domingo, 22 de agosto de 2021

Sacando tierra, desenterrando memoria

Improvisadores, por petición popular os traigo un poquito de la experiencia excavando con Arqueo Antro una semana en Vistabella del Maestrat. No he compartido ninguna foto de la excavación donde aparecen los restos encontrados, pero sí os voy a dejar varios enlaces donde Arqueo Antro comparte la información y las fotos. Por eso pregunté en la encuesta de mi Instagram si os interesaba, pero desde un punto de vista personal.

Los días antes de ir estaba muy nerviosa, pero yo es que me pongo nerviosa con las cosas nuevas. Llegué el domingo por la tarde y nos repartieron en casas rurales, la verdad que no puedo quejarme de los compañeros que me tocaron. Cenamos, nos presentamos y a la cama que al día siguiente empezaba el intensivo. A las 7:15 nos levantamos para ir a desayunar y a las 9 estábamos ya en el Mas del Collet. Aquí veréis en algunas fotos un monolito, la única pista de donde podían estar enterrados. Así que pasamos la mañana sacando tierra y picando. Yo no me voy a quejar, es de lógica aplastante que si no sacas la tierra no vas a encontrar nada. Además, el lunes había niebla y chispeaba que era ideal. El primer día ya salieron cositas pequeñas, como algún botón del uniforme de los Guardias de Asalto. He hablado de la Guardia de Asalto en clase infinidad de veces, pero tener el botón en la mano los hizo muy reales.

Por las mañanas estábamos excavando y por las tardes teníamos clases de arqueología forense, antropología forense, genética… mil cosas interesantes. Tengo que decirle gracias a Fernanda, mi profe de biología de 4º de ESO, aun me acuerdo de la genética.

El segundo día hice 3,7km a base de cargar capazos de tierra, pero si no la quitas… no se quita sola, ¿no? La verdad que solo estábamos en el segundo día y ya estaba disfrutando de una de las experiencias más increíbles de mi vida. Cansada pero emocionada. Y aun cansados, no hay quien quite esa copa de por la noche después de cenar. Pero al día siguiente la alarma no perdona.

Un día tocan capazos y otro toca trabajo fino y acabo con las piernas dormidas de estar sentada o agachada encima de la tierra, pero estoy contenta. Además, ese día tocan visitas de prensa justo cuando van a apareciendo más materiales de los Guardias de Asalto. Pero desde el miércoles que más o menos determinan que la edad de los Guardias era de unos 18 – 20 años no se me va de la cabeza. Aunque serian bastante más maduros que los chavales de 18 – 20 años de ahora, desde el miércoles no dejo de pensar en que podrían ser alumnos míos. En qué sentirían cuando se vieron tan acorralados que se rindieron a las tropas franquistas pensando que les perdonarían. Y qué pensarían cuando se dieron cuenta de que iban a morir allí, en un agujero de bancal. Igual que almorzando allí a la sombra de un arbusto pensaba que estábamos viendo el mismo paisaje que muchos soldados en sus últimos momentos de vida. Igual soy demasiado empática para estas cosas, pero creo que es así como se humanizan las cosas…

Los días siguientes seguía pensando en que eran chavales muy jóvenes. De la misma edad que el tío de mi abuela cuando desapareció en el frente. Pero lo bueno es que cuando estas a la faena no piensas en otras cosas, y ese día hice otros 4,3km llevando tierra. Si recuerdo estar ese día muy reflexiva conmigo misma. Como… con otra perspectiva de las cosas. Y esa tarde la casualidad quiso que estuviésemos un rato hablando con el vecino de la casa rural. Nació en 1932 y nos preguntó que qué estábamos haciendo y pensó que nos interesaría saber que en otro Mas había otro soldado enterrado. Y parece que a veces así es como se descubren las fosas. De casualidad y por un vecino que informa a los de fuera.

Tengo que decir que me ha sorprendido también la cantidad de visitas que han llegado a la excavación, tanto de periodistas como de vecinos. Me parece genial que sea un tema tan seguido y se haga difusión. Además, a la gente que viene les explican todo y me parece muy importante eso.

Además de las clases, que acababan el viernes, fuimos a ver una obra de teatro sobre La Pastora, Teresa o Florencio Pla Meseguer miembro de la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón. Y la verdad que, aunque a mí el teatro moderno no me va mucho, la obra me encantó. Y su conclusión, en la que la vida es pasturar. Pasturar en el sentido de hacer lo que quieras siempre que sepas que estas haciendo lo que quieras. Pero tener el viernes por la tarde para ver un poco el pueblo fue bueno también, descansar, visitar la iglesia de la Asunción (extrañamente grande) y recargar pilas. 

El fin de semana solo íbamos por la mañana a la excavación y por la tarde queríamos ir al rio o al campo de aviación, pero no salió buen tiempo, la verdad. Y llegamos al domingo, ultimo día. No tenia ningunas ganas de irme, la verdad. Así que cuando me dijeron por la mañana que si querría quedarme más (o si podría) y que según fuese la faena ese día ya me dirían, qué feliz. Y por la tarde recogí todo, ducha, maletas y con el coche ya cargado me dijeron que si me quedaba un día más.

Es verdad que como no pensaba quedarme más tiempo no tenia ni saco de dormir ni nada y tuve que improvisar una sabana bajera con una toalla y una funda de almohada con dos camisetas. Pero para la próxima (porque espero que haya una próxima) el saco de dormir en el coche no ocupa nada. Tengo que admitir que me supo un poco mal, porque así soy yo. Que había compañeros del curso que se están formando de arqueólogos y yo no, pero luego hablando con una amiga me dijo que me dejase de tonterías. Así que yo hago caso y me dejo de tonterías. Y menos mal, porque estuve muy bien y el lunes lo disfruté aun más. Igual porque éramos menos o igual porque era el final de tantos capazos de tierra. Estuvimos intensivo hasta las 21h y porquese nos iba la luz. Pero menos mal que me quedé.

Último día. La puesta de sol y el monolito que señalaba la fosa.

Entre nosotros, he disfrutado tanto la experiencia y me parece tan importante lo que hacen que hubiese dedicado todo lo que me quedaba de verano si hubiera hecho falta. Son un grupo fantástico que además tienen un papel tan importante que no se ni como explicarlo. Ojalá pueda llevar a mis alumnos alguna vez porque creo que es necesario y además no hay mejor forma de destacar la necesidad de recuperar la memoria de los olvidados (y los olvidados de los olvidados).

El lunes vino a visitarnos un señor, a contarnos lo que sabía. Y se despidió con un gracias por todo y un ¡Viva la República! Por esa gente que ya tiene 90 o más y su memoria se va yendo y ellos también es por los que hay que hacer lo que están haciendo. Y darles voz, que, aunque ellos no estén, su historia perviva. Y que esa historia ayude a abrir la tierra para cerrar heridas.

No creo que este sea el post que esperabais, pero os voy a dejar aquí abajo los enlaces a varios de los medios que estuvieron allí de visita. Además, tenéis las redes sociales de Arqueo Antro donde van actualizando todo el trabajo que hacen. Como os he dicho al principio, esto iba a ser sobre mis sensaciones esta semana; el trabajo que hacen y los restos encontrados se lo dejo a los profesionales de la difusión.

À punt: Recuperen restes òssies d'almenys cinc soldats republicans a Vistabella del Maestrat

El Salto Diario: Localizan restos óseos que podrían pertenecer a Guardias de Asalto fusilados en 1938 en Castellón

Arxiu de Vistabella del Maestrat: Drets humans al mas del Collet

Grup per la Recerca de la Memòria Històrica de Castelló: XII Jornades de memòria històrica de Vistabella del Maestrat

ArqueoAntro: Instagram, Facebook, twitter y página web

Eloy Ariza, en su instagram veréis las fotazas que hace para documentar el proceso de trabajo. De hecho, yo descubrí ArqueoAntro gracias a la lupa de Instagram que me llevó a este perfil. 

En el perfil de Frente de Levante también encontrareis fotos e imágenes de todo el proceso (además de más cositas).

Por último, mil gracias al equipo de Arqueo Antro tanto por el curso como por los días extra. ¡Ojalá poder repetir pronto!  

¡Sed Felices! 

domingo, 15 de agosto de 2021

Escapada Manchega: Santa Maria del Campo Rus (Cuenca). P.2

Improvisadores, 

Retomamos el viaje donde lo dejamos. ¿Os acordáis? Martes de mercado, miércoles castillo de Belmonte...

Pasamos entones al jueves, que volvimos a ir de mercado esta vez a San Clemente. Pero primero, paseo por el campo hasta San Isidro. Luego ya hacia San Clemente. Esta vez el mercado es mucho más grande. Tengo que decir que la gracia de ir al mercado es desayunar porras, que en Valencia solo tenemos en fallas. Aquí compramos comida, ropa, zapatos… nos volvimos medio locas. Luego una Coca-Cola a la sombra en la plaza de la iglesia parroquial de Santiago Apóstol y para casa, que entre unas cosas y otras comíamos a las 4 de la tarde. Que también os digo que hambre hambre… menudo empacho ese día. Condeciros que la siesta acabó a las 19h…

Y llegamos al viernes, ultimo día. Esta vez no nos fuimos a caminar, ya no sabíamos dónde ir. Así que nos fuimos de ruta de tiendas. A la panadería a encargar madalenas, a la carnicería a por embutido y a la quesería. Vamos, lo que viene siendo un básico cuando visitas cualquier sitio, volverte a casa con el coche lleno de comida. Por la tarde nos fuimos a la piscina y luego bajamos a cenar al bar. Luego nos fuimos hacia fuera del pueblo y vimos las estrellas. Vimos hasta la vía láctea. Era impresionante. Pero tengo que admitir que empezó a hacer frío y ya nos fuimos para casa.

Sábado, hora de irse a casa. Llenar el coche y salir a la carretera para encontrarse todo el atasco en dirección Valencia por la A3 desde Madrid. No pasa nada, no tenemos prisa. Paramos en Honrubia en el Restaurante Moya a comernos un bocadillo de bacon con queso y una Coca-Cola y qué queréis que os diga, el trafico hasta casa se ve diferente. Llegamos a Valencia después de km de atasco. Por fin. Y teníamos 6h para comer, descansar y volver a vernos porque habíamos quedado a cenar con las amigas. 

Habíamos reservado en el mercabanyal porque yo tenia muchas ganas de probarlo. Tenía especial interés en los baos de Baovan y las hamburguesas de Hundred y no puedo quejarme. Estuvimos de lujo, cenamos mejor que mejor y nos volvimos andando a casa que hacia una noche espectacular. 

Pero la cosa no queda ahí, el domingo quedamos para ir a la playa y luego a comer en la Chipirona Playa. Yo no soy muy de pescados y mariscos, per la fritura de chipirones con queso feta y mayonesa de quimchi y el arroz con bogavante... no había mejor cierre a una semana de vacaciones fantástica! 

Espero no haberos aburrido mucho con las entradas del viaje y haberos dado alguna idea por si no sabíais aun donde iros. Y os prometo que os iré compartiendo en instagram fotos de todo! 

¡Sed felices!  

domingo, 8 de agosto de 2021

Escapada Manchega: Santa Maria del Campo Rus y Belmonte (Cuenca). P.1.

Improvisadores,

¡Volvemos a las andadas! Esta vez un viaje de 4 días a la provincia de Cuenca. El año pasado me fui a Carboneras y este año tocaba Santa Maria del Campo Rus.

Pero primero, ¡las presentaciones! Es un pueblo de no más de 600 habitantes en medio de Castilla La Mancha. La zona está habitada desde la antigüedad al estar en la vía que unía Alcalá de Henares con Cartagena. Pero su fundación oficial es anterior al siglo XIII, en época de Al-Ándalus con el nombre de Barrachina. Durante la expansión cristiana en la edad media se construyó una torre vigía y allí se agrupó la población y acabaría construyéndose la iglesia de Santa Maria (que ya no existe). Alcanzaría mucha importancia gracias a las minas de salitre. Se die que fue en Santa Maria donde murió el poeta Jorge Manrique después de ser herido en Castillo de Garcimuñoz enfrentándose a las tropas de Juan Pacheco marqués de Villena. Es un pueblo pequeño pero muy bonito de ver, tiene casas muy bonitas y varios elementos patrimoniales muy interesantes. Entre ellos la ermita de la Virgen del Amparo a la entrada (o salida, según de donde vengas) al final de un paseo. Anteriormente fue un hospital utilizado para donar sangre y poder abastecer a los heridos de guerra y se convirtió en 1545 en una fundación para dar culto a la Virgen del Amparo, patrona de la villa y dar protección a los pobres y cristianos. Es un pueblo predominantemente agrícola (esto según la página de su propio ayuntamiento) con cultivos de ajo, cereal y vid. Pero también os digo que hay muchísimos campos de girasoles.

Una vez presentado Santa Maria, vamos a lo interesante. El lunes por la tarde salimos Elena y yo de camino a su casa para llegar justo a la hora de cenar. A dormir fresquitas que en Valencia hace un calor de morirse.

El martes por la mañana nos fuimos a andar hasta los Molinos (ya os subiré una foto a instagram). Estos molinos quedan fuera del pueblo e igual alguno los vio en televisión porque salieron en el programa “Quien vive ahí” ya que no son ya molinos sino casas. Esto de salir a pasear pronto es porque este verano hago 5km todas las mañanas y Elena dijo que seguíamos. Pero había que volver a casa y ducharse porque los martes es día de mercado en Santa Maria. Así que allí echamos la mañana entre puestos y vecinos. Pero oye, qué buena forma de pasar la mañana. Luego tocaba comer y siesta, por supuesto. No hay ser vivo que aguante a esas horas fuera de casa bajo el sol de La Mancha. ¿Y después? A la piscina del pueblo, que estamos de vacaciones. Así que allá nos fuimos con nuestra nevera porque con el COVID el bar de la piscina esta cerrado. ¿Sabéis que gozada luego cenar a la fresca? No os lo imagináis. Que en Valencia hace calor desde mayo. Calor y humedad.

El miércoles nos levantamos y nos fuimos por otra ruta que el padre de Elena calculaba unos 5km. Y resultaron ser 7.5km. Pero no pasa nada, ¡valió la pena porque estaba llena de girasoles! Pero como no habíamos caminado bastante, decidimos coger el coche e irnos de visita al castillo de Belmonte. Hay aparcamiento arriba a las puertas del castillo. La entrada nos costó 9€ y con la aplicación “Castillos y Palacios de España” podéis escuchar el audio guía en vuestro propio teléfono. A mi me sonaba Belmonte de haberlo estudiado, pero no había estado nunca y la verdad es que es muy bonito. Es Tesoro Artístico Nacional desde 1931 y actualmente es considerado Bien de Interés Cultural. Me llamó la atención que es triangular, el patio cuando entras no es el típico patio cuadrado de castillo. Mantiene la estructura que le dieron en el siglo XV cuando los construyeron por orden de Juan Pacheco (sí, el mismo que luchó contra Jorge Manrique en el Castillo de Garcimuñoz). En 1811 los muros del castillo presencian el fusilamiento de Francisco Sánchez Fernández tío Camuñas, un guerrillero español en la lucha contra los franceses. Fue uno de los guerrilleros más populares de La Mancha y se enfrentó a los franceses tras los abusos sufridos en su pueblo y el asesinato de su hermano Juan Pedro. Tanto en Belmonte como en su pueblo, Camuñas, tiene una calle con su nombre y placas conmemorativas. Se le atribuye a él la frase "Yo no he estudiado nada, pero sé por la luz natural, que un pueblo oprimido es un pueblo que sufre violencia". Aun así, en la actualidad en muchas zonas de España se utiliza para asustar a los niños para que no se acerquen a los pozos y evitar accidentes, para referirse a alguien desaliñado o para referirse a alguien sigiloso.

Volviendo al castillo, el protagonista de este sitio no es Juan Pacheco. Las protagonistas son dos mujeres: Juana de Trastámara y Eugenia de Guzmán. Igual os suena más Juana la Beltraneja, que se enfrentó a Isabel la Católica por el trono y cuenta la leyenda que escapó del castillo por una ventana. Y será Eugenia de Guzmán (igual os suena más Eugenia de Montijo) quien reconstruyó el castillo en el s.XIX. Por eso en el patio si vais veréis unas galerías más modernas que el resto del edificio, porque mantuvo la estructura, pero dentro Eugenia impuso la moda de la época. Además, parece ser que la emperatriz consorte de Francia marcaba tendencia en Europa. Será su sobrino nieto Hernando Fitz-James Stuart y Falcó, duque de Peñaranda, quien retomó el proyecto de Eugenia de Montijo. Fue en 1931 cuando lo declararon Tesoro Artístico Nacional. Durante la Guerra Civil fue utilizado como prisión, como en otras tantas guerras. Y después, servirá como academia de rurales Onésimo Redondo en manos del Frente de Juventudes. Pero caerá en el abandono y es ahora cuando ha ido restaurándose y recuperándose gracias a la colaboración de los propietarios (la Casa Ducal de Peñaranda descendientes de la Duquesa de Alba, María Francisca de Sales Portocarrero, hermana de Eugenia de Montijo), la administración local y el Ministerio de Fomento. Os recomiendo la visita porque se han trabajado muchísimo un video introductorio que os cuenta todo lo que os he contado yo, pero mucho más entretenido. Además, en la primera planta veréis como era el castillo en la época de Juana de Trastámara y en el segundo piso como era en la época de Eugenia de Montijo. Las dos mujeres que marcaron época en el castillo. Son 9€ que no me parecen caros. La visita está calculada en 1h y media, pero podéis ir al ritmo que os apetezca. Los techos y ventanas son preciosos y por no hablar de las escaleras de madera con todos los detalles.

Os prometo que os iré dejando fotos en instagram y, si no se me pasa, os las enlazo aquí. 

Voy a frenar aquí que sino se hace muy largo el post y estamos de vacaciones, no hay que cansarse... pero la semana que viene ¡segunda parte! 

¡Sed felices!