jueves, 12 de diciembre de 2013

Familia, divino tesoro.

Improvisadores, he vuelto y estoy resfriada. Me fui a pasar el puente de la constitución a Francia, a visitar a la familia. Y de regalo me he traído un resfriado. ¡Ah! Y preparados para seguir la explicación sin que os tenga que dibujar un árbol genealógico.
Me fui el viernes por la mañana con mi abuela y el primo de mi madre. Siete horas después de salir de Valencia, llegábamos a casa de mi tía Rita (la hermana de mi abuelo). Y desde ese viernes por la noche no hicimos más que ir de mesa en mesa.
El viernes cenamos 8 en casa de Rita y después me fui a la cama dejando a mi abuela y a su cuñada (es decir, Rita) en su fiesta de pijamas particular. No sé qué se traerían entre manos, pero llevaban unas risas ellas solas… El caso es que el sábado por la mañana pasó Pedro (el hijo de Rita, el primo de mi madre que nos trajo desde Valencia, ¿recordáis?) a recogernos y nos fuimos a comer a casa de la tía Carmen (hermana de mi abuelo también). No es que yo me levantase tarde, es que allí se come pronto. Y vas antes a la hora del aperitivo y luego a comer. Y comer y comer y no parar. Nunca deja de salir comida de la cocina, es como si tuviesen a alguien allí metido cocinando las 24h del día sin parar. Y encima todo está bueno, porque si estuviese malo pues no comes tanto. Pero todo está bueno, no hay cosa que no lo esté. El salmón que se deshace en la boca; pato que acompaña a las patatas de forma maravillosamente genial; foie gras que más que un aperitivo debería ser un plato principal; la raclette (creo que se escribe así) que combina queso, carne, patatas y todo lo que le eches. Y el vino rosado, ¡ay dios! No soy muy de vinos y el tinto me parece fuerte y el blanco no me va. Pero el rosado… ¡eso sí!
Después de comer con los tíos nos fuimos a casa de Javier (el hermano de Pedro) a cenar todos. Y cuando digo todos me refiero a los 5 hijos de mi tía con sus correspondientes consortes con sus correspondientes hijos y los consortes de sus hijos. En total éramos nada más y nada menos que 31 personas cenando allí. Somos una familia bastante grande (esto lo digo para los improvisadores que no son de la familia, los de la familia ya lo sabéis) y eso quiere decir que es más que probable que no conozca a alguno de mis primos aun. Hasta el sábado, porque no faltaba nadie allí. Y me lo pasé genial. No gracias a mi capacidad de comunicarme en francés, más bien a la capacidad de mis primos de comunicarse en castellano. Aunque en mi defensa diré que entiendo el francés más de lo que pensaba y que cuando me leían las preguntas del trivial en francés las pillaba casi siempre. Lo de leerlas yo en francés ya era otro tema. Como práctica está bien, pero como jugadora de trivial deja bastante que desear si luego alguien tiene que volver a leerlo. Pero vamos, que me lo pasé genial. No tengo nada en  contra de la gente mayor (me refiero a los que ya cobran pensión y tal) pero no tenemos el mismo concepto de entretenimiento y por eso esa noche me lo pasé tan bien, porque estaba con mis primos que se acercan más a mi edad que mis tías abuelas o mi abuela. Con todo el respeto del mundo hacia las personas mayores, ojo.
El domingo por la mañana fuimos a comer a casa de la Amparín (prima de mi madre e hija del tío Ricardo; hermano de mi abuelo) y allí éramos 21 si no recuerdo mal. La verdad es que los aperitivos empiezan pronto, pero luego la comida se alarga horas y horas porque como hace tanto tiempo que no los ves, parece que no quieres irte nunca. Pero sobre las 6 ya volvíamos a estar en casa de la tía Carmen. Esa noche tocaba pasarla en su casa. Y aquí fue donde avancé barbaridades a leer el libro de “El tiempo entre costuras”, supongo que por eso de no tener internet ni prestarle atención a la televisión. El lunes por la mañana nos levantamos y después de algunas visitas fugaces, me fui a dar una vuelta yo sola por el pueblo. No es que me fuera a perder porque ya había estado antes allí, así que no había ningún problema. ¿Por qué me fui a dar una vuelta? Porque me aburro toda la mañana en casa sin salir y porque pasear cuando no hace calor es una gozada. Cuando fui a Noruega a ver a Nuria también me fui yo sola a dar una vuelta.
Pero volvamos a Francia. Me fui en busca de una farmacia porque yo en cuanto me descuido tengo la garganta fatal. ¿Y sabéis que? Las farmacias no abren los lunes. Tampoco los bancos. Creo que no abre nada los lunes. Increíble pero cierto. Pasé una farmacia cerrada y buscaba otra, pero no sabía dónde había una, así que paré a una pareja de ancianos para preguntarles en mí no perfecto francés “Excuse-moi….comment ça se dire… ¿farmacia?” y el buen hombre me entendió y me dio las indicaciones en francés preguntándome si las entendía. Por suerte, el día de antes la tía Rita me había explicado como se dice “a la derecha”, “a la izquierda” y “todo recto”. El caso, que las tres farmacias que encontré estaban cerradas.
Así que de vuelta a casa de mi tía y cuando quise darme cuenta ya eran las 12, hora de comer. Sí, las 12. Pero no os penséis que después de comer hay siesta, que vino una amiga de mi tía y nos fuimos todas a su casa y allí estaban leyéndose las cartas estas de adivinación mientras tomaban el café. Las 6 señoras y yo. Y de allí nos fuimos al súper a comprar cosas que quería traerse la abuela de allí, y ya sabéis: discusión por pagar. No lo entenderé nunca. Una o dos veces vale, pero si a la tercera te dicen que no, ¡no te pongas a discutir!
Luego vinieron la Amparin y Paco a por la abuela y a por mí y nos fuimos a cenar a casa de Jose (otro hijo de la tía Rita). No sé cuántos éramos, pero no éramos 31 seguro. Hacia un frio de mil demonios fuera de casa, pero dentro con las dos chimeneas tengo que decir que su casa parecía el paraíso. Pero nos fuimos pronto a casa porque el martes por la mañana tocaba poner rumbo a Valencia, así que a las 12 de la noche ya estaba yo en la cama con el libro en la mano.
El martes me desperté y cuando salí me encontré con que habían traído a la prima pequeña porque estaba mala y no iba al colegio. Y ella sin hablar castellano y yo con 4 palabras mal dichas  (y que no sé escribir) en francés, estuvimos jugando lo menos dos horas. Me seguía, me esperaba si no la seguía, me mandaba subir a por mí abrigo porque a ella le habían dicho que saliese con su abrigo. Vamos, que la comunicación con los niños es universal. Hablen el idioma que hablen, todos hacen castillos con cubos de juguete y los derrumban, todos hacen mil preguntas, todos juegan a subir y bajar las escaleras y todos son un poquito mandones.
A las 11 vinieron Pedro y Françoise y pusimos los 4 rumbo a casa con el coche más cargado que cuando nos fuimos hacia allí.
Cuando fui a Noruega dije que era el sitio más bonito en el que había estado nunca. Y es verdad, es precioso, tiene algo especial. Pero Francia tiene algo muy especial también, que cuando vamos a casa de la familia es muchísimo más bonito que mil Noruegas juntas. Porque hace años que no los ves o incluso es la primera vez que los ves en tu vida, pero parece que los vieses todos los días. Porque vas allí y es reunión tras reunión, y risas y más risas. Y ya lo dice la Amparin, a los Zafras nos gusta el jaleo, y por eso me encanta ir a Francia a visitarlos. Es verdad que cuesta dinero viajar, pero si el dinero se gasta en viajar y en ver a la familia yo creo que es un dinero más que bien invertido. Y oye, no son visitas sin más que también voy aprendiendo cosas útiles. De momento solo sé frases cortas, palabras sueltas y preguntar dónde está el vino rosado; ¡pero por algo se empieza!

¡Sed Felices!

jueves, 17 de octubre de 2013

Los papeles del CADCI: Memoria recuperada.

Improvisadores, hoy toca culturizarse un poco. Y por eso os quiero hablar de una nueva exposición que se inauguró en el Castillo de Montjuïc el martes 15 de octubre: “Los papeles del CADCI”.

Carta desde el frente. Os la escribo abajo para que la leáis mejor.

No os preocupéis si no sabéis qué es el CADCI, hace un año yo tampoco lo sabía. Pero me ofrecieron ayudarlos con los documentos del CADCI y así lo conocí. Y ahora vengo a contaros un poco qué es el CADCI y qué podréis ver en la exposición. Primero os pondré aquí más o menos la explicación que viene en el dosier de prensa de la exposición. Después ya os pondré mi opinión personal, esto igual se hace un poco largo. Intentaré no aburriros.

Dosier de Prensa:


En 1903 se fundó el Centro Autonomista de Dependientes del Comercio y de la Industria (CADCI) para agrupar a los dependientes asalariados, todos aquellos que no trabajaban en un torno, una prensa o un telar. Los socios del CADCI eran los que trabajaban en un mostrador (también conocidos como “saltataulells”). El lema que resumía el objetivo principal de la organización era “para Cataluña, libertad; para el dependientes, mejoras”.

El CADCI se configuró con una red de sedes por toda Cataluña que, siguiendo el modelo de la delegación central de Barcelona, se organizó en la Federación de Dependientes. El centro coordinó la acción sindical con las Secciones Permanentes y las Especiales. Éstas, encargadas de ámbitos específicos, gestionaban las actividades formativas de los socios y las socias en las Escuelas Mercantiles Catalanas, la bolsa de trabajo, los servicios sanitarios en la Quinta de Salud la Alianza, las cooperativas de vivienda y consumo, las actividades deportivas y las acciones políticas y culturales relevantes. Como ejemplos de iniciativas culturales y de reivindicación nacional destacan la reactivación de la conmemoración del Once de Septiembre, la manifestación por el estatuto en 1932, la participación durante los hechos de Octubre de 1934 y la organización de la Olimpiada Popular de 1936.

Durante los hechos del 6 de octubre de 1934, la entidad dio apoyo a la constitución del Estado catalán por parte del presidente de Cataluña, Lluís Companys. El ejército, des de los astilleros, bombardeó la sede del CADCI, algunos socios murieron y otros fueron detenidos, entre los cuales estaba su presidente Jaume Cardús que había dado apoyo a la proclamación de la República Catalana. En 1936 el presidente del CADCI fue puesto en libertad junto con el presidente Lluís Companys y los consejeros de la Generalitat. Esto tuvo lugar tras la victoria en las elecciones generales de 1936 del Frente Popular y del Frente de Izquierdas en Cataluña. Los socios y socias recuperaron el CADCI y durante este año llegaron a emitir más de 60.000 carnets.

Durante 1938 el CADCI llegó a movilizar unos 5.000 socios para luchar con el Ejército Popular de Cataluña contra el ejército franquista. Mientras, la entidad actuaba en la retaguardia gestionando acciones de apoyo al frente y otros dirigidos al auxilio social o la gestión en la colectivización de empresas.

Con la entrada en Barcelona del ejército de ocupación el 26 de enero de 1939 también entró en acción la Delegación del Estado para la Recuperación de Documentos. La función de la DERD fue fundamental en la acción represiva ya que con el registro y requisa pretendía identificar a la máxima cantidad de personas y entidades consideradas enemigas de los valores franquistas.

El CADCI fue clausurado y se le arrebataron las propiedades (el edificio de la Rambla Santa Mónica, casas, campos de deportes, suelo edificable, cuentas corrientes, bibliotecas, archivos, etc.). Según el libro de actas de la DERD, el largo y minucioso registro de la sede del CADCI fue uno de los más grandes de los 1690 que se realizaron en Barcelona del 28 de enero al 3 de junio de 1939. El resultado fue la obtención de 180 sacos de documentos en una semana.

La mayor parte de los documentos requisados fueron destruidos y convertidos en pasta de papel. Otra parte se disgregó por diferentes instituciones de la administración franquista y el resto pasaron a formar parte del actual Centro Documental de Memoria Histórica ubicado en Salamanca. Se estima que solo se conserva actualmente un 10% del total expoliado en Cataluña.

Para definir los métodos de trabajo de la estrategia de represión, el ejército tuvo la colaboración del gobierno alemán por medio de una comisión de especialistas en administración policial, policía política y policía criminal. Esta comisión secreta, dirigida por el coronel alemán de las SS Heinz Jost, se encargó de establecer el procedimiento de vaciado de datos de los documentos requisados. Estos documentos supusieron la creación de un archivo de información política. El archivo se ubicó en Salamanca que desde 1938 era la sede del DERD.

La represión de la dictadura se ejecutó mediante diferentes organismos. En el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo se elaboraban sentencias a partir de los informes que, fruto del expolio documental, emitía la DERD. La DERD compartía edificio y responsable (Marcelino Ulibarri) con el Tribunal.  No existen datos contrastados, pero se calcula que de 1940 – 1964 se ejecutaron unos 60.000 procesos judiciales. La cifra evidencia la magnitud de la represión franquista, así como la relevancia que adquiere la documentación expoliada ya que aportaban datos y nombres de personas, entidades y organismos. Su procesamiento generó 3.190.000 fichas de individuos que utilizaron para ejecutar sentencias. El fichero que conserva estas fichas sigue estando en su ubicación original en Salamanca.

Con el restablecimiento de la Generalitat de Cataluña el 29 de septiembre de 1978 se pusieron en marcha una serie de acciones civiles y políticas con voluntad de recuperar el patrimonio expoliado. A pesar de las iniciativas presentadas en la sede parlamentaria y el pronunciamiento del Patrimonio de Cataluña, no fue hasta 1982 cuando se consiguió microfilmar los documentos. A pesar de todo fue en 2012 cuando, con la aplicación de la Ley de Restitución del 2005, se devolvieron al CADCI una parte de los 368 legajos y 6 libros de actas. Aún faltan por devolver 35.670 documentos conservados en más de 450 cajas.

Los carteles de propaganda saqueados del CADCI siguen en Salamanca y no serán devueltos en un principio. No se sabe nada de los 9.000 volúmenes de la biblioteca, ni las cuentas bancarias o de los bienes sustraídos. En el acta de confiscación de la “Cooperativa de Casas Baratas del CADCI” hecha por el Instituto Nacional de la Vivienda, constan 23 casas construidas en Sarrià, un terreno de Pedralbes y una casa del barrio de Sant Andreu. La sede en el número 10 de la Rambla de Santa Mónica, después de ser requisado por el ejército pasó a ser propiedad del Estado franquista. La sede nunca se ha devuelto al CADCI, al igual que el resto de bienes. Actualmente es propiedad del Ministerio del Trabajo y Seguridad Social que en 1984 la cedió a la UGT.

Mi opinión personal: 


Por mi parte, os recomiendo ir a esta exposición. Da igual si sois catalanistas o no, si sois de derechas o de izquierdas. Sigue siendo una exposición que permite sacar a la luz parte de la historia que se está recuperando y vale la pena. La exposición estará del 15 de octubre al 6 de enero en la sala 17 del Castillo de Montjuïc. Está abierta de 9 a 19h y es de entrada libre.


Os voy a dejar aquí algunas fotos que hice el día de la exposición. Espero que os guste y vuelvo a recomendaros que vayáis. 





Carnets de socios. Devueltos desde Salamanca y expuestos en Montjuïc.

Fichas que se entregaban a los hijos de los socios del CADCI.

Postal enviada desde el frente. 


Telegrama enviado solicitando un certificado de antifascista.

Imagen de la primera misa celebrada en Barcelona después de la ocupación.

Soldado republicano y socio del CADCI delante de una bandera de la entidad.

Selección aleatoria de algunos de los carnets devueltos desde Salamanca.

Fotos de las Escuelas Mercantiles.

Joan Escudé (socio del CADCI) viendo la entrevista que a él mismo le hicieron.

Carnet de Joan Escudé cuando tenía 20 años. No se lo llevaron a Salamanca al tenerlo guardado su madre. (No sabéis lo que fue pasar de estar pasando datos a un excel a conocer a un socio del CADCI en persona)

Imágenes de las actividades de retaguardia.

Más imágenes de retaguardia.

Así es como se conservan los documentos en el Archivo Histórico Nacional.


Vaga mercantil delante de la sede del CADCI el 19 de junio de 1936. Se puede ver el cartel de la Olimpiada Popular que debía haberse inaugurado el 19 de julio de 1936.

Solicitud al CADCI de un permiso de libre circulación para su empleado y socio del CADCI. 

Sello del CADCI en 1903.

Carnets de socios. Abajo, recibo de pago de junio de 1937.
Acompañaba a la foto en los carnets de los socios.  "Todo socio representa al Centro. Cabe en todo lugar comportarse digno de esta representación."

Os dejo aquí el enlace a la noticia en televisión. Aunque os aviso que está en catalán (para los que no lo entiendan).

La carta con la que abro hoy el blog la enviaron desde la División Carlos Marx en el Regimiento de Infantería de Aragón nº2, 3er Batallón. Y dice así:

"Granja del Cuervo a 13 de Enero de 1937.

Simpáticas y lindas nenas del CADCI,

En estos momentos en que el aburrimiento y la nostalgia están completamente apoderados de nosotros, hemos pensado que quizás entre alguna de estas lindas obreritas de Barcelona exista alguna que tenga la amabilidad de escribirnos y contarnos algo de ésta apreciada Ciudad que tanto echamos de menos. 

No dudamos que vosotras que habéis demostrado y demostráis tener un corazón tan noble, al trabajar por nosotros para procurarnos todo el bienestar posible en estas áridas y frías tierras de Aragón y que además nos hacéis el obsequio de mandarnos este regalo, que lo apreciamos, no por el valor material que representa sino porque junto con él viene todo el espíritu de Cataluña, caracterizado principalmente en vosotras, que habéis contribuido con esa fineza que distingue a la mujer, a hacernos más dichosa esta azarosa vida. 

No queremos cansaros más, y esperamos ansiosos vuestras respuestas que no dudamos llegarán muy pronto, aliviándonos un poco con vuestras caricias literarias de estos días que tan largos se hacen lejos de nuestra querida Ciudad y simpáticas camaradas. 

Salud y Revolución. 

Vuestros camaradas que esperan impacientes les contestéis."

Joyas como esta son algunas de las que podréis ver en la exposición hasta el 6 de Enero. No os lo podéis perder. Y yo, al igual que los soldados de la División Carlos Marx en el Regimiento de Infantería de Aragón nº2, 3er Batallón, espero ansiosa vuestras respuestas (o comentarios).

¡Sed felices!

miércoles, 16 de octubre de 2013

Noruega parte IV: adiós Noruega.

Improvisadores, volamos de vuelta a casa. 
A las 5 de la mañana ha sonado el despertador. Nur se ha hecho un café, pero yo no tenía nada de hambre. He recogido lo que me faltaba y a las 5:40h cogíamos el autobús hacia el aeropuerto.
Resulta que Morten tenía que coger el mismo avión que yo, pero al perder el autobús llegó justo para embarcar. Tampoco había hablado mucho con él, por eso me sorprendió que estuviéramos juntos en la espera para embarcar. Teníamos filas diferentes y al llegar a Oslo bajé directa al autobús que me llevaba a la terminal y lo perdí de vista. Hasta que reapareció en el autobús. Al bajar del autobús volví a perderlo de vista hasta que apareció a mi lado mientras esperaba el ascensor que nos llevaba a los vuelos internacionales. Al bajar, ya tenía puesta mi puerta de embarque y me acompañó hasta la puerta que pasaba a internacional. Yo he pasado porque eran las 8:15 y mi avión salía a las 9, pero él no pasó porque su avión salía a las 17h.
Ya en el avión Oslo – Barcelona tocaba desayunar que eran las 10 y llevaba desde las 5 despierta y sin comer. Me pedí el mismo desayuno que mi vecina y me da un café, un zumo, una mini barrita y un sándwich. A mí no me va mucho el café, el zumo era “de naranjas de Valencia” (si tú lo dices). Al ver el sándwich pensaba que era de tomate y queso. Hasta que lo probé. ¡Pimiento rojo con queso! ¿Qué broma pesada es esta? Para el que no lo sepa, no me gusta el pimiento. Por un momento pensé en quitarlo, pero lo había pagado y me lo iba a comer. No sé si es señal de que tenía mucha hambre o de que me hago mayor. Después de desayunar, me he puesto a escribir en la libreta. Si vieseis la letra que me ha salido os imaginaríais la magnitud de las turbulencias.
Para seros sincera, era la primera vez que de verdad no quería volver a casa. Algunos dirán “normal, de vacaciones en Noruega yo tampoco querría volver a casa y a la rutina”. No es eso. No sé cómo explicarlo porque ni yo misma me entiendo. Pero voy a intentar explicarlo, escribir se me da mejor que hablar de estas cosas. Solo tengo que explicarlo de forma que no parezca que estoy de psiquiatra. Desde hace un tiempo estar en Valencia me agobia. En España. Cuando acabé 2º de carrera les dije a mis padres que no me gustaba, pero me dijeron que la acabase porque no se podía estar sin hacer nada. Y en ese momento tenían razón. Ahora he acabado la carrera y todos dicen lo que debería hacer, lo que tengo que hacer. Y me agobia. Todos dan por hecho lo que quiero hacer. Lo que nadie se plantea es qué quiero hacer yo. Pero tampoco lo tengo claro yo misma. Así que hay que hacer cosas “por si acaso”. Y yo pregunto: ¿Por si acaso qué? ¿Por si la crisis se acaba mañana cuando suene el despertador? ¿Por si de repente sé lo que quiero hacer? ¿Por si con 22 años soy capaz de decidir qué hacer con el resto de mi vida? Todos los “por si acaso” dan igual. Porque tengo 22 años y llevo desde los 18 escuchando que mi carrera no sirve para nada. Ahora yo misma creo que no sirve para nada. Y que en la radio y en la televisión no hagan más que dar malas noticias y decir lo mal que está todo no ayuda. Se me hace un nudo en el estómago y me dan ganas de llorar. Porque todos dicen que trabajemos en nuestro futuro, pero mientras tanto no hacen más que repetir que no tenemos futuro.
Podéis llamarme derrotista o cobarde, pero no quería volver aquí. En casa tengo ganas de llorar todos los días. En Noruega solo quise llorar cuando me tenía que volver. Lloro sin ningún motivo aparente, por tonterías. Y me siento mal por mí y por mis padres. Porque no creo que sea plato de buen gusto ver llorar a tu hija y no poder hacer nada. Y entonces lloro más. Y así es la pescadilla que se muerde la cola.
No sé si he conseguido explicarme, pero ahora mismo solo quiero volver a Molde. Necesito volver a Molde. Alejarme de todo esto, quizá ver las cosas con perspectiva; pensar un poco. Necesito volver a esas calles, casas y jardines perfectos con un futuro perfecto. 
¡Sed Felices!

Noruega parte III. Campamento base: Molde.

Improvisadores, seguimos con Noruega, pero tranquilos, ya no queda mucho. 
A las 8 de la mañana sonó el despertador y mi mente y mi cuerpo no querían responder. Pero al final no me quedaba otra. Me levanté, desayuné y preparé la mochila. Iba medio dormida, pero había conversación en el comedor y necesitaba mi inglés al 100%. Para empezar, “el progre” me saludó. No me lo esperaba, estábamos a lunes y no me había dirigido la palabra aun. Se ha ganado este apodo porque cree que si blancos y negros tienen hijos juntos, a las 4 generaciones serán estériles porque no es viable. Por lo visto su cerebro sí es viable, o eso dice el médico. Y luego el sueco (que se llama así porque es sueco, no porque se haga el sueco) se puso a hablar conmigo cuando todos me habían abandonado. Hizo un repaso de todo lo que llevaba en la mochila y todo lo que llevaba puesto. Vamos, que se aseguró hasta de que llevase ropa interior térmica. Me ha hecho levantarme y enseñarle los zapatos que llevaba para darle el visto bueno a ellos y a mi abrigo con capucha (porque según él necesitaba un gorro). Todo esto mientras insistía en que tuviese cuidado con no resbalar. Creo que pensaba que nos íbamos a escalar la montaña, lo que no sabía él es que íbamos a una zona perfectamente acondicionada para pasear. Pero bueno, que al volver de la excursión y no ver que me esperaba para ver si seguía viva, me ha decepcionado.
A las 9:30 llegaron Nur y Guillem con el coche alquilado y nos han recogido a Ali, Daniela y a mí. Con el rumbo marcado y confianza puesta en la capacidad de Nur para leer mapas, nos fuimos rumbo a Trollstigen. En lugar de coger el ferri decidimos bordear el fiordo añadiendo lo menos 1h y media al trayecto. Pero os aseguro que como era el primer día de turismo, valió la pena. No sé si es así en toda Noruega, pero en esta zona vimos cientos de cascadas. Noruega podría resumirse en agua y verde. El agua puede ser en el mar, en ríos o en lluvia, pero hace que todo esté verde y limpio.
Me fascinaron las casas en mitad del campo, sin ninguna valla de delimitación o protección. Las únicas vallas que había eran decorativas o para controlar a las ovejas. Personalmente, me parece genial que no tengan la necesidad de cerrar todo a cal y canto. Creo que eso hace la vida mucho más tranquila. Cuando llegamos al principio de Troslltigen, nos paramos a hacernos fotos con un troll de madera. Tenemos tal cantidad de fotos que es obvio que íbamos de turismo. Pero en las fotos no es ni la mitad de impresionante que en persona.
Subimos Trollstigen con el coche, aunque creo que casi se muere. No puede ser que un coche de 2 años no pueda subir las cuestas o tarde tanto en coger velocidad. Llegamos arriba y comimos sentados encima de nuestras chaquetas. Es lo que tiene la lluvia continua, que todo se moja. Pero si tenemos que esperar a que deje de llover, no saldríamos a la calle. No sé con qué palabras describir Trollstigen. Es impresionante. Si alguna vez vais a Noruega, no podéis perderos esta visita. Pero abrigaros.
De Trollstigen pusimos rumbo a un ferri que nos llevó hasta Geiranger. Allí la idea era coger un ferri que nos llevaría por el fiordo, pero solo funciona durante el verano.
Así que dimos media vuelta y cogimos el ferri otra vez. En el ferri Guillem y yo nos cambiamos, mi turno de conducir. Cuando me tocaba salir del ferri el coche no arrancaba. Que no cunda el pánico. Vuelvo a intentarlo. Sigo intentándolo. El del ferri viene a  preguntarme si hay algún problema. Claro que hay algún problema ¡el coche no arranca! El de atrás hace luces. Menos mal que Ali me defendió del impaciente. Guillem dice que le deje probar a él. Lo arranca. Me subo al coche deseando que la tierra me trague. Guillem saca el coche del ferri mientras el del ferri se quedaba mirándonos. Vuelvo a ponerme al volante.
Poco atentos a las señales, nos pasamos la que tocaba y me tocó bajar Trollstigen. Para que os hagáis una idea de la pendiente, se puede bajar toda entera en punto miento y frenando. Además, tiene curvas imposibles y curvas que ni el mejor de los circuitos de F1. Llegamos abajo sanos y salvos y entre carreteras y ferris conseguimos llegar a Molde. ¿Comentarios? ¿Nadie quiere decir nada? Vale, ya sigo yo. En los ferris se paga por el coche y por cada persona. Creo que el coche son unas 60kr (7.8€) y son 27Kr (3.51€) por persona. En todos y cada uno de los ferris hubo alguien que no pagó porque el cobrador se descontaba o vete a saber por qué. Pero fueron todos muy simpáticos, menos el del ultimo ferri. A este señor le pedimos por favor que nos hablase en inglés y nos contestó “noruego en Noruega”. Pues muy bien señor, muy bien.
Al llegar a Molde dejamos a Daniela en su casa y nos fuimos a aparcar. Vivir en el centro está muy bien, pero de 8h – 17h es todo zona azul. Como eran las 20:30h lo aparcamos y nos fuimos a por la cena. Allí estuvimos en otra de nuestras largas sobremesas con chistes y tontadas varias mientras veíamos cómo jugaban a la play los compañeros de residencia.
El problema de aparcar en zona azul es que o movíamos el coche o nos tocaba pagar. Eso quiere decir que el martes nos tocó madrugar más. A las 7 sonó el despertador y me levanté a hacer el café. Allí nos sentamos a desayunar ya con todo listo. A las 8 y cinco nos entraron las prisas y mientras Guillem iba a por el coche, nosotras bajamos las mochilas y esperábamos a Anastasiya. Lloviendo más que el día anterior pusimos rumbo a Bud, un pueblo pesquero. Al hacernos un lio para salir acabamos en un museo de la II Guerra Mundial (cerrado) y nos dimos una vuelta por fuera del puesto de vigilancia y los cañones. Nos asomamos a los túneles, pero también estaban cerrados. ¡Por dior! ¿Quién podría pensar que en Noruega cierran en invierno?
De Bud pusimos rumbo a la carretera del Atlántico para llegar a Kristiansund. Hasta que nos encontramos con un peaje. Era caro, así que nos dimos media vuelta allí mismo. ¿15€ Por persona y además el coche? No, gracias. De allí pusimos rumbo a una iglesia vikinga en Kvesnes. Como también abre solo en verano, la vimos por fuera. La vikinga y la del siglo XIX que construyeron al lado, las dos cerradas. ¡Qué rabia! ¡De verdad quería ver la iglesia vikinga! Nos pusimos a buscar un sitio donde parar a comer y no mojarnos. Seguimos un camino pasando de la señal de camino privado y casi acabamos en un barrizal, así que dimos media vuelta y acabamos en una mesa de picnic enfrente de una especie de hotel abandonado.
Mientras comíamos bajo la fina lluvia, pasó un señor con dos niños que iban a pescar y estuvo hablando con nosotros muy amablemente. Me fascina como allí casi todo el mundo habla inglés perfectamente. Después de comer decidimos intentar suerte en otra iglesia vikinga. Como no teníamos muy claro por donde llegar, le preguntamos a una mujer. Seguimos sus indicaciones y al no encontrar la iglesia, volvimos a preguntar. Sin saber cómo, volvíamos a estar en la carretera del Atlántico. Ali se puso al volante para hacer media carretera del Atlántico y luego lo volví a coger yo hasta Molde.
Dejamos a Anastasia y fuimos a comprar. Mientras Guillem y Ali devolvían el coche, Nur y yo volvimos a casa para hacer la maleta. A todo esto, el coche había que devolverlo con el depósito lleno. ¿Sabéis lo que eso quiere decir? Haceros una idea con este dato: 15’09Kr/litro. Lo que equivale a 1.96€/litro. Después de hacer la maleta y para hacer tiempo, nos pusimos una película. A las 9 salimos a hacer la cena y llegaron entonces el profesor de kickboxing y un compañero de residencia, que venían del gimnasio. Y entonces le dicen a Nur que podría haberme llevado a la clase. ¡A buenas horas mangas verdes! Y también la última noche deciden preguntarme quien soy y hablar conmigo. Nur tenía razón, son bastante fríos. Si no van borrachos no hay confianza. De hecho, he tenido un par de momentos raros al saludar a alguien e ir a darle dos besos y que ellos estiren el brazo para darme la mano. Con la costumbre se me olvida que esta gente no besa.

Cenamos con una cerveza por fin, que después de las 18h no venden alcohol y siempre llegábamos tarde (y que son carísimas hasta que encontramos esas que estaban muy buenas por 4kr que son 50 céntimos). Después de cenar tocaba acostarse pronto, así que me despedí de Ali y Guillem y me dispuse a intentar dormir. 
!Sed felices!

lunes, 14 de octubre de 2013

Noruega parte II: Molde y su rutina

Improvisadores, los siguientes dias en Molde fueron de adaptación al terreno. 
El viernes por la mañana, Nur tenia prácticas en el hospital, así que me levanté y me fui a desayunar yo sola. No sé cómo acabé hablando con una chica mejicana durante más de una hora. Así es como se pasa la mañana cuando no sabes qué hacer. Después me puse mi abrigo y salí a visitar la ciudad. Nur acabó las prácticas antes de tiempo, asi que a las 12 volví a la residencia a cambiar mi abrigo por una sudadera y nos fuimos las dos a dar una vuelta.
Después de comer tocaba siesta, pero vino Daniela y como ella no hace siesta, no era demasiado consciente de que Ali, Nur y yo nos dormíamos. Nos dijo que si queríamos quedar con ella y con otros esa tarde noche, asi que cancelamos nuestro plan y nos fuimos al centro comercial a hacer tiempo. Al volver resulta que ya se habían ido, asi que nos duchamos, cenamos y nos pusimos una película. Estabamos tan cansadas que ni nos enteramos de la película.
El sábado por la mañana dormimos hasta tarde. Normal, las pobres madrugan bastante entre semana. Comimos y después de comer nos fuimos a hacer la compra. Al volver de hacer la compra y tras reponerme del susto de escuchar 221 (aun me tenía que acostumbrar a lo de las coronas, en realidad fueron 28.73€) nos pusimos una película, cenamos y sacamos el vodka que les había llevado. Estuvimos bebiendo mientras veíamos el Barça – Valladolid que tenían puesto los compañeros de Nuria. Son muy forofos del futbol, de cualquier liga.
A las 12 nos fuimos a la discoteca. Ellas entraron gratis con el carnet de estudiante, yo tuve que pagar 100Kr (13€). El caso es que se suponía que antes de las 12:30 es gratis, pero resulta que tuvimos la suerte de ir un dia que había una especie de DJ invitado.
Estuvimos allí las 4 bailando entre gente de su residencia y gente muy rara. Allí van muy a saco, que más de una vez nos tocó hacer piña y hacerle el vacio a alguien como forma sutil de decirle que se largue. No sé porque les cuesta tanto entenderlo. ¿Te parece a ti que te he dado permiso? Tu mano de mi nuca hasta el culo sobra. Marta seguro que piensa lo mismo del cansino que le tocó a ella. Ali acabó con un arañazo en la espalda, a mi me pegaron en la cabeza y a las dos nos tiraron un cubata encima.
A las dos cerraban y la gente estaba ya desfasada, como si fuesen las 8 de la mañana. Cuando salimos de allí llegaba la policía. Buen momento para irse.
El domingo a las 10 me desperté, después de intentar volver a dormir me levanté a la media hora y sin despertar a Nur me fui a desayunar. Por una vez el salón estaba vacio. Estos noruegos estarían recuperándose de tanto desfase hasta las dos de la mañana.
Cuando estaba preparándome mi elaborado desayuno de leche con cereales llegó Ali que volvia de recoger a su novio Guillem del aeropuerto. Así que desayuné con ellos y luego, mientras escribia en mi libreta, apareció el primer noruego del dia. Por lo menos Morten estaba vivo. Se hizo la comida y se largó con ella, para al minuto volver a bajar con la comida a una mesa y con su amigo. Digo yo que podrán comer en la mesa como dios manda, que hay muchas, no hace falta que se sienten en la mia. Hablamos un poco, pero nada más acabar de comer se levantaron y se fueron. Nada de sobremesa. Después de ellos, llegó una chica y siguiendo la tradición se ha hecho la comida y se ha ido después de indicarme amablemente donde había un supermercado abierto.
Poco a poco aparecieron Nur y Ali. Como no queríamos despertar a Guillem, nos pusimos una película para hacer tiempo hasta que a las 3 teniamos muchísima hambre y Ali decidió despertarlo. Con ella no puede enfadarse (o no mucho). Después de comer y de acabar a las 17h, nos tocaba siesta. Peroa las 18h se supone que habíamos quedado para salir a dar una vuelta, pero Ali y Guillem fueron baja por siesta. Asi que Nur y yo nos fuimos a dar una vuelta. Fuimos primero hasta el hospital, porque tienen que hacer fotos a los recursos del pueblo para un trabajo. Y luego nos fuimos a visitar el cementerio.
Sé que puede sonar raro, pero no lo es tanto. Una profesora dijo una vez que para conocer una sociedad hay que visitar el mercado y el cementerio. Pues a mi me gustan los mercados, pero los cementerios también tienen su encanto (a su manera, obvio). Hay cosas muy curiosas. En Noruega algunas lapidas tienen el oficio del fallecido y el apellido de soltera de la mujer. No tienen tumbas en nichos, son todas en el suelo y no con un elaborado mármol encima como por ejemplo en los entierros aquí. Solo tienen una lapida clavada que puede ir desde una piedra al mármol más ornamentado. Otra cosa curiosa es que no tienen horarios, el cementerio tiene una puerta para delimitar el terreno, no el horario. Simplemente tiene una valla baja con una puerta con cerrojo.
Al volver nos tomamos un café en la cafetera que le había llevado a Nur, cenamos y tras una larga sobremesa nos fuimos cada uno a su habitación con nuestros boles de palomitas. 
¡Sed felices!

domingo, 13 de octubre de 2013

Noruega parte I: Valencia - Molde

Improvisadores, he estado visitando a Nur en Noruega y aquí os dejo la primera parte del viaje. Hoy: Valencia - Molde. 
Por la noche no podía dormir de los nervios, así que a las 5 de la mañana y sin apenas haber dormido 4h me levanté y me fui zombi a desayunar.
Últimas cosas en la maleta y a las 5:50 el taxi ya nos esperaba. Nos tocó un taxista simpático, de esos que te dan conversación de la buena. Al llegar a la estación del tren mi padre se dio cuenta de que solo llevaba 2 billetes. Adivinad a quien le faltaba el billete. Exacto, a mí. Pero por una vez tengo que admitir que las tecnologías son útiles. Renfe me había enviado un SMS con un enlace donde descargar un código y con eso es como si fuese un billete en papel. Nos aposentamos en nuestros asientos y al lado se sentaron tres coreano. Era gracioso verlos porque hablaban rápido pero comían y bebían realmente lento. Creo que esa botella de Coca-Cola les durará hasta Seúl. En una de las paradas del tren subió un matrimonio con su hijo y resulta que uno de los coreanos ocupaba su sitio. Eso también fue gracioso de ver, un coreano intentando entenderse con un sudamericano que no hablaba más que castellano. ¿Dónde ha acabado el coreano? A mi lado. A eso de las 7 nos fuimos a desayunar al vagón cafetería y al volver había perdido a mis padres en algún punto del pasillo y el coreano empezó a hablarme en inglés con un acento muy difícil. Mis padres volvieron y me convertí en la intérprete. Y así hasta casi las 10 que llegamos a Barcelona. La verdad es que el coreano me preguntó por todos los temas posibles: si siempre se mata al toro (no me preguntéis porqué me preguntó eso porque no lo sé); que se hace con la carne de toro; si curan al toro después de las banderillas; si hay mucha corrupción en España; los problemas sanitarios; si dormimos mucho; si no nos morimos de hambre al cenar tan tarde; a qué hora empieza la jornada laboral; el jamón; y casi puso a dieta a mi padre y le dio la risa cuando mi madre le dijo que mi padre había perdido peso.
La verdad es que el tema del jamón le marcó de por vida. Cuando se enteró que el jamón no está cocinado creo que casi le dio un ataque. No paraba de repetir que el cerdo crudo es peligroso y que contiene bacterias. Nos preguntó que si comíamos mucho jamón. Estaba preocupado porque él había comido el día anterior y le dije: nosotros hemos comido y seguimos vivos. Y me contesta: sí, estáis vivos pero tendréis bacterias en el cerebro. Total, que al llegar a Barcelona acabé con la tarjeta de visita de un médico de Corea del Sur. Si alguna vez vais y os pasa algo me avisáis.
Al llegar a la estación fuimos a por el cercanías para ir al aeropuerto. Muchos aviones y todo lo que tú quieras, pero la combinación para ir da asco. Llegamos allí y facturé mi maleta. Nos fuimos a tomar una Coca-Cola, pero a mí me estaba dando un ataquito y acabé tomándome un Valium. Yo era más partidaria de un tequila, pero no se puede contradecir a una madre. Pasado el control, me di cuenta de que soy más rápida poniéndome las botas después de los controles. Esperé un rato y enseguida salió mi puerta de embarque. Allí estaba yo en la cola rodeada de noruegos y en el túnel para embarcar conocí a una pareja curiosa con una niña monísima. Ella es de Chile y él de Castellón, pero viven en Noruega. Hacía dos días que habían vuelto de Chile, eso sí es hacer puntos de vuelo.
Ya en mi asiento me tocó al lado a una madre y a su hija. Menos mal que la hija hablaba inglés, porque la megafonía del avión daba mucho asco. Al tardar en salir de Barcelona, llegamos más tarde de lo previsto. Después de casi morir de vieja esperando mi maleta, me quedé enfrente de la puerta de salida. Había dos opciones “Nada que declarar” en verde y “Objetos que declarar” en rojo. Llamarme loca, pero creo que en cuestión de aduanas es mejor evitar el rojo.
Cruzada la aduana, resulta que la facturación en Oslo se hace con una máquina. Como no tenía ni idea de cómo hacerlo, he tenido que pedir ayuda a una de las trabajadoras del aeropuerto. Volví a pasar el control de seguridad y cambié euros por coronas. Esto me hizo valorar lo cómodo que es ir con el euro a todas partes. De todas formas, aun tenía que acostumbrarme a las coronas noruegas y no poner cara de susto cuando por un cruasán y una botella de agua me cobren 63. Si fuesen 63€ le estampaba el agua en la cabeza.
A las 19:15 salió en el panel la puerta de embarque de mi vuelo Oslo – Molde. Resulta que la puerta estaba en la otra punta del aeropuerto y casi me equivoco y me meto en la cola que no era. Pero no pasó nada porque son tan previsores que pusieron la puerta de embarque a las 19:15 y la abrieron a las 20:40. Después de esperar una hora y media puedo deciros que los noruegos son muy silenciosos. No hablaban entre ellos ni los que iban juntos en grupo. Y también puedo deciros que cuando te miran lo hacen directamente, nada de disimulo.
Cuando subí al avión resultó que una pareja ocupaba mi sitio porque habían puesto entre los dos una bolsa llena de zapatos. ¿En serio? ¿No tenéis una maleta? Total, que después de conseguir dejar mi maleta (porque también habían ocupado mi huevo en el portaequipajes) me senté  dispuesta a soportar otro viaje en avión. Después de despegar estaba tan cansada que me dormí. Como lo leéis, me dormí en el avión.
Me desperté a tiempo para ver el mini aeropuerto de Molde. Tras un aterrizaje horrible, bajé corriendo del avión porque allí sabía que me esperaba Nur. Entré en una mini sala con dos mini cintas para maletas y allí estaba Nur con Ali y Marta. Después de un superabrazo, de conseguir no llorar y de saludar a Ali y Marta, recogí mi maleta llena de 22kg de cosas para Nur y nos sentamos dentro del aeropuerto.

Después nos fuimos en busca del autobús que cuesta 30 coronas (3.9€) y por fin llegamos a la residencia, cenamos, pusimos el colchón extra en la habitación de Nur y nos fuimos a dormir. Estaba viajando desde las 6 de la mañana. Creo que me lo merecía. 
¡Sed felices!

viernes, 20 de septiembre de 2013

Desde Viena con humor

Improvisadores, tengo una sorpresa para vosotros: Hoy no escribo yo el blog. Hoy lo escribe mi amiga Paula. Como habréis leído  Paula está ahora mismo en Viena. Si algo caracteriza a Paula es que es un poco torpe, pero como podréis comprobar se lo toma con mucho humor. Me ha dejado compartir con vosotros el email que me mandó. Al copiarlo, no sé porqué se queda en blanco. Sé que me perdonareis, además, no estoy en mi ordenador. El email traía por asunto "El día del casi". Disfrutad. 

"He titulado así el e-mail porque hoy casi me pasan muchas cosas, pero al final todo ha acabado bien....

Casi llego tarde a trabajar: Esta mañana he salido de casa muy confiada pensando que tenia clarísimo como llegar a trabajar, pues ayer llegue a la primera, pero me han fallado los cálculos y el bus hoy no pasaba... total que he tenido que buscar una alternativa al bus (en perfecto alemán, pues aquí eso de que todo el mundo habla ingles aun esta por ver...), pero bueno, al final leyendo nombres de paradas de otros buses he llegado bien (incluso con 3 minutos de adelanto)

Casi no me registro en la uni: Hoy he pedido permiso para salir un poco antes y que me de tiempo a ir a la oficina de la universidad para acabar los papeles, cuando he llegado tenia 33 personas delante.... Como también tenía que ir a la oficina central de la residencia a que me firmaran el contrato del alojamiento y pillaba cerca me he dicho: Pues voy a la oficina de la resi y vuelvo, pues me dará tiempo.... ERROR. Me he perdido para ir a la oficina (básicamente he dado un rodeo grande y al final una ancianita polaca que solo hablaba alemán me ha acompañado hasta allí, todavía no se como nos hemos entendido...). Total que me han firmado lo de la resi y he vuelto a la uni, cuando he llegado mi turno había pasado, así que he tenido que coger turno de nuevo y esperar, casi me cierran la oficina, pero por suerte he sido la última a la que han atendido hoy y lo he podido solucionar.

Casi me detiene la policía: Después de todo este lío eran casi las 5, y yo no había comido. Me moría de hambre, así que de camino al metro para volver a casa me he comprado un sándwich. He entrado comiéndomelo a la estación y me he sentado a esperar al metro. De repente dos señores vestidos igual (yo pensaba que eran repartidores de publicidad) se me acercan con un papel en la mano, me empiezan a hablar en alemán y con todo el desprecio del mundo les digo: no, thank you!, pensando que me iban a dar un panfleto. Pero ellos siguen hablando y me hacen levantar y me sacan del metro, yo aun sin saber que pasaba, total que me dan el papel (también en alemán) y resulta que era la policía y yo había violado una ley ESTATAL.... ¡¡No se puede comer en el metro!! Menos mal que me han visto cara de no entiendo nada y me han dejado allí fuera y se han ido, total, que me he acabado el sándwich y he vuelto a entrar al metro sin más problema.

Casi no vuelvo a Austria: A todo esto me he encontrado con el chico de Madrid que vive en la habitación de al lado de la mía, me ha dicho que porque no íbamos al centro a ver un poco como era. Sinceramente no me apetecía mucho porque estaba cansada, pero he dicho, así me despejo, total, que hemos visto el edificio de la opera y hemos cogido el metro para volver a casa. Hemos bajado del metro, pero desde el metro hasta mi casa hay como 10 min caminando, y como llovía (para variar....), hemos decidido coger el tranvía que esta en la misma estación de metro y que nos lleva a casa. PROBLEMA: por esa vía pasan muchos trenes y yo no lo sabía.

Hemos cogido el primero que ha venido, hemos pasado por la puerta de casa pero el tren no ha parado y ha seguido un buen rato. CONSECUENCIA: hemos cogido un tren internacional (sin billete, solo con el bonometro) y hemos llegado a Bratislava (el país de al lado....). Claro, yo me bajo del tren y le digo al chico: Juraría que estamos en otro país, y me contesta aterrorizado: ¡¡sí!! ¡¡¡Los carteles ni siquiera están en alemán!!! Total, que estábamos en medio de unos campos donde no había una maldita casa, sin pasaporte y sin billete. A mi me ha entrado un ataque de risa, y el chico solo quería matarme (la idea de coger el tren ha sido mía, no le culpo por odiarme). A lo lejos hemos visto una parada de bus, al que sin saber donde iba hemos subido (otra vez sin billete), he intentado hablar con el conductor, pero solo hablaba ese idioma raro.... A la 3ª parada nos hemos bajado, pues ya estábamos otra vez en terreno más o menos conocido.

Una vez en Austria hemos visto una parada del bus que pasa por delante de nuestra resi y sin dudar lo hemos cogido, pero... resulta que solo 3 veces al día ese bus hace un recorrido distinto al habitual, y como no, hemos ido a coger justo ese. Después de un rato en el bus hemos llegado al final del trayecto, sin haber pasado por casa. Nos hemos bajado sin entender que pasaba y tras investigar un poco nos hemos dado cuenta del error. Conclusión: estábamos otra vez a tomar por culo, pero por lo menos dentro del país. Al final con otro bus hemos llegado a casa. (Esto ha sido la versión resumida, cuando hablemos te la cuento mejor)"

No sé que me da más miedo, que la detengan o que esta sea la versión resumida. Me hizo gracia y quise compartirlo con vosotros, esto es tomarse las cosas con humor. Y tener paciencia. Santa paciencia. 

¡Sed Felices! 



jueves, 15 de agosto de 2013

Te echaré de menos Nur!

Improvisadores, hace unos días podíais leer como me despedía de una amiga que se ha ido a Paraguay. Hoy podréis leer como me despido de otra amiga, de una amiga que sé que a pesar de discutir mil veces siempre estará ahí. Mi hermana Nur se va a Noruega.
¿Qué si la echaré de menos? Mucho. De pequeñas nos peleábamos mucho, menos los días del cumpleaños que estaba prohibido pegar a la cumpleañera. Ahora discutimos a veces, pero cuanto más mayores nos hacemos, menos discutimos.
Como ya he dicho, no es solo mi hermana. Es mi amiga. Sé que nos cubrimos las espaldas la una a la otra, nos prestamos ropa (más ella a mí que yo a ella) y compartimos casi los mismos gustos y aficiones.
Por mucho que a veces me queje de ella, sé que la echaré de menos y espero que ella me eche un poquito de menos a mí. Solo un poquito. Desde siempre ella fue la más lanzada de las dos, la que quería ver mundo y vivir por ahí. Bueno, se veía venir lo del Erasmus.
En realidad no tengo mucho que decir, ella ya sabe lo mucho que la echaré de menos. Seguramente también lloraré cuando vaya a despedirla al aeropuerto. Seguramente lloraré yo más que ella, yo soy la llorica. Espero que se lo pase muy bien, que disfrute todo lo que pueda, que se traiga un gran recuerdo y que me prepare un sitio para ir a visitarla. Que se acuerde de las mil cosas que hemos hecho juntas: el viaje a Madrid y el concierto de 1D, como cuando me arrastró a ver Mama en el cine y casi me da un ataque, como cuando veíamos Polseres Vermelles  en su teléfono de lo enganchadas que estábamos, como cuando le quitaba la ropa y desesperaba. Que se acuerde que ella es la primera que ha leído mi libro, la que me enseña libros geniales, la que cocina cuando yo estoy vaga. Pero que se acuerde de que yo soy la que hace el huevo frito cuando tiene miedo del aceite caliente, que yo desesperaba cuando llegábamos tarde a clase, que yo fui la primera en llamarla Nur consiguiendo encontrar un diminutivo para un nombre corto. Que por mucho que peleemos o discutamos, los momentos que hemos pasado juntas son siempre buenos recuerdos. Repetiría todos y cada uno de ellos, pero eso no dejaría tiempo para tener recuerdos nuevos.
Iba a ponerte una canción, como ya te dije. Pero no sé cuál elegir de todas las que he escuchado contigo, de todas las que hemos bailado en la habitación como locas, de todas las que hemos visto el videoclip juntas por primera vez ni de todas las que me traen recuerdos geniales. Tendría que ponerte la discografía entera de mucha gente. Así que pondré el video de la última que escuchamos juntas por primera vez, que sé que casi te lo sabes de memoria.

Nur, pásalo genial, abrígate y haz muchas fotos. Iré a verte en cuanto pueda y acuérdate de que el frio es psicológico. Te quiero.
¡Sed Felices!