domingo, 24 de enero de 2021

Profes y maestros, ¡es nuestro día!

Improvisadores,

Hoy es el Día Internacional de la Educación. Y no podía dejar pasar esta oportunidad. No vengo a quejarme (mucho). Por si hay algún improvisador nuevo, soy profesora de historia de secundaria. Podría quejarme de muchas cosas, pero creo que al final solo me quejaré de unas pocas.

Antes que nada, quiero felicitar a todos mis compañeros de profesión (profesores y maestros) que están dando el 200% este curso tan raro. Un curso en el que lo que menos molesta es la mascarilla. Pero la incertidumbre… y los alumnos preguntando si sabes si nos van a confinar, si sabes porque no los han confinado si a un compañero sí, si van a tener que conectarse online si nos confinan… Y compañeros que día sí día también vaticinan el confinamiento. Desde el primer día de curso repitiendo “en dos semanas nos confinan seguro”.

Quiero felicitar a mis compañeros por superar cada día, hora a hora, sin dejarse llevar (mucho) por el miedo. Y quiero recordar que también somos humanos y tenemos tanto o más miedo que los demás, pero tenemos que mantener la calma (o que lo parezca), que tenemos nuestras vidas fuera del centro educativo donde puede estar todo bien o puede estar hecho pedacitos. Pero seguimos manteniendo la calma. Que hay días en los que no podemos más y nos enfadamos por cosas que normalmente toleramos; o días en los que no puedes más y no quieres dar clase porque mentalmente estas a -100. Y seguimos. Por no hablar de los días de ola de frio en los que hemos ido a clase envueltos en más ropa que si fuésemos a esquiar. Pero vas e intentas mantener buena actitud para no caer en el desánimo. Y seguimos adelante.

Hay días buenos dentro de toda esta locura, días en los que por un momento en clase se te olvida la pandemia. Días en los que te toca con uno de esos grupos que te alegran y sientes que ese día la clase funciona. Y entonces piensas que todo vale la pena. También hay días malos, días en los que no ponen de su parte y tú no tienes energía para discutir. Días en los que acabas llorando cuando llegas a casa o incluso en el coche de camino a casa. Pero tienes 15 minutos para llorar y te sientas en el ordenador y reformulas la clase, reestructuras lo que tenías pensado. No puedes perder más tiempo. Porque vienen días alternos y si una hora de clase la echas a perder igual ya no los tienes hasta la semana siguiente. Esto, obviamente, no puedo hablar por todos y solo es mi caso.

Y los sentimientos encontrados sobre el confinamiento. Los alumnos que te dicen que ojalá nos confinen porque así no harán nada y pasaran de curso igual. Los alumnos que no quieren que nos confinen porque no quieren perder otro año. Y tu que ya no sabes ni que quieres. Miento, no me gustaría repetir el confinamiento y el teletrabajo, fue más agotador que presencial.

Feliz día a los alumnos también, a todos. A los que te motivan a dar clase, a los que te desmotivan y te hacen replantearte las cosas. A los que te saludan por los pasillos y sin saberlo te alegran un poco un día pésimo, a los que no te saludan y no pasa nada. A los que te desesperan, pero en el fondo los quieres. Este curso nos está haciendo un máster en empatía a todos. A los alumnos les diría que piensen que ellos están agotados y nosotros también, pero muchos ya lo saben. Y el día que te ven llegar agotada a clase se portan mejor. Y este curso más que nunca (al menos yo) estoy pasando por alto muchas cosas porque se que no es fácil para ellos. Tener un mal día y volver a casa no siempre arregla ese mal día este curso. O tener un mal día y no volver a casa porque no vives en casa y tus padres solo están en el teléfono.

A mis alumnos de 1 ESO les diría que me agotan, pero que está bien ver que no todos perdemos la energía con esta situación. A los de 2 ESO les diría que me gusta que en clase hablemos de todo (a veces hasta de historia). A los de 3 ESO que me cansan a días, pero me divierto con ellos también, no pueden echarle más cara a la vida. A los alumnos de 2 de Bach les diría que lo siento, que de verdad estoy intentando hacerlo lo mejor posible en estas circunstancias y que lo sacaremos adelante. Por último, a mi tutoría de 4 ESO, lo siento de verdad, porque las energías para hacer de tutoría una hora algo más útil son mínimas. Pero también agradecerles porque no podía pedir mejor tutoría para estrenarme como tutora. Hablar con ellos de la vida al final de clase me devuelve un poco la vida.

Y a mis compañeros, gracias por los almuerzos al sol de pie, en círculo y separados. Gracias por compartir quejas y risas. Gracias por las conversaciones que no son de mascarillas o chaquetas para clase. Los ratos de charlas entre clases y compartir sensaciones de fracaso y que sean menos fracaso.

No quiero aplausos a las 20h, solo pido en este día de la educación que se nos reconozca el trabajo que hacemos que va mucho más allá de enseñar el currículo, de tener vacaciones o de no querer volver a trabajar porque en el confinamiento no hicimos nada. Solo pido que se reconozca el trabajo que hacemos y se nos ayude a seguir haciéndolo.

Feliz día a todos los compañeros de profesión. Porque estamos sacando adelante un curso difícil, muy difícil. Porque lo estamos haciendo lo mejor que sabemos. Y porque si nos confinan volveremos a sacarlo. Ánimo a todos.

¡Sed felices!

domingo, 3 de enero de 2021

Por un 2021 diferente

Improvisadores, 

Por fin 2021. Teníamos ganas, ¿verdad? Que el 1 de enero no iba a cambiar todo radicalmente, lo sabemos. De hecho, con las fiestas navideñas se esta volviendo a disparar el covid y vamos a mal. ¿Queremos empezar así la nueva década? Yo creo que no.

Por eso os deseo un 2021 lleno de esperanza y sentido común. Coneixement, como se dice en la terreta. Conocimiento. Se pueden hacer cosas con cabeza. Como digo a mis alumnos, si queremos volver a la normalidad tenemos que poner todos de nuestra parte. El 2021 no va a ser un año mejor que el 2020 por si solo, tenemos que poner todos de nuestra parte. Así que os deseo un 2021 lleno de sentido común, de precaución y de mucha salud. El resto, todos los buenos momentos, las reuniones con amigos y familia, los viajes, todo lo que no pudimos hacer en el 2020... llegará. Y llegará si nos comportamos bien. 

Esta Navidad ha sido rara, y me comí las uvas en videollamada con mis primos y no todos juntos, nos tomamos una copa después de las uvas en videollamada y no todos juntos. Y me da pena, mucha pena. Y empecé el 2021 llorando ya el día 1, sí. Pero sacrificar una navidad me parece un cambio justo si para las siguientes puedo celebrarlo con mis primos y mis tíos. Juntos como siempre. 

En 2020 hubo muchas cosas que se quedaron por hacer. Pero habrá tiempo para hacerlas. Habrá mucho tiempo si hacemos las cosas bien. Volverán esas oportunidades. Volverán todas las cosas que no hicimos. Las cosas que no dijimos. Pero no podremos hacerlas ni decirlas si no nos portamos bien ahora. Que sea 2021 no quiere decir que olvidemos todo lo que el 2020 nos ha enseñado. 

Para los que no lo sepáis, yo soy profesora de secundaria. Y odié cada segundo del confinamiento dando clase online. Supuso muchas más horas de trabajo que yendo a trabajar.  Pero sirvió para parar la curva, ¿no? Volvería a hacerlo. Y yo soy profesora pero vivo con 3 enfermeros. Y no sirve que se aplaudiese a las 20h a los sanitarios si ahora no se sigue manteniendo la cabeza y haciendo las cosas bien. No olvidemos en 2021 todo el personal esencial que siguió trabajando durante el confinamiento, que sin ellos no tendríamos productos básicos ni sanidad. Que no se nos olvide que siguen trabajando tanto o más que en la primera ola, que están cansados como todos pero añadiendo el extra de trabajo. Que no se nos olvide lo agotador que ha sido el 2020 para todos. Cuanto mejor nos portemos más rápido pasará y antes podremos descansar. 

Que el 2021 sea el año de la esperanza con la vacuna, la luz al final del túnel que nos trae el final de esta pandemia. Pero que llegue cuando tenga que llegar. Y si pasa por tener que vacunarse mucho porcentaje de población, hacedlo. A toda la gente que pedía a gritos una vacuna, no os echéis atrás ahora. Yo odio las agujas, con toda mi alma. Pero he donado sangre. Y si puedo donar sangre porque estas ayudando a los demás, ¿Por qué no vacunarme? También estaré ayudando a los demás. Pensemos que hay gente que no puede vacunarse. Para mí, mi padre. Seguro que si pensamos un poco todos conocemos a alguien que no puede vacunarse y gracias a nosotros estará protegido. 

Perdonad la chapa que os he soltado hoy, pero necesitaba sacarlo. Y desde el principio este blog era mi manera de desahogarme, y más desde el confinamiento. Además, los viajes ahora están difíciles y no sé que os contaré el domingo que viene. 

Os deseo un 2021 lleno de buenos momentos, amigos, familia, esperanza, coneixement y gratitud. 

¡Sed felices!