jueves, 17 de octubre de 2013

Los papeles del CADCI: Memoria recuperada.

Improvisadores, hoy toca culturizarse un poco. Y por eso os quiero hablar de una nueva exposición que se inauguró en el Castillo de Montjuïc el martes 15 de octubre: “Los papeles del CADCI”.

Carta desde el frente. Os la escribo abajo para que la leáis mejor.

No os preocupéis si no sabéis qué es el CADCI, hace un año yo tampoco lo sabía. Pero me ofrecieron ayudarlos con los documentos del CADCI y así lo conocí. Y ahora vengo a contaros un poco qué es el CADCI y qué podréis ver en la exposición. Primero os pondré aquí más o menos la explicación que viene en el dosier de prensa de la exposición. Después ya os pondré mi opinión personal, esto igual se hace un poco largo. Intentaré no aburriros.

Dosier de Prensa:


En 1903 se fundó el Centro Autonomista de Dependientes del Comercio y de la Industria (CADCI) para agrupar a los dependientes asalariados, todos aquellos que no trabajaban en un torno, una prensa o un telar. Los socios del CADCI eran los que trabajaban en un mostrador (también conocidos como “saltataulells”). El lema que resumía el objetivo principal de la organización era “para Cataluña, libertad; para el dependientes, mejoras”.

El CADCI se configuró con una red de sedes por toda Cataluña que, siguiendo el modelo de la delegación central de Barcelona, se organizó en la Federación de Dependientes. El centro coordinó la acción sindical con las Secciones Permanentes y las Especiales. Éstas, encargadas de ámbitos específicos, gestionaban las actividades formativas de los socios y las socias en las Escuelas Mercantiles Catalanas, la bolsa de trabajo, los servicios sanitarios en la Quinta de Salud la Alianza, las cooperativas de vivienda y consumo, las actividades deportivas y las acciones políticas y culturales relevantes. Como ejemplos de iniciativas culturales y de reivindicación nacional destacan la reactivación de la conmemoración del Once de Septiembre, la manifestación por el estatuto en 1932, la participación durante los hechos de Octubre de 1934 y la organización de la Olimpiada Popular de 1936.

Durante los hechos del 6 de octubre de 1934, la entidad dio apoyo a la constitución del Estado catalán por parte del presidente de Cataluña, Lluís Companys. El ejército, des de los astilleros, bombardeó la sede del CADCI, algunos socios murieron y otros fueron detenidos, entre los cuales estaba su presidente Jaume Cardús que había dado apoyo a la proclamación de la República Catalana. En 1936 el presidente del CADCI fue puesto en libertad junto con el presidente Lluís Companys y los consejeros de la Generalitat. Esto tuvo lugar tras la victoria en las elecciones generales de 1936 del Frente Popular y del Frente de Izquierdas en Cataluña. Los socios y socias recuperaron el CADCI y durante este año llegaron a emitir más de 60.000 carnets.

Durante 1938 el CADCI llegó a movilizar unos 5.000 socios para luchar con el Ejército Popular de Cataluña contra el ejército franquista. Mientras, la entidad actuaba en la retaguardia gestionando acciones de apoyo al frente y otros dirigidos al auxilio social o la gestión en la colectivización de empresas.

Con la entrada en Barcelona del ejército de ocupación el 26 de enero de 1939 también entró en acción la Delegación del Estado para la Recuperación de Documentos. La función de la DERD fue fundamental en la acción represiva ya que con el registro y requisa pretendía identificar a la máxima cantidad de personas y entidades consideradas enemigas de los valores franquistas.

El CADCI fue clausurado y se le arrebataron las propiedades (el edificio de la Rambla Santa Mónica, casas, campos de deportes, suelo edificable, cuentas corrientes, bibliotecas, archivos, etc.). Según el libro de actas de la DERD, el largo y minucioso registro de la sede del CADCI fue uno de los más grandes de los 1690 que se realizaron en Barcelona del 28 de enero al 3 de junio de 1939. El resultado fue la obtención de 180 sacos de documentos en una semana.

La mayor parte de los documentos requisados fueron destruidos y convertidos en pasta de papel. Otra parte se disgregó por diferentes instituciones de la administración franquista y el resto pasaron a formar parte del actual Centro Documental de Memoria Histórica ubicado en Salamanca. Se estima que solo se conserva actualmente un 10% del total expoliado en Cataluña.

Para definir los métodos de trabajo de la estrategia de represión, el ejército tuvo la colaboración del gobierno alemán por medio de una comisión de especialistas en administración policial, policía política y policía criminal. Esta comisión secreta, dirigida por el coronel alemán de las SS Heinz Jost, se encargó de establecer el procedimiento de vaciado de datos de los documentos requisados. Estos documentos supusieron la creación de un archivo de información política. El archivo se ubicó en Salamanca que desde 1938 era la sede del DERD.

La represión de la dictadura se ejecutó mediante diferentes organismos. En el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo se elaboraban sentencias a partir de los informes que, fruto del expolio documental, emitía la DERD. La DERD compartía edificio y responsable (Marcelino Ulibarri) con el Tribunal.  No existen datos contrastados, pero se calcula que de 1940 – 1964 se ejecutaron unos 60.000 procesos judiciales. La cifra evidencia la magnitud de la represión franquista, así como la relevancia que adquiere la documentación expoliada ya que aportaban datos y nombres de personas, entidades y organismos. Su procesamiento generó 3.190.000 fichas de individuos que utilizaron para ejecutar sentencias. El fichero que conserva estas fichas sigue estando en su ubicación original en Salamanca.

Con el restablecimiento de la Generalitat de Cataluña el 29 de septiembre de 1978 se pusieron en marcha una serie de acciones civiles y políticas con voluntad de recuperar el patrimonio expoliado. A pesar de las iniciativas presentadas en la sede parlamentaria y el pronunciamiento del Patrimonio de Cataluña, no fue hasta 1982 cuando se consiguió microfilmar los documentos. A pesar de todo fue en 2012 cuando, con la aplicación de la Ley de Restitución del 2005, se devolvieron al CADCI una parte de los 368 legajos y 6 libros de actas. Aún faltan por devolver 35.670 documentos conservados en más de 450 cajas.

Los carteles de propaganda saqueados del CADCI siguen en Salamanca y no serán devueltos en un principio. No se sabe nada de los 9.000 volúmenes de la biblioteca, ni las cuentas bancarias o de los bienes sustraídos. En el acta de confiscación de la “Cooperativa de Casas Baratas del CADCI” hecha por el Instituto Nacional de la Vivienda, constan 23 casas construidas en Sarrià, un terreno de Pedralbes y una casa del barrio de Sant Andreu. La sede en el número 10 de la Rambla de Santa Mónica, después de ser requisado por el ejército pasó a ser propiedad del Estado franquista. La sede nunca se ha devuelto al CADCI, al igual que el resto de bienes. Actualmente es propiedad del Ministerio del Trabajo y Seguridad Social que en 1984 la cedió a la UGT.

Mi opinión personal: 


Por mi parte, os recomiendo ir a esta exposición. Da igual si sois catalanistas o no, si sois de derechas o de izquierdas. Sigue siendo una exposición que permite sacar a la luz parte de la historia que se está recuperando y vale la pena. La exposición estará del 15 de octubre al 6 de enero en la sala 17 del Castillo de Montjuïc. Está abierta de 9 a 19h y es de entrada libre.


Os voy a dejar aquí algunas fotos que hice el día de la exposición. Espero que os guste y vuelvo a recomendaros que vayáis. 





Carnets de socios. Devueltos desde Salamanca y expuestos en Montjuïc.

Fichas que se entregaban a los hijos de los socios del CADCI.

Postal enviada desde el frente. 


Telegrama enviado solicitando un certificado de antifascista.

Imagen de la primera misa celebrada en Barcelona después de la ocupación.

Soldado republicano y socio del CADCI delante de una bandera de la entidad.

Selección aleatoria de algunos de los carnets devueltos desde Salamanca.

Fotos de las Escuelas Mercantiles.

Joan Escudé (socio del CADCI) viendo la entrevista que a él mismo le hicieron.

Carnet de Joan Escudé cuando tenía 20 años. No se lo llevaron a Salamanca al tenerlo guardado su madre. (No sabéis lo que fue pasar de estar pasando datos a un excel a conocer a un socio del CADCI en persona)

Imágenes de las actividades de retaguardia.

Más imágenes de retaguardia.

Así es como se conservan los documentos en el Archivo Histórico Nacional.


Vaga mercantil delante de la sede del CADCI el 19 de junio de 1936. Se puede ver el cartel de la Olimpiada Popular que debía haberse inaugurado el 19 de julio de 1936.

Solicitud al CADCI de un permiso de libre circulación para su empleado y socio del CADCI. 

Sello del CADCI en 1903.

Carnets de socios. Abajo, recibo de pago de junio de 1937.
Acompañaba a la foto en los carnets de los socios.  "Todo socio representa al Centro. Cabe en todo lugar comportarse digno de esta representación."

Os dejo aquí el enlace a la noticia en televisión. Aunque os aviso que está en catalán (para los que no lo entiendan).

La carta con la que abro hoy el blog la enviaron desde la División Carlos Marx en el Regimiento de Infantería de Aragón nº2, 3er Batallón. Y dice así:

"Granja del Cuervo a 13 de Enero de 1937.

Simpáticas y lindas nenas del CADCI,

En estos momentos en que el aburrimiento y la nostalgia están completamente apoderados de nosotros, hemos pensado que quizás entre alguna de estas lindas obreritas de Barcelona exista alguna que tenga la amabilidad de escribirnos y contarnos algo de ésta apreciada Ciudad que tanto echamos de menos. 

No dudamos que vosotras que habéis demostrado y demostráis tener un corazón tan noble, al trabajar por nosotros para procurarnos todo el bienestar posible en estas áridas y frías tierras de Aragón y que además nos hacéis el obsequio de mandarnos este regalo, que lo apreciamos, no por el valor material que representa sino porque junto con él viene todo el espíritu de Cataluña, caracterizado principalmente en vosotras, que habéis contribuido con esa fineza que distingue a la mujer, a hacernos más dichosa esta azarosa vida. 

No queremos cansaros más, y esperamos ansiosos vuestras respuestas que no dudamos llegarán muy pronto, aliviándonos un poco con vuestras caricias literarias de estos días que tan largos se hacen lejos de nuestra querida Ciudad y simpáticas camaradas. 

Salud y Revolución. 

Vuestros camaradas que esperan impacientes les contestéis."

Joyas como esta son algunas de las que podréis ver en la exposición hasta el 6 de Enero. No os lo podéis perder. Y yo, al igual que los soldados de la División Carlos Marx en el Regimiento de Infantería de Aragón nº2, 3er Batallón, espero ansiosa vuestras respuestas (o comentarios).

¡Sed felices!

miércoles, 16 de octubre de 2013

Noruega parte IV: adiós Noruega.

Improvisadores, volamos de vuelta a casa. 
A las 5 de la mañana ha sonado el despertador. Nur se ha hecho un café, pero yo no tenía nada de hambre. He recogido lo que me faltaba y a las 5:40h cogíamos el autobús hacia el aeropuerto.
Resulta que Morten tenía que coger el mismo avión que yo, pero al perder el autobús llegó justo para embarcar. Tampoco había hablado mucho con él, por eso me sorprendió que estuviéramos juntos en la espera para embarcar. Teníamos filas diferentes y al llegar a Oslo bajé directa al autobús que me llevaba a la terminal y lo perdí de vista. Hasta que reapareció en el autobús. Al bajar del autobús volví a perderlo de vista hasta que apareció a mi lado mientras esperaba el ascensor que nos llevaba a los vuelos internacionales. Al bajar, ya tenía puesta mi puerta de embarque y me acompañó hasta la puerta que pasaba a internacional. Yo he pasado porque eran las 8:15 y mi avión salía a las 9, pero él no pasó porque su avión salía a las 17h.
Ya en el avión Oslo – Barcelona tocaba desayunar que eran las 10 y llevaba desde las 5 despierta y sin comer. Me pedí el mismo desayuno que mi vecina y me da un café, un zumo, una mini barrita y un sándwich. A mí no me va mucho el café, el zumo era “de naranjas de Valencia” (si tú lo dices). Al ver el sándwich pensaba que era de tomate y queso. Hasta que lo probé. ¡Pimiento rojo con queso! ¿Qué broma pesada es esta? Para el que no lo sepa, no me gusta el pimiento. Por un momento pensé en quitarlo, pero lo había pagado y me lo iba a comer. No sé si es señal de que tenía mucha hambre o de que me hago mayor. Después de desayunar, me he puesto a escribir en la libreta. Si vieseis la letra que me ha salido os imaginaríais la magnitud de las turbulencias.
Para seros sincera, era la primera vez que de verdad no quería volver a casa. Algunos dirán “normal, de vacaciones en Noruega yo tampoco querría volver a casa y a la rutina”. No es eso. No sé cómo explicarlo porque ni yo misma me entiendo. Pero voy a intentar explicarlo, escribir se me da mejor que hablar de estas cosas. Solo tengo que explicarlo de forma que no parezca que estoy de psiquiatra. Desde hace un tiempo estar en Valencia me agobia. En España. Cuando acabé 2º de carrera les dije a mis padres que no me gustaba, pero me dijeron que la acabase porque no se podía estar sin hacer nada. Y en ese momento tenían razón. Ahora he acabado la carrera y todos dicen lo que debería hacer, lo que tengo que hacer. Y me agobia. Todos dan por hecho lo que quiero hacer. Lo que nadie se plantea es qué quiero hacer yo. Pero tampoco lo tengo claro yo misma. Así que hay que hacer cosas “por si acaso”. Y yo pregunto: ¿Por si acaso qué? ¿Por si la crisis se acaba mañana cuando suene el despertador? ¿Por si de repente sé lo que quiero hacer? ¿Por si con 22 años soy capaz de decidir qué hacer con el resto de mi vida? Todos los “por si acaso” dan igual. Porque tengo 22 años y llevo desde los 18 escuchando que mi carrera no sirve para nada. Ahora yo misma creo que no sirve para nada. Y que en la radio y en la televisión no hagan más que dar malas noticias y decir lo mal que está todo no ayuda. Se me hace un nudo en el estómago y me dan ganas de llorar. Porque todos dicen que trabajemos en nuestro futuro, pero mientras tanto no hacen más que repetir que no tenemos futuro.
Podéis llamarme derrotista o cobarde, pero no quería volver aquí. En casa tengo ganas de llorar todos los días. En Noruega solo quise llorar cuando me tenía que volver. Lloro sin ningún motivo aparente, por tonterías. Y me siento mal por mí y por mis padres. Porque no creo que sea plato de buen gusto ver llorar a tu hija y no poder hacer nada. Y entonces lloro más. Y así es la pescadilla que se muerde la cola.
No sé si he conseguido explicarme, pero ahora mismo solo quiero volver a Molde. Necesito volver a Molde. Alejarme de todo esto, quizá ver las cosas con perspectiva; pensar un poco. Necesito volver a esas calles, casas y jardines perfectos con un futuro perfecto. 
¡Sed Felices!

Noruega parte III. Campamento base: Molde.

Improvisadores, seguimos con Noruega, pero tranquilos, ya no queda mucho. 
A las 8 de la mañana sonó el despertador y mi mente y mi cuerpo no querían responder. Pero al final no me quedaba otra. Me levanté, desayuné y preparé la mochila. Iba medio dormida, pero había conversación en el comedor y necesitaba mi inglés al 100%. Para empezar, “el progre” me saludó. No me lo esperaba, estábamos a lunes y no me había dirigido la palabra aun. Se ha ganado este apodo porque cree que si blancos y negros tienen hijos juntos, a las 4 generaciones serán estériles porque no es viable. Por lo visto su cerebro sí es viable, o eso dice el médico. Y luego el sueco (que se llama así porque es sueco, no porque se haga el sueco) se puso a hablar conmigo cuando todos me habían abandonado. Hizo un repaso de todo lo que llevaba en la mochila y todo lo que llevaba puesto. Vamos, que se aseguró hasta de que llevase ropa interior térmica. Me ha hecho levantarme y enseñarle los zapatos que llevaba para darle el visto bueno a ellos y a mi abrigo con capucha (porque según él necesitaba un gorro). Todo esto mientras insistía en que tuviese cuidado con no resbalar. Creo que pensaba que nos íbamos a escalar la montaña, lo que no sabía él es que íbamos a una zona perfectamente acondicionada para pasear. Pero bueno, que al volver de la excursión y no ver que me esperaba para ver si seguía viva, me ha decepcionado.
A las 9:30 llegaron Nur y Guillem con el coche alquilado y nos han recogido a Ali, Daniela y a mí. Con el rumbo marcado y confianza puesta en la capacidad de Nur para leer mapas, nos fuimos rumbo a Trollstigen. En lugar de coger el ferri decidimos bordear el fiordo añadiendo lo menos 1h y media al trayecto. Pero os aseguro que como era el primer día de turismo, valió la pena. No sé si es así en toda Noruega, pero en esta zona vimos cientos de cascadas. Noruega podría resumirse en agua y verde. El agua puede ser en el mar, en ríos o en lluvia, pero hace que todo esté verde y limpio.
Me fascinaron las casas en mitad del campo, sin ninguna valla de delimitación o protección. Las únicas vallas que había eran decorativas o para controlar a las ovejas. Personalmente, me parece genial que no tengan la necesidad de cerrar todo a cal y canto. Creo que eso hace la vida mucho más tranquila. Cuando llegamos al principio de Troslltigen, nos paramos a hacernos fotos con un troll de madera. Tenemos tal cantidad de fotos que es obvio que íbamos de turismo. Pero en las fotos no es ni la mitad de impresionante que en persona.
Subimos Trollstigen con el coche, aunque creo que casi se muere. No puede ser que un coche de 2 años no pueda subir las cuestas o tarde tanto en coger velocidad. Llegamos arriba y comimos sentados encima de nuestras chaquetas. Es lo que tiene la lluvia continua, que todo se moja. Pero si tenemos que esperar a que deje de llover, no saldríamos a la calle. No sé con qué palabras describir Trollstigen. Es impresionante. Si alguna vez vais a Noruega, no podéis perderos esta visita. Pero abrigaros.
De Trollstigen pusimos rumbo a un ferri que nos llevó hasta Geiranger. Allí la idea era coger un ferri que nos llevaría por el fiordo, pero solo funciona durante el verano.
Así que dimos media vuelta y cogimos el ferri otra vez. En el ferri Guillem y yo nos cambiamos, mi turno de conducir. Cuando me tocaba salir del ferri el coche no arrancaba. Que no cunda el pánico. Vuelvo a intentarlo. Sigo intentándolo. El del ferri viene a  preguntarme si hay algún problema. Claro que hay algún problema ¡el coche no arranca! El de atrás hace luces. Menos mal que Ali me defendió del impaciente. Guillem dice que le deje probar a él. Lo arranca. Me subo al coche deseando que la tierra me trague. Guillem saca el coche del ferri mientras el del ferri se quedaba mirándonos. Vuelvo a ponerme al volante.
Poco atentos a las señales, nos pasamos la que tocaba y me tocó bajar Trollstigen. Para que os hagáis una idea de la pendiente, se puede bajar toda entera en punto miento y frenando. Además, tiene curvas imposibles y curvas que ni el mejor de los circuitos de F1. Llegamos abajo sanos y salvos y entre carreteras y ferris conseguimos llegar a Molde. ¿Comentarios? ¿Nadie quiere decir nada? Vale, ya sigo yo. En los ferris se paga por el coche y por cada persona. Creo que el coche son unas 60kr (7.8€) y son 27Kr (3.51€) por persona. En todos y cada uno de los ferris hubo alguien que no pagó porque el cobrador se descontaba o vete a saber por qué. Pero fueron todos muy simpáticos, menos el del ultimo ferri. A este señor le pedimos por favor que nos hablase en inglés y nos contestó “noruego en Noruega”. Pues muy bien señor, muy bien.
Al llegar a Molde dejamos a Daniela en su casa y nos fuimos a aparcar. Vivir en el centro está muy bien, pero de 8h – 17h es todo zona azul. Como eran las 20:30h lo aparcamos y nos fuimos a por la cena. Allí estuvimos en otra de nuestras largas sobremesas con chistes y tontadas varias mientras veíamos cómo jugaban a la play los compañeros de residencia.
El problema de aparcar en zona azul es que o movíamos el coche o nos tocaba pagar. Eso quiere decir que el martes nos tocó madrugar más. A las 7 sonó el despertador y me levanté a hacer el café. Allí nos sentamos a desayunar ya con todo listo. A las 8 y cinco nos entraron las prisas y mientras Guillem iba a por el coche, nosotras bajamos las mochilas y esperábamos a Anastasiya. Lloviendo más que el día anterior pusimos rumbo a Bud, un pueblo pesquero. Al hacernos un lio para salir acabamos en un museo de la II Guerra Mundial (cerrado) y nos dimos una vuelta por fuera del puesto de vigilancia y los cañones. Nos asomamos a los túneles, pero también estaban cerrados. ¡Por dior! ¿Quién podría pensar que en Noruega cierran en invierno?
De Bud pusimos rumbo a la carretera del Atlántico para llegar a Kristiansund. Hasta que nos encontramos con un peaje. Era caro, así que nos dimos media vuelta allí mismo. ¿15€ Por persona y además el coche? No, gracias. De allí pusimos rumbo a una iglesia vikinga en Kvesnes. Como también abre solo en verano, la vimos por fuera. La vikinga y la del siglo XIX que construyeron al lado, las dos cerradas. ¡Qué rabia! ¡De verdad quería ver la iglesia vikinga! Nos pusimos a buscar un sitio donde parar a comer y no mojarnos. Seguimos un camino pasando de la señal de camino privado y casi acabamos en un barrizal, así que dimos media vuelta y acabamos en una mesa de picnic enfrente de una especie de hotel abandonado.
Mientras comíamos bajo la fina lluvia, pasó un señor con dos niños que iban a pescar y estuvo hablando con nosotros muy amablemente. Me fascina como allí casi todo el mundo habla inglés perfectamente. Después de comer decidimos intentar suerte en otra iglesia vikinga. Como no teníamos muy claro por donde llegar, le preguntamos a una mujer. Seguimos sus indicaciones y al no encontrar la iglesia, volvimos a preguntar. Sin saber cómo, volvíamos a estar en la carretera del Atlántico. Ali se puso al volante para hacer media carretera del Atlántico y luego lo volví a coger yo hasta Molde.
Dejamos a Anastasia y fuimos a comprar. Mientras Guillem y Ali devolvían el coche, Nur y yo volvimos a casa para hacer la maleta. A todo esto, el coche había que devolverlo con el depósito lleno. ¿Sabéis lo que eso quiere decir? Haceros una idea con este dato: 15’09Kr/litro. Lo que equivale a 1.96€/litro. Después de hacer la maleta y para hacer tiempo, nos pusimos una película. A las 9 salimos a hacer la cena y llegaron entonces el profesor de kickboxing y un compañero de residencia, que venían del gimnasio. Y entonces le dicen a Nur que podría haberme llevado a la clase. ¡A buenas horas mangas verdes! Y también la última noche deciden preguntarme quien soy y hablar conmigo. Nur tenía razón, son bastante fríos. Si no van borrachos no hay confianza. De hecho, he tenido un par de momentos raros al saludar a alguien e ir a darle dos besos y que ellos estiren el brazo para darme la mano. Con la costumbre se me olvida que esta gente no besa.

Cenamos con una cerveza por fin, que después de las 18h no venden alcohol y siempre llegábamos tarde (y que son carísimas hasta que encontramos esas que estaban muy buenas por 4kr que son 50 céntimos). Después de cenar tocaba acostarse pronto, así que me despedí de Ali y Guillem y me dispuse a intentar dormir. 
!Sed felices!

lunes, 14 de octubre de 2013

Noruega parte II: Molde y su rutina

Improvisadores, los siguientes dias en Molde fueron de adaptación al terreno. 
El viernes por la mañana, Nur tenia prácticas en el hospital, así que me levanté y me fui a desayunar yo sola. No sé cómo acabé hablando con una chica mejicana durante más de una hora. Así es como se pasa la mañana cuando no sabes qué hacer. Después me puse mi abrigo y salí a visitar la ciudad. Nur acabó las prácticas antes de tiempo, asi que a las 12 volví a la residencia a cambiar mi abrigo por una sudadera y nos fuimos las dos a dar una vuelta.
Después de comer tocaba siesta, pero vino Daniela y como ella no hace siesta, no era demasiado consciente de que Ali, Nur y yo nos dormíamos. Nos dijo que si queríamos quedar con ella y con otros esa tarde noche, asi que cancelamos nuestro plan y nos fuimos al centro comercial a hacer tiempo. Al volver resulta que ya se habían ido, asi que nos duchamos, cenamos y nos pusimos una película. Estabamos tan cansadas que ni nos enteramos de la película.
El sábado por la mañana dormimos hasta tarde. Normal, las pobres madrugan bastante entre semana. Comimos y después de comer nos fuimos a hacer la compra. Al volver de hacer la compra y tras reponerme del susto de escuchar 221 (aun me tenía que acostumbrar a lo de las coronas, en realidad fueron 28.73€) nos pusimos una película, cenamos y sacamos el vodka que les había llevado. Estuvimos bebiendo mientras veíamos el Barça – Valladolid que tenían puesto los compañeros de Nuria. Son muy forofos del futbol, de cualquier liga.
A las 12 nos fuimos a la discoteca. Ellas entraron gratis con el carnet de estudiante, yo tuve que pagar 100Kr (13€). El caso es que se suponía que antes de las 12:30 es gratis, pero resulta que tuvimos la suerte de ir un dia que había una especie de DJ invitado.
Estuvimos allí las 4 bailando entre gente de su residencia y gente muy rara. Allí van muy a saco, que más de una vez nos tocó hacer piña y hacerle el vacio a alguien como forma sutil de decirle que se largue. No sé porque les cuesta tanto entenderlo. ¿Te parece a ti que te he dado permiso? Tu mano de mi nuca hasta el culo sobra. Marta seguro que piensa lo mismo del cansino que le tocó a ella. Ali acabó con un arañazo en la espalda, a mi me pegaron en la cabeza y a las dos nos tiraron un cubata encima.
A las dos cerraban y la gente estaba ya desfasada, como si fuesen las 8 de la mañana. Cuando salimos de allí llegaba la policía. Buen momento para irse.
El domingo a las 10 me desperté, después de intentar volver a dormir me levanté a la media hora y sin despertar a Nur me fui a desayunar. Por una vez el salón estaba vacio. Estos noruegos estarían recuperándose de tanto desfase hasta las dos de la mañana.
Cuando estaba preparándome mi elaborado desayuno de leche con cereales llegó Ali que volvia de recoger a su novio Guillem del aeropuerto. Así que desayuné con ellos y luego, mientras escribia en mi libreta, apareció el primer noruego del dia. Por lo menos Morten estaba vivo. Se hizo la comida y se largó con ella, para al minuto volver a bajar con la comida a una mesa y con su amigo. Digo yo que podrán comer en la mesa como dios manda, que hay muchas, no hace falta que se sienten en la mia. Hablamos un poco, pero nada más acabar de comer se levantaron y se fueron. Nada de sobremesa. Después de ellos, llegó una chica y siguiendo la tradición se ha hecho la comida y se ha ido después de indicarme amablemente donde había un supermercado abierto.
Poco a poco aparecieron Nur y Ali. Como no queríamos despertar a Guillem, nos pusimos una película para hacer tiempo hasta que a las 3 teniamos muchísima hambre y Ali decidió despertarlo. Con ella no puede enfadarse (o no mucho). Después de comer y de acabar a las 17h, nos tocaba siesta. Peroa las 18h se supone que habíamos quedado para salir a dar una vuelta, pero Ali y Guillem fueron baja por siesta. Asi que Nur y yo nos fuimos a dar una vuelta. Fuimos primero hasta el hospital, porque tienen que hacer fotos a los recursos del pueblo para un trabajo. Y luego nos fuimos a visitar el cementerio.
Sé que puede sonar raro, pero no lo es tanto. Una profesora dijo una vez que para conocer una sociedad hay que visitar el mercado y el cementerio. Pues a mi me gustan los mercados, pero los cementerios también tienen su encanto (a su manera, obvio). Hay cosas muy curiosas. En Noruega algunas lapidas tienen el oficio del fallecido y el apellido de soltera de la mujer. No tienen tumbas en nichos, son todas en el suelo y no con un elaborado mármol encima como por ejemplo en los entierros aquí. Solo tienen una lapida clavada que puede ir desde una piedra al mármol más ornamentado. Otra cosa curiosa es que no tienen horarios, el cementerio tiene una puerta para delimitar el terreno, no el horario. Simplemente tiene una valla baja con una puerta con cerrojo.
Al volver nos tomamos un café en la cafetera que le había llevado a Nur, cenamos y tras una larga sobremesa nos fuimos cada uno a su habitación con nuestros boles de palomitas. 
¡Sed felices!

domingo, 13 de octubre de 2013

Noruega parte I: Valencia - Molde

Improvisadores, he estado visitando a Nur en Noruega y aquí os dejo la primera parte del viaje. Hoy: Valencia - Molde. 
Por la noche no podía dormir de los nervios, así que a las 5 de la mañana y sin apenas haber dormido 4h me levanté y me fui zombi a desayunar.
Últimas cosas en la maleta y a las 5:50 el taxi ya nos esperaba. Nos tocó un taxista simpático, de esos que te dan conversación de la buena. Al llegar a la estación del tren mi padre se dio cuenta de que solo llevaba 2 billetes. Adivinad a quien le faltaba el billete. Exacto, a mí. Pero por una vez tengo que admitir que las tecnologías son útiles. Renfe me había enviado un SMS con un enlace donde descargar un código y con eso es como si fuese un billete en papel. Nos aposentamos en nuestros asientos y al lado se sentaron tres coreano. Era gracioso verlos porque hablaban rápido pero comían y bebían realmente lento. Creo que esa botella de Coca-Cola les durará hasta Seúl. En una de las paradas del tren subió un matrimonio con su hijo y resulta que uno de los coreanos ocupaba su sitio. Eso también fue gracioso de ver, un coreano intentando entenderse con un sudamericano que no hablaba más que castellano. ¿Dónde ha acabado el coreano? A mi lado. A eso de las 7 nos fuimos a desayunar al vagón cafetería y al volver había perdido a mis padres en algún punto del pasillo y el coreano empezó a hablarme en inglés con un acento muy difícil. Mis padres volvieron y me convertí en la intérprete. Y así hasta casi las 10 que llegamos a Barcelona. La verdad es que el coreano me preguntó por todos los temas posibles: si siempre se mata al toro (no me preguntéis porqué me preguntó eso porque no lo sé); que se hace con la carne de toro; si curan al toro después de las banderillas; si hay mucha corrupción en España; los problemas sanitarios; si dormimos mucho; si no nos morimos de hambre al cenar tan tarde; a qué hora empieza la jornada laboral; el jamón; y casi puso a dieta a mi padre y le dio la risa cuando mi madre le dijo que mi padre había perdido peso.
La verdad es que el tema del jamón le marcó de por vida. Cuando se enteró que el jamón no está cocinado creo que casi le dio un ataque. No paraba de repetir que el cerdo crudo es peligroso y que contiene bacterias. Nos preguntó que si comíamos mucho jamón. Estaba preocupado porque él había comido el día anterior y le dije: nosotros hemos comido y seguimos vivos. Y me contesta: sí, estáis vivos pero tendréis bacterias en el cerebro. Total, que al llegar a Barcelona acabé con la tarjeta de visita de un médico de Corea del Sur. Si alguna vez vais y os pasa algo me avisáis.
Al llegar a la estación fuimos a por el cercanías para ir al aeropuerto. Muchos aviones y todo lo que tú quieras, pero la combinación para ir da asco. Llegamos allí y facturé mi maleta. Nos fuimos a tomar una Coca-Cola, pero a mí me estaba dando un ataquito y acabé tomándome un Valium. Yo era más partidaria de un tequila, pero no se puede contradecir a una madre. Pasado el control, me di cuenta de que soy más rápida poniéndome las botas después de los controles. Esperé un rato y enseguida salió mi puerta de embarque. Allí estaba yo en la cola rodeada de noruegos y en el túnel para embarcar conocí a una pareja curiosa con una niña monísima. Ella es de Chile y él de Castellón, pero viven en Noruega. Hacía dos días que habían vuelto de Chile, eso sí es hacer puntos de vuelo.
Ya en mi asiento me tocó al lado a una madre y a su hija. Menos mal que la hija hablaba inglés, porque la megafonía del avión daba mucho asco. Al tardar en salir de Barcelona, llegamos más tarde de lo previsto. Después de casi morir de vieja esperando mi maleta, me quedé enfrente de la puerta de salida. Había dos opciones “Nada que declarar” en verde y “Objetos que declarar” en rojo. Llamarme loca, pero creo que en cuestión de aduanas es mejor evitar el rojo.
Cruzada la aduana, resulta que la facturación en Oslo se hace con una máquina. Como no tenía ni idea de cómo hacerlo, he tenido que pedir ayuda a una de las trabajadoras del aeropuerto. Volví a pasar el control de seguridad y cambié euros por coronas. Esto me hizo valorar lo cómodo que es ir con el euro a todas partes. De todas formas, aun tenía que acostumbrarme a las coronas noruegas y no poner cara de susto cuando por un cruasán y una botella de agua me cobren 63. Si fuesen 63€ le estampaba el agua en la cabeza.
A las 19:15 salió en el panel la puerta de embarque de mi vuelo Oslo – Molde. Resulta que la puerta estaba en la otra punta del aeropuerto y casi me equivoco y me meto en la cola que no era. Pero no pasó nada porque son tan previsores que pusieron la puerta de embarque a las 19:15 y la abrieron a las 20:40. Después de esperar una hora y media puedo deciros que los noruegos son muy silenciosos. No hablaban entre ellos ni los que iban juntos en grupo. Y también puedo deciros que cuando te miran lo hacen directamente, nada de disimulo.
Cuando subí al avión resultó que una pareja ocupaba mi sitio porque habían puesto entre los dos una bolsa llena de zapatos. ¿En serio? ¿No tenéis una maleta? Total, que después de conseguir dejar mi maleta (porque también habían ocupado mi huevo en el portaequipajes) me senté  dispuesta a soportar otro viaje en avión. Después de despegar estaba tan cansada que me dormí. Como lo leéis, me dormí en el avión.
Me desperté a tiempo para ver el mini aeropuerto de Molde. Tras un aterrizaje horrible, bajé corriendo del avión porque allí sabía que me esperaba Nur. Entré en una mini sala con dos mini cintas para maletas y allí estaba Nur con Ali y Marta. Después de un superabrazo, de conseguir no llorar y de saludar a Ali y Marta, recogí mi maleta llena de 22kg de cosas para Nur y nos sentamos dentro del aeropuerto.

Después nos fuimos en busca del autobús que cuesta 30 coronas (3.9€) y por fin llegamos a la residencia, cenamos, pusimos el colchón extra en la habitación de Nur y nos fuimos a dormir. Estaba viajando desde las 6 de la mañana. Creo que me lo merecía. 
¡Sed felices!