jueves, 3 de marzo de 2016

Por las prioridades

Improvisadores, ahora sí que de verdad he estado desaparecida del mundo blog. Pero tampoco es que haya pasado nada emocionante en mi fantástica rutina de oposiciones, capacitación, gimnasio, clases, etc. Pero yo creo que cuando empiece a llegar el buen tiempo las cosas cambiarán. Porque también llegará el final de curso y el trabajo y todo eso. ¡Así que nos veremos más!
Y de verse más es de lo que va el blog de hoy. Estos días atrás la Familia ha vivido cosas que me han hecho pensar. ¿No le damos demasiada importancia a lo que no la tiene? Y digo “demasiada” porque también es importante, pero ¿de verdad es más importante estar encerrado en casa trabajando que estar con la gente que te importa? Otra cosa es si tienes ánimo para salir, pero esa ya es otra cuestión.
Lo que vengo a decir es que cambiemos las preferencias. (Igual si no te gusta la gente estarás pensando que soy imbécil. Yo tampoco descarto esa posibilidad.) Que no sigamos lo que nos dicen que es importante. Que cada uno tenga su criterio. Si crees que es más importante estudiar hasta las 4 de la mañana que sea porque lo crees tú, no porque te digan que es importante que estudies para aprobar y sacar la carrera y tener un trabajo (y demás cuentos chinos). Yo por ejemplo ahorro durante todo el año y prefiero gastármelo en ir a ver a la familia a Francia en verano, total ya he pasado los otros 24 veranos de mi vida en modo económico. Oye, si tu prioridad es tener una carrera profesional exitosa, adelante. Pero si te dan ataques de ansiedad por el trabajo, no es tu caso. Quizá la prioridad debería ser la felicidad, estar contentos con lo que tenemos, lo que hacemos y la gente con la que estamos.
Yo solamente digo que disfrutemos de lo que tenemos y de la gente que tenemos. Las cosas pueden ser para siempre, pero las personas (lamentablemente) no lo son. Creo que es bastante evidente con quien se aprovecha el tiempo y con qué se desperdicia.


De la maravillosa agenda de Mr. Wonderful. 


¡Sed Felices!