jueves, 23 de enero de 2014

Un Gran día sin móvil

Improvisadores, este mes es el mes de las desapariciones. Tranquilos, no es por nada grave, es la universidad. Los que sois estudiantes lo entenderéis: exámenes, trabajos y demás cosas que amargan el principio del año. Pero no estamos aquí para hablar de eso, buscaos otro sitio para eso.
El sábado pasado Gem y yo decidimos ignorar el trabajo de la universidad y nos fuimos a pasar el día a Cocentaina. Habíamos quedado a las 10:30, y por un día podía no levantarme a las 8 de la mañana. Inocente de mí, a las 8 empezaron a hablar por el whats App para quedar a estudiar. Nota mental: silenciar los grupos de whats. Después escuché a Nur por casa que se preparaba para irse a clase de noruego. Pues nada, cuando quise darme cuenta eran las 9 y sonó el despertador. Maldita la gracia.
Me levanto, desayuno y me di cuenta de que era demasiado pronto, así que me puse a ver una serie. Cuando ya estaba lista, Gem no lo estaba aún. Pero por fin a las 11 de la mañana salíamos de Valencia después de recoger a Gem y poner gasolina. ¿He dicho “salíamos de Valencia”? Eso sería ser demasiado optimista. Gem tenía que guiarme para salir de Valencia desde su casa y cuando quise darme cuenta me había pasado la salida hacia Alicante. Podrían ponerla más escondida, pero es difícil. (Recordamos lo de que me habían robado una hora de sueño, ¿verdad?) Así que decidí meterme por la primera vía de servicio que vi. Y seguimos nuestro instinto, y la carretera se hacía más estrecha, y no parecía haber retorno a la A7… Y llegamos a Xirivella. Seguimos nuestro instinto otra vez (todo recto) y finalmente llegamos a donde queríamos: Alicante/Albacete. Y todo recto. Al pasar un rato empezamos a ver carteles de Muro y Alcoy pero ninguno de Cocentaina. Así que decidimos ir en dirección a Muro porque sabíamos que estaba cerca. Y seguía sin haber señales de Cocentaina. Y nos cruzamos Muro y decidimos preguntarle a un señor que lo primero que nos dijo fue: pues os la habéis pasado. Pues muchas gracias oiga…
Finalmente y tras dar un rodeo (y ver una ardilla ¡una ardilla!) llegamos a Cocentaina sobre las 11. Y entonces llegaba el siguiente punto: llegar a casa de Thais. Pero antes, algo se puso en nuestro camino. Un ataque de risa descomunal, de los de llorar y todo. El motivo fue un bar llamado “Felnando”. Lo sé, no es gracioso, tampoco lo era en su momento, pero me hizo demasiada gracia. Pero tranquilos, evidentemente conseguimos llegar a casa de Thais y aparcar. Subimos a casa de Thais y lo primero que hicimos fue volver a subirnos al coche. ¿Para eso aparco? En fin, nos fuimos a Muro rezando para que no lloviese. Aparcamos y seguimos a Thais por las calles como si supiésemos donde estábamos. Era la feria y había un mercadito medieval, pero lo que más me gustó fue una tienda a la que entramos. Eso sí es como volver atrás en el tiempo. Como si te aparecieses en el plató de Amar en tiempos revueltos. Estaba como un niño en una tienda de caramelos. Aunque Gem y Thais hubiesen retrocedido unos cuantos siglos más, pero para mí estaba perfecto.
Cuando quisimos darnos cuenta eran casi las 2, así que nos fuimos rumbo a casa de Thais a comer. Allí su madre nos preparó un “banquete con comida de la terreta” (palabras textuales de Thais) que a Gem y a mí nos supo a gloria. Tostons, coca y pericana además de paté jamón, queso y demás. Todo acompañado de cerveza y bastantes risas. Después de comer llegó Alejo (que había venido también antes de comer) porque no tenía partido. La lluvia es lo que tiene. Y cuando quisimos darnos cuenta estábamos todos en los sofás viendo El Señor de los Anillos. Yo no veo las películas de forma normal, soy la típica persona que las comenta (algunos me odiáis y lo sé) pero imaginaos cuando nos juntamos 4 como yo. Pues así estábamos viendo la película. Al final acabamos preguntándonos si compartirían champú y porque no llevó Gandalf el anillo volando en un momento.
El caso es que al acabar la película y después de que Alejo se cambiase (por lo de no ir en chándal) nos fuimos los 4 a ver Alcoy. La pequeña Manchester…y empezó a llover. Pues será por lo de Manchester. Así que acabamos en un bar  tomándonos algo, pero no creáis que fue fácil entrar: tenía una puerta estrecha y muchos moteros borrachos delante. La Odisea de Homero y la entrada a ese bar estarían a la par en dificultad.
Cuando salimos del bar ya no llovía y nos fuimos a cenar. Para compensar la semana de gimnasio que habíamos tenido Gem, Thais y yo, cenamos pizzas y de postre… un surtido de postres. No sabíamos cual elegir. Eran ya casi las 12 y media cuando Gem y yo nos pusimos en marcha camino de Valencia. Yo con mi Coca-Cola y mi café en vena y Gem eligiendo canciones con las que pudiésemos motivarnos y llegar a casa sanas y salvas.
A diferencia de la salida, llegamos a casa a la primera. Eso sí, cogí todos los semáforos en rojo que hay entre casa de Gem y la mía. Todos, absolutamente todos. No busquéis fotos en Facebook, ni nada en twitter o instagram. No lo hay. ¿Por qué? Pues porque estaba tan entretenida y me lo estaba pasando tan bien que dejé el teléfono en el bolso y solo lo saqué para decirle a mi madre que volvíamos a casa. Esos son los días buenos, los días en los que ni te acuerdas del teléfono porque no te hace falta para nada. Espero que haya muchos más días “sin necesidad de móvil” y que vosotros tengáis muchos también.

¡Sed Felices!

martes, 7 de enero de 2014

¡Tenemos página en Facebook!

Improvisadores, espero que todos hayais sobrevivido a las comidas familiares y las sobremesas navideñas. Pronto tendremos una entrada sobre la Navidad, pero hoy vengo a hacer un comunicado extra rápido:

Inauguramos página en Facebook. No seáis tímidos y pasar a saludar aquí https://www.facebook.com/Improvisandoporlavida

Nos vemos muy pronto,

¡Sed Felices!