martes, 18 de agosto de 2020

Primera escapada: Calpe (P. II)

Improvisadores,

He tenido algún problemita técnico y no pude subir la entrada anterior cuando quería, mil perdones. Hoy traigo la segunda parte.

Después de tardar unos mil años en ponernos de acuerdo sobre a qué hora quedar, a las 9 de la mañana nos juntamos y nos fuimos rumbo a Calpe. El cálculo era que se tarda 1h y media en llegar de Valencia a Calpe, pero querían hacer una parada en el horno de la Beata Inés. Los que seáis de la zona de Valencia lo conoceréis. El resto, os lo recomiendo, pero no desayunéis antes de ir. Todo está buenísimo y todo es tamaño gigante. Allí desayunamos y compramos merienda. Estaban en plan goloso, qué puedo decir.

De allí nos fuimos hacia Calpe, pero no sé si la lio el GPS o nosotros, pero tardamos llegamos a Calpe a las 11.30h. ¿Qué son 2h y para hacer un trayecto de hora y media? Esto me recordó a cuando intentando llegar a Benidorm acabamos en la Font de la Figuera...

Bueno, por fin llegamos al apartamento de nuestros amigos, nos pusimos bien de crema y bajamos a la playa. Para entonces había bastante gente y hay control de aforo en las playas este año. El controlador que estaba en la “puerta” nos dejó colocarnos en un hueco, pero oh sorpresa, el mismo hueco que le había dicho a otro grupo. Al final se arregló sin ninguna ayuda del controlador que vio el panorama y dio media vuelta y se fue. Gracias por nada. La verdad que el hueco en la arena daba un poco igual, la mitad estuvimos todo el rato en el agua. Tengo que decir que se mantenían bastante las distancias, excepto alguna colchoneta a la deriva. Y algunos que ocupaban media playa para pasarse una pelota. Así que todo lo que os conté en la primera parte… sin problemas.

Aquí, para que no digan que no lo cuento todo, voy a contaros como eché a dos chicos del agua. Pero no era mi intención. Y en mi defensa diré que fui muy simpática. Se de otra que no lo hubiese sido tanto…Estaban dos chicos jugando en el agua con una pelota de rugbi. Eso duele si te da. Y nosotras nos quitamos de en medio. Pero por una o por otra se movían y volvíamos a estar en medio. Vamos a ver chavales, no tendréis mar mediterráneo para jugar a pasaros la pelota. Total, que en una de estas cayó la pelota a mi lado y yo a modo broma le digo que me la voy a quedar. Y él dice que me la presta. Y yo no hombre no (¿para que leches la quiero?) y entonces le dice al otro “vámonos que las chicas nos pegan”. Pero vamos a ver, ¿he dicho yo que voy a pegarte? No. Y le digo: no hombre, pegarte no. Y entonces suelta mi amiga: bueno, igual sí. Los chicos se salieron del agua, pero por favor no me digáis que fui yo una borde antipática. Pues todo el día con el cachondeo.

La verdad que estábamos muy bien en el agua, excepto por algún infarto porque te roza un alga. Pero como nos sabia mal que la mitad no pudiesen bañarse por lo de controlar las cosa, nos fuimos a la piscina del apartamento. Yo la verdad, soy más de piscina. La playa tiene… arena. La piscina estaba de 10, y encima teníamos la comida ya medio hecha y estando de vacaciones… ¿Qué prisa hay? Y digo vacaciones porque este día fuera son las únicas vacaciones de este verano.

Tengo que hacer aquí una parada. Antes de bajar a la playa habíamos hecho los macarrones, pero no calculamos bien, nos vinimos arriba, somos tontos… la explicación que queráis. Básicamente tenemos 29/30 años, pero no sabemos medir las cantidades de comida. Hicimos 1kg de macarrones. Éramos 6 personas. Salieron macarrones para toda la finca. Yo sigo sin estar convencida de que el paquete fuese de 1kg. Claro, cuando subimos de la piscina y mientras se acababa la comida, el aperitivo. ¿Cómo íbamos a comernos 1kg de macarrones? Y de postre habían traído helado de leche merengada para tomarlo con café, pero como yo no tomo café porque me pone (más) nerviosa, me tomé una taza de helado que vamos… gloria. Y las cinco de la tarde nos tumbamos a descansar un rato. Sí, a las cinco. ¿No os he dicho que estábamos de vacaciones?

Que diréis, ¿Qué tiene de emocionante que os echéis a descansar un rato? Nada, efectivamente, pero ¿sabéis la típica escena de dibujos donde se pliega el sofá cama y aplasta a alguien? Pues casi nos pasó. Nos reímos mucho. Si llega a pasar… igual no hubiese sido tan gracioso, la verdad. Pasamos la tarde (o lo que quedaba) tumbados haciendo el tonto y enviándonos vídeos en el grupo, aunque estábamos en la misma habitación, la vagancia eh. Y ya a las siete de la tarde merendamos. Toma horario de vacaciones eh. Pero los cruasanes (¿curasán, cruasán, croissant?) del horno aquel, rellenos de chocolate… son una bomba. Así que dijimos, vamos a pasear un rato porque entre el aperitivo, los macarrones y esta bomba…

La verdad que el paseo de Calpe está bastante bien, yo no había estado nunca o no lo recordaba. Tienen tiendas y puestecitos que oye, es entretenido dar una vuelta. Además, las vistas son muy chulas. Y justo enfrente del peñón han puesto el nombre de Calpe con legras grandes que salen unas fotos muy chulas. Os dejo la foto (sin nosotros) en Instagram.  Después del paseo volvimos al apartamento un rato, pero no teníamos hambre (no entiendo porque, si solo habíamos estado comiendo non stop casi todo el día) y nos volvimos a Valencia.

La verdad que fue un día muy divertido, me reí muchísimo, no me quemé (¡éxito!) y la gente se comportaba bastante con las mascarillas y distancias, lo cual me alegra. Pero cuando tienes días así tan divertidos es cuando te das cuenta de que se te esta acabando el verano a marchas forzadas.

Pero no pasa nada, porque de un plan siempre sale otro y ya tenemos para septiembre pendiente una tarde entretenida de pri(mark) – pri(mor) y lo que surja.

Disfrutad de lo que queda de agosto todo lo que podáis (con cabeza).

¡Sed Felices!

lunes, 10 de agosto de 2020

Primera escapada (P.1)

 Improvisadores,

¿Cómo os va la vida? Se que prometí que estaría más por aquí. Que tendríais algo nuevo todas las semanas. Que os pasaseis por Instagram también. Pero, ya me conocéis. Y conociéndome, sabéis que eso no iba a pasar.

En realidad, hoy estoy escribiendo para mí, no para vosotros. ¿Pero qué sería de mi sin compartir mis tonterías?

Esta semana me voy un día a la playa. Un día. Esas son las vacaciones que tengo este 2020. Pero no me quejo, ya es más de lo que tiene mucha gente. Y yo, ya lo sabéis, me apunto a todo. Cuando sea, donde sea. Pero hoy me ha dado agobio pensar en la playa. En si hay mucha gente, si se respetaran las distancias y las medidas de seguridad. Y entonces me he dado cuenta. Sí, he salido a comer y a cenar, pero por mi barrio (sí, ni siquiera por mi ciudad). Este día en la playa es el primer día que salgo de mi ciudad desde el 13 de marzo.

Hemos visto o leído en muchos sitios el impacto psicológico que el covid tendrá en la gente, pero sinceramente yo pensaba que a mí no me había afectado mucho. Si, el confinamiento ha tenido sus momentos. Pero en el fondo pensaba “si salgo a cenar y a comer, no pasa nada” pero no había salido de mi zona geográfica. Y no va a pasar nada.

Pero llevo un mes de vacaciones, estudiando opos (para que veáis lo que me aburro) y con las noticias de fondo. Y no hacen mas que salir brotes y rebrotes por todas partes. Y entonces me acuerdo de principios de marzo, cuando iban subiendo los números. Y el 13 de marzo a casa. Y el 14 de marzo a discutir con una señora en la cola de la carnicería. Y todos los días preguntarle a mis padres y a mi hermana (para los que no lo sabéis, son todos enfermeros) qué tal el día. Y ahora, vuelven a casa y mi madre vuelve a suspirar cuando le preguntas qué tal ha ido. Eso improvisadores, eso me asusta más que las noticias.

Y veo a la gente en Instagram que se va a pasar el día aquí, allá, el fin de semana, una semana. Y yo me agobio por un día en la playa. Un día con los amigos con los que ya he quedado a comer y a cenar. Si hasta mi hermana se fue un fin de semana de vacaciones. Pero el agobio no tiene explicación.

Pero comentándolo con más gente, se que no soy la única. No es miedo a salir, porque ya digo, yo he salido. Pero es el ver que vuelven a subir los números y que hay gente que le da igual, esta disfrutando del verano como si nada. Y entonces me enfado, pero conmigo misma. ¿Por qué ellos disfrutan del verano y yo me agobio por un día en la playa? ¿Alguien que me lo explique?

Respiraré hondo e iré a la playa. Con mi libro, mi crema solar y mi mascarilla. Tranquilamente. Luego se que será un día genial, pero tengo que preocuparme por adelantado porque así soy yo. Os contaré que tal en otra entrada en el blog… un día de estos. Seguramente antes de 2021.

¡Sed Felices!