, gracias a mi tutoría por tener un humor retorcido y una visión de la vida como la mía, gracias por ser la mano inocente eligiendo sobres de exámenes… y, sobre todo, gracias por reafirmarme lo que ya creía. Un profesor con el que los alumnos tienen confianza disfruta de la clase y las clases funcionan mejor que un profesor al que le tengan miedo. Gracias por, a pesar de estar empezando, demostrarme que voy por el buen camino.

Gracias a compañeros y alumnos por un año raro pero muy bueno. ¡Feliz verano!

¡Sed felices!

domingo, 24 de enero de 2021

Profes y maestros, ¡es nuestro día!

Improvisadores,

Hoy es el Día Internacional de la Educación. Y no podía dejar pasar esta oportunidad. No vengo a quejarme (mucho). Por si hay algún improvisador nuevo, soy profesora de historia de secundaria. Podría quejarme de muchas cosas, pero creo que al final solo me quejaré de unas pocas.

Antes que nada, quiero felicitar a todos mis compañeros de profesión (profesores y maestros) que están dando el 200% este curso tan raro. Un curso en el que lo que menos molesta es la mascarilla. Pero la incertidumbre… y los alumnos preguntando si sabes si nos van a confinar, si sabes porque no los han confinado si a un compañero sí, si van a tener que conectarse online si nos confinan… Y compañeros que día sí día también vaticinan el confinamiento. Desde el primer día de curso repitiendo “en dos semanas nos confinan seguro”.

Quiero felicitar a mis compañeros por superar cada día, hora a hora, sin dejarse llevar (mucho) por el miedo. Y quiero recordar que también somos humanos y tenemos tanto o más miedo que los demás, pero tenemos que mantener la calma (o que lo parezca), que tenemos nuestras vidas fuera del centro educativo donde puede estar todo bien o puede estar hecho pedacitos. Pero seguimos manteniendo la calma. Que hay días en los que no podemos más y nos enfadamos por cosas que normalmente toleramos; o días en los que no puedes más y no quieres dar clase porque mentalmente estas a -100. Y seguimos. Por no hablar de los días de ola de frio en los que hemos ido a clase envueltos en más ropa que si fuésemos a esquiar. Pero vas e intentas mantener buena actitud para no caer en el desánimo. Y seguimos adelante.

Hay días buenos dentro de toda esta locura, días en los que por un momento en clase se te olvida la pandemia. Días en los que te toca con uno de esos grupos que te alegran y sientes que ese día la clase funciona. Y entonces piensas que todo vale la pena. También hay días malos, días en los que no ponen de su parte y tú no tienes energía para discutir. Días en los que acabas llorando cuando llegas a casa o incluso en el coche de camino a casa. Pero tienes 15 minutos para llorar y te sientas en el ordenador y reformulas la clase, reestructuras lo que tenías pensado. No puedes perder más tiempo. Porque vienen días alternos y si una hora de clase la echas a perder igual ya no los tienes hasta la semana siguiente. Esto, obviamente, no puedo hablar por todos y solo es mi caso.

Y los sentimientos encontrados sobre el confinamiento. Los alumnos que te dicen que ojalá nos confinen porque así no harán nada y pasaran de curso igual. Los alumnos que no quieren que nos confinen porque no quieren perder otro año. Y tu que ya no sabes ni que quieres. Miento, no me gustaría repetir el confinamiento y el teletrabajo, fue más agotador que presencial.

Feliz día a los alumnos también, a todos. A los que te motivan a dar clase, a los que te desmotivan y te hacen replantearte las cosas. A los que te saludan por los pasillos y sin saberlo te alegran un poco un día pésimo, a los que no te saludan y no pasa nada. A los que te desesperan, pero en el fondo los quieres. Este curso nos está haciendo un máster en empatía a todos. A los alumnos les diría que piensen que ellos están agotados y nosotros también, pero muchos ya lo saben. Y el día que te ven llegar agotada a clase se portan mejor. Y este curso más que nunca (al menos yo) estoy pasando por alto muchas cosas porque se que no es fácil para ellos. Tener un mal día y volver a casa no siempre arregla ese mal día este curso. O tener un mal día y no volver a casa porque no vives en casa y tus padres solo están en el teléfono.

A mis alumnos de 1 ESO les diría que me agotan, pero que está bien ver que no todos perdemos la energía con esta situación. A los de 2 ESO les diría que me gusta que en clase hablemos de todo (a veces hasta de historia). A los de 3 ESO que me cansan a días, pero me divierto con ellos también, no pueden echarle más cara a la vida. A los alumnos de 2 de Bach les diría que lo siento, que de verdad estoy intentando hacerlo lo mejor posible en estas circunstancias y que lo sacaremos adelante. Por último, a mi tutoría de 4 ESO, lo siento de verdad, porque las energías para hacer de tutoría una hora algo más útil son mínimas. Pero también agradecerles porque no podía pedir mejor tutoría para estrenarme como tutora. Hablar con ellos de la vida al final de clase me devuelve un poco la vida.

Y a mis compañeros, gracias por los almuerzos al sol de pie, en círculo y separados. Gracias por compartir quejas y risas. Gracias por las conversaciones que no son de mascarillas o chaquetas para clase. Los ratos de charlas entre clases y compartir sensaciones de fracaso y que sean menos fracaso.

No quiero aplausos a las 20h, solo pido en este día de la educación que se nos reconozca el trabajo que hacemos que va mucho más allá de enseñar el currículo, de tener vacaciones o de no querer volver a trabajar porque en el confinamiento no hicimos nada. Solo pido que se reconozca el trabajo que hacemos y se nos ayude a seguir haciéndolo.

Feliz día a todos los compañeros de profesión. Porque estamos sacando adelante un curso difícil, muy difícil. Porque lo estamos haciendo lo mejor que sabemos. Y porque si nos confinan volveremos a sacarlo. Ánimo a todos.

¡Sed felices!

domingo, 3 de enero de 2021

Por un 2021 diferente

Improvisadores, 

Por fin 2021. Teníamos ganas, ¿verdad? Que el 1 de enero no iba a cambiar todo radicalmente, lo sabemos. De hecho, con las fiestas navideñas se esta volviendo a disparar el covid y vamos a mal. ¿Queremos empezar así la nueva década? Yo creo que no.

Por eso os deseo un 2021 lleno de esperanza y sentido común. Coneixement, como se dice en la terreta. Conocimiento. Se pueden hacer cosas con cabeza. Como digo a mis alumnos, si queremos volver a la normalidad tenemos que poner todos de nuestra parte. El 2021 no va a ser un año mejor que el 2020 por si solo, tenemos que poner todos de nuestra parte. Así que os deseo un 2021 lleno de sentido común, de precaución y de mucha salud. El resto, todos los buenos momentos, las reuniones con amigos y familia, los viajes, todo lo que no pudimos hacer en el 2020... llegará. Y llegará si nos comportamos bien. 

Esta Navidad ha sido rara, y me comí las uvas en videollamada con mis primos y no todos juntos, nos tomamos una copa después de las uvas en videollamada y no todos juntos. Y me da pena, mucha pena. Y empecé el 2021 llorando ya el día 1, sí. Pero sacrificar una navidad me parece un cambio justo si para las siguientes puedo celebrarlo con mis primos y mis tíos. Juntos como siempre. 

En 2020 hubo muchas cosas que se quedaron por hacer. Pero habrá tiempo para hacerlas. Habrá mucho tiempo si hacemos las cosas bien. Volverán esas oportunidades. Volverán todas las cosas que no hicimos. Las cosas que no dijimos. Pero no podremos hacerlas ni decirlas si no nos portamos bien ahora. Que sea 2021 no quiere decir que olvidemos todo lo que el 2020 nos ha enseñado. 

Para los que no lo sepáis, yo soy profesora de secundaria. Y odié cada segundo del confinamiento dando clase online. Supuso muchas más horas de trabajo que yendo a trabajar.  Pero sirvió para parar la curva, ¿no? Volvería a hacerlo. Y yo soy profesora pero vivo con 3 enfermeros. Y no sirve que se aplaudiese a las 20h a los sanitarios si ahora no se sigue manteniendo la cabeza y haciendo las cosas bien. No olvidemos en 2021 todo el personal esencial que siguió trabajando durante el confinamiento, que sin ellos no tendríamos productos básicos ni sanidad. Que no se nos olvide que siguen trabajando tanto o más que en la primera ola, que están cansados como todos pero añadiendo el extra de trabajo. Que no se nos olvide lo agotador que ha sido el 2020 para todos. Cuanto mejor nos portemos más rápido pasará y antes podremos descansar. 

Que el 2021 sea el año de la esperanza con la vacuna, la luz al final del túnel que nos trae el final de esta pandemia. Pero que llegue cuando tenga que llegar. Y si pasa por tener que vacunarse mucho porcentaje de población, hacedlo. A toda la gente que pedía a gritos una vacuna, no os echéis atrás ahora. Yo odio las agujas, con toda mi alma. Pero he donado sangre. Y si puedo donar sangre porque estas ayudando a los demás, ¿Por qué no vacunarme? También estaré ayudando a los demás. Pensemos que hay gente que no puede vacunarse. Para mí, mi padre. Seguro que si pensamos un poco todos conocemos a alguien que no puede vacunarse y gracias a nosotros estará protegido. 

Perdonad la chapa que os he soltado hoy, pero necesitaba sacarlo. Y desde el principio este blog era mi manera de desahogarme, y más desde el confinamiento. Además, los viajes ahora están difíciles y no sé que os contaré el domingo que viene. 

Os deseo un 2021 lleno de buenos momentos, amigos, familia, esperanza, coneixement y gratitud. 

¡Sed felices!