martes, 31 de diciembre de 2024

Recapitulando 2024

 Improvisadores,

Vengo a cerrar el año 2024. Confieso que ha sido un año en el que he tenido esto e instagram muy abandonados. No se, no me ha dado la vida. 

Ha sido un año de cambios, de altibajos, de alegrías y no tan alegrías... lo que viene a ser la vida. 

Participé y perdí en un torneo de bolos, pero lo pasamos muy bien que es lo que cuenta. Me disfracé para fiestas más veces de las que me gustaría reconocer. 

Se casaron unos amigos! 

Fui a mi primera macrodespertà y casi directa de la boda. Casi la lio en la Crida de fallas por querer salir al baño. Fallas 2024, que bien me lo paséNos fuimos de despedida de soltera con sorpresa, sangría blanca y sssh. Me firmó un libro Paco Roca! Ni me acordaba de lo emocionada que estaba ese día. 

Se casaron otros amigos! 

Comí sushi, mucho sushi y en buena compañía. Vi muchos partidos de fútbol. De la Selección, de las peñas, del Onda... de lo que tocase. Escapada a Santa María, no puede faltar y lo sabéis si habéis leído alguna de las entradas del blog. Celebré mi cumple como siempre y en buenísima compañía. Y otro finde más de piscina con los Eternos. Ah! Y otro finde más de cumple sorpresa de mi prima. Menudo mes! Ay las fiestas de pueblo, eso sí es señal de que estas en verano. Pero... ¿y el viaje a Pirineos? Ya os lo conté, lo podéis volver a rememorar (y tenéis reels y destacados en insta). Un año más en el Frente de Levante excavando por la recuperación de la Memoria Histórica. Fiestas del pueblo, no puedo disfrutar más de una semana que esta. Además mi casa poco a poco ha ido pareciendo una casa, con sus muebles y sus todo. Visitas rápidas que alegran el finde y que dan paz. Cambio de instituto. Ha sido duro, no os voy a mentir. Después de 3 años en un insti con 150 profes... estoy en uno con 48 y el cambio es brutal. El primer mes lo pasé mal, no quería ir a trabajar. Hablando con otra compañera (también nueva este año) le pasó lo mismo. Cuesta mucho hacerse un huequito en un claustro tan cerrado. 

Ah! Se casaron otros amigos! 

Fui a esmorzar menos veces de las que debería, y eso que fuimos unas cuantas. Fira d'Onda sin tener vacaciones ha sido... un reto físico y mental. Superado con creces. (Panorama oh eh!) Y casi no dormir en Fira y aun así darlo todo en el Nombramiento de la FM. Y eso que me iba pronto a casa...

Por cierto, se casaron otros amigos! Se que parece broma, pero no. 

No puedo olvidar la DANA. Sabéis que soy de Valencia, nosotros estamos bien y nuestra zona no se vio afectada. Sí tenemos familia en zonas afectadas, pero por suerte están todos bien. No se cómo explicaros la sensación que tuve. Solo he podido explicarla y compartirla con quien también la sintió. De golpe querías ayudar pero a la vez me sentía saturada, había mucha información y a la vez tan poca. Ese fin de semana no, al siguiente, pudimos mi prima y yo ir a Algemesí porque mi madre había hablado con sus prima y, aunque le dijeron que estaban bien, ella quería quedarse tranquila. No soy capaz de imaginar cómo deben estar física y mentalmente quienes lo han sufrido. 

Aun así, he conocido a gente muy bonita que ha ido poniendo su granito de arena como ha podido. El Sporting de Benimaclet como centro de recogida de animales; Irene que se vino con nosotras a repartir ropa interior de tallas y características que hiciese papel a la gente mayor; la voluntaria que me ofreció un par de botas de agua; el señor de Soria que nos trajo a la casa que estábamos limpiando 20 palas, 10 capazos y una carretilla a cambio de "hacer gasto cuando vayamos a Soria". Empecé una recogida de libros para llevar a un IES afectado por la DANA con muy poca esperanza, y tengo tantos libros que no se cómo los llevaré. Creo que cada uno a su manera ha ayudado como ha podido o ha sabido.

Yo no puedo decir mucho más, los efectos a la gente que conozco y de mi entorno han sido, desde luego, más psicológicos y mentales. Los picos de ansiedad y de estrés. El faltar al trabajo por una alerta meteorológica que jamás se nos hubiese ocurrido... ahora es indiscutible. No se explicarme mejor, lo siento. También siento que contar esto sin haberlo sufrido directamente puede sonar absurdo y me niego. 

En definitiva, 2024 ha sido un año de mil contrastes. Un año con un final muy amargo, una sensación que no le deseo a nadie (y repito, no puedo ni imaginar como deben estar quienes se han visto afectados). 

Deseo un 2025 con más alegrías que penas, con más risas que llantos (y si lloramos, que sea de risa). Por más buenas noticias en mi familia y amigos. Por la gente que se fue y todo lo que nos enseñó, por los que están por venir. Por los que acaban de llegar al mundo en 2024 y tienen mil experiencias por vivir. Todos los que siguen conmigo en 2024 y vendrán a 2025. Y quien tenga que llegar en 2025. 

Por la familia que se elige y por la que no. Por seguir disfrutando de ellas, de sus buenas noticias, de sus grandes ideas y de los mejores momentos que son siempre en compañía. Por los amigos que dan paz mental, que puedes estar tumbado en el sofá sin hacer nada, solo estando. Y los que te conocen al 100% y aun así te quieren y te aguantan, esos sí que valen oro. 

Os deseo un buen 2025, con experiencias, viajes, risas y anécdotas que contar! Os prometo que voy a intentar ser más sería y publicar un poquito más. 

Felices fiestas y feliz 2025!

¡Sed Felices! 


miércoles, 31 de julio de 2024

Escapada Pirenaica (P.2)

Improvisadores, 

¿continuamos con este viaje por Pirineos?

Sábado 27 de julio

Hoy tocaba madrugar, pero ¡valió la pena!


Primera parada: Estación internacional de Canfranc. Sí, confieso que lo pedí yo. Pero vale mucho la pena comprar las entradas de la visita guiada. Es 1h aproximadamente y nos salieron a 4€ cada entrada. La visita es por el exterior de la estación y la entrada ya que el resto pertenece hoy en día al hotel (inaugurado en 2023). Me impresionó, es un edificio espectacular y el guía Raúl nos contó muchas anécdotas e historias que hicieron que la hora de visita pasase volando. La estación se inauguró el 18 de julio de 1928 y nos contó que cada 18 de julio se hace una recreación, se visten de la época y hacen un día diferente. La historia de la estación es muy interesante y el entorno en el que está, más. Actualmente el tren solo le da servicio ADIF (desde 2021 en una nueva estación) ya que la parte francesa cerró el servicio de trenes tras un accidente (o no, teorías conspiranoicas aparte) en 1970. Desde entonces hay un autobús provisional (provisional desde 1970…) que hace el servicio Canfranc - Francia. Se declaró Bien de interés Cultural en 2002. Es inmensa ya que todos los servicios de la estación, viviendas y dormitorios de los trabajadores y aduanas estaban por duplicado: franceses y españoles. Además de doble vía, una para el ancho internacional (trenes franceses) y otra para el ancho ibérico (trenes españoles). Pero no os cuento más, mejor vais de visita! 


Segunda parada: Canfranc pueblo celebraba un mercado medieval, muy pequeño y cuco. Se visita en muy poquito tiempo pero el paseo es agradable. Tienen censados 600 habitantes, tampoco esperéis un mercado medieval gigante. 


Tercera parada: Jaca. No os voy a mentir, en Jaca paramos a comer. Comimos en el Restaurante Biarritz (Av. Primer Viernes de Mayo 12, Jaca) un menú casero y muy bueno. El tomate rosa de Barbastro me ha ganado el corazón, pero el entrecot de ternera también. Eso sí, con el calor que hacía, de postre solo me entraba fruta. Y luego nos sacaron un licor dulce con galletas de almendra, muy parecido a la mistela valenciana. Después de comer visitamos la catedral ya que la ciudadela a 35ºC a la sombra no apetecía mucho. De la catedral me encantó el porche románico. Teniendo en cuenta que se empieza a construir en el siglo XI, todo cuadra. Pero es una catedral “parcheada” que digo yo, tiene dentro casi todos los estilos arquitectónicos habidos y por haber. Me gustó mucho y os recomiendo una visita, no tiene desperdicio. 


Después tocó vuelta al camping, piscinita y para cenar algo sencillo pero increíble: quesito manchego, fuet y tortilla de patatas. La mejor manera de acabar el día. Y si encima das envidia a los vecinos con la tortilla, mejor. Pero tranquilos que les dimos queso para probar. 


Domingo 28 de julio


El madrugón del domingo vino patrocinado por la multiaventura. Tocaban canoas en el embalse de Mediano. No hay ni una foto ni un video porque nos dedicamos a disfrutar. 2h y media de remo que, sinceramente, aun tengo agujetas y estamos a martes. También es cierto que el domingo yo estaba a mínimos de energía, pero me encantó la actividad. Fuimos hasta la torre de la iglesia que está en el embalse. Desde ahí una vez me empujaron a mi, ¿Conocéis a alguien más que lo hayan tirado de una torre y haya sobrevivido? 


Subimos río arriba y navegamos por el embalse. Tambinén nos bañamos, obviamente. Era super agradable y vimos un montón de animales tan tranquilos en su hábitat sin humanos que molesten. Si queréis hacer alguna actividad de estas, la verdad que el instructor fue genial, con mucha paciencia y nos iba explicando además cosas a lo largo del camino. Mil gracias a Miguel de EKM


Pero necesitábamos recargar fuerzas y aquel restaurante en Morillo de Tou que os dije nos hacía ojitos. Así acabamos en el Restaurante Morillo de Tou - Casa Cuello comiendo otro plato combinado de longaniza de Graus. Si algo funciona, ¿por qué cambiarlo? 


A la sombrita y después de comer yo me dormía allí mismo. Así que fuimos al camping, cambiaron mochilas y volvieron al embalse a bañarse. Yo necesitaba dormir, aunque fuese 1h. ¿Sabéis esos días que el cuerpo pesa? Así estaba yo. Pero bueno, siesta, ducha y coca - cola fresquita y a seguir. Que tocaba tarde de mascarillas y arreglarse para cenar en Ainsa, por ser la última noche. 


Cenamos en el Bodegón de Mallacán, donde estaba todo buenisimo y casero. Incluidos los postres. Nosotras pedimos para compartir todo al centro y así probar varias cosas y luego postres. Pedimos paté, croquetas, setas y entrecot. Aparte una cenó pescado. Todo eso y 5 postres podemos decir que cenamos como reinas. 


La verdad es que es difícil comer mal en el Pirineo, yo os dejo aquí las recomendaciones de donde fuimos pero imagino que cualquier otro sitio estará igual de bueno. 


Luego dimos un paseo por el castillo y ya encaramos las escaleras para bajar del casco antiguo de Ainsa.


Lunes 29 de julio


El lunes nos levantamos con calma, recogimos todo y pusimos rumbo a Lleida. Se acababa el viaje y tocaba volver a casa ya. Esperamos haber sorprendido a Laura con las actividades, juegos y visitas. Que se lleve un buen recuerdo de este flashback a la adolescencia. Aunque he de decir, que la edad se nota y hemos comido bastante mejor que cuando teníamos 18 años. Será que sabe más el diablo por viejo que por diablo. 


Hasta aquí el recorrido que hicimos con todas las recomendaciones. Pero si queréis saber algo más y no os fiáis de google, aquí estoy!


Espero que os haya gustado tanto como le gustó a Laura. 


¡Sed Felices!

martes, 30 de julio de 2024

Escapada Pirenaica (P.1)

 Improvisadores, 

He tenido un dejà vu. Realmente lo hemos buscado. En el verano de 2009 hice mi primer viaje con las amigas justo al acabar 2º de Bachiller y el destino elegido fue Aínsa (Huesca). Curiosamente, el único viaje de las 5 que no tiene entrada en el blog. No por nada, el blog nació en 2010.


En junio de 2025 se casa una de estas amigas y decidimos que sería un buen sitio donde ir de viaje juntas, así que planeamos un viaje sin decirle dónde. Sólo sabía cuándo, qué meter en la maleta y a que hora salía su tren desde Barcelona. 


Jueves 25 de julio


Laura tiene un billete Barcelona - Lleida y poco más. Paula, un billete Madrid - Lleida y 30 minutos de margen para llegar antes que Laura. Anna, Elena y yo salimos de Valencia en coche a las 10.30 en dirección a Lleida. Salió perfecto, incluso con el retraso de 15 minutos del tren que llegaba de Madrid.


A la pobre Laura le habíamos dado pistas absurdas: un billete de tren a Lleida, maleta de cabina de máximo 10 kg y con los líquidos en bolsa transparente, un origami que resultó ser un barco de papel… Llegó a Lleida y nos la llevamos a comer. 


Primera recomendación: Restaurante Casa Tiell (Carrer Vila Antònia 9, Lleida). Comimos el menú por 12€, todo casero y muy bueno. Ya os comentaré más por insta y os dejaré el enlace. 


Le dijimos a Laura que íbamos al apartamento a dejar las cosas y la llevamos hasta un edificio medio en obras y Elena falsamente llamó al timbre. No tengo claro qué pensó Laura en ese momento. Realmente metimos (como buenamente pudimos) las cosas en el coche y pusimos Aragnouet en el GPS. Os preguntaréis qué hay allí, pero ni idea porque nunca llegamos. Es el primer pueblo de Francia al pasar la frontera y el que nos hacía cruzar por Aínsa. 


Llegando a Aínsa, Elena sugirió parar un momento a hacer alguna prueba a Laura y una foto en Aínsa. Así que le vendamos los ojos a la pobre y nos la llevamos hacia el camping Peña Montañesa. Pero para nuestra sorpresa, girando la curva que entra al camping al lado de un hotel va y pregunta Laura “¿aquí hay un hotel?”. No se vosotros, pero yo no conozco a nadie que recuerde curvas por las que ha pasado hace años. 


Efectivamente, adivinó dónde íbamos a quedarnos la muy espabilada. Hicimos el check in y ya llegamos al bungalow. Dentro habría fácilmente 50ºC, así que dejamos las cosas, abrimos las ventanas y nos fuimos a hacer la compra. Esa noche tocaba cena americana y juego de preguntas sobre EEUU. Igual aquí os falta el detalle de que el futuro marido de Laura es de EEUU. 


Viernes 26 de julio


Nos despertamos pronto, no por necesidad sino por costumbre. Desayunito en la terraza y puesta en marcha. 


Primera parada: Morillo de Tou, un pueblo que hoy pertenece a Aínsa. Se abandonó con la construcción del embalse de Mediano pero que en los 80 CCOO rescató y convirtió en un centro de vacaciones. La verdad que el paseito es corto pero muy agradable y es bonito de ver, además tiene un restaurante con mucha sombra. La iglesia de Santa Ana (hoy en día museo) es muy bonita, construida en 1600 está muy bien restaurada. Tiene anexo un cementerio con unas cruces antiguas también preciosas, ya sabéis que soy una friki de los cementerios. Siempre recordaré aquella profesora que nos dijo: si queréis conocer un sitio, tenéis que visitar el mercado y el cementerio. 


Segunda parada: Bodegas Laus (Barbastro) donde hicimos una visita guiada y una cata de vinos. Os dejaré todo por instagram como siempre para que lo podáis ver bien. Yo soy 0 experta en vinos, pero aprendí que además no tengo olfato ninguno. Sacaron jamón y queso a la mesa y yo solo olía el jamón. Pero sí puedo deciros que aunque no identifiqué ni un olor del vino, estaba bueno. Es cierto que yo soy más de blancos y rosados, pero dicen que el tinto también estaba bueno. De recuerdo nos llevamos una botella de blanco para la cena. Y 100% os aseguro que Laura no se esperaba esta actividad. 


Tercera parada: Graus, pero os recomiendo ir el último sábado de julio porque nos dijo la chica que nos atendió que celebran el dia de la longaniza y se prueba gratis. Aunque también nos avisó que se hacen unas colas inmensas. Pero bueno, lo que sea por un plato típico. Antes de comer dimos una vuelta y la verdad es que las calles de la zona antigua tienen mucho encanto. Aquí viene la siguiente recomendación: Restaurante Cafetería Casa del Barón (Plaza España 10, Graus). Aquí comimos muy bien, muy rico y todo casero también. Además en la plaza bajo unos porches porticados bien bonitos. Muy cerquita y en un paseo a pie está el santuario de la Virgen de la Peña, construida en el siglo XVI sobre una iglesia románica preexistente. A mi personalmente me encantó. No tiene nada especial pero me encantó. No se si porque estábamos solas (igual porque eran las 16.30h), por la sombra o por las vistas. Pero se ve muy rápido y vale la pena. 


Cuarta parada: Santuario de Torreciudad (Secastilla, Huesca). He de reconocer que yo fui aquí completamente engañada. Pensaba que sería un santuario bonito, del estilo de las iglesias pirenaicas. Pero no. Para quien no lo sepa (como me pasó a mi), el Santuario de Torreciudad es del Opus Dei y se construyó impulsado por Jose María Escrivá de Balaguer entre 1970 - 1975. A quien le gusten las iglesias modernas, le gustará imagino. Eso sí, si vais en verano tened en cuenta que no os dejarán entrar en tirantes. Como en el Vaticano, básicamente. Abajo, encarada al pantano hay una antigua torre de vigilancia de época medieval que da nombre al santuario y que, en mi opinión, sí vale la pena. No entro yo en religión ni creencias, hablo estrictamente del estilo arquitectónico y a mi la arquitectura de los 60 hasta hoy en día, sin más. De hecho la Virgen ya se veneraba allí antes de construir este santuario ya que la ermita original que está aún por los alrededores es del siglo XI. Personalmente, no entiendo la necesidad de construir un tremendo edificio que rompe con el entorno natural del Pirineo, pero buscad imágenes y ya decidís. 


Vuelta al camping, piscina (helada) y cenita de fajitas caseras, un mítico de nuestros viajes. 


Sigo en la parte 2, que hay mucho que contar!


¡Sed Felices!


miércoles, 31 de enero de 2024

Recapitulación de enero: el mes más eterno del año

Improvisadores,

Febrero tendrá 29 días este año, pero enero ha tenido como 300, ¿no? Hoy vengo en modo reflexión y descarga. 

Voy a empezar por lo que más me ha trastocado enero: el trabajo. Imagino que alguno lo habrá deducido de mis otras publicaciones, pero soy profesora de historia en secundaria. No penséis que llevo mucho tiempo trabajando, desde el curso 2018 – 2019. Ha habido años más fáciles, años más difíciles. Compañeros mejores y peores. Pero hasta hoy no me había pasado esto. No quiero seguir en el centro donde estoy por culpa de la dirección.

La semana pasada mi jefa de estudios tuvo un muy mal gesto hacia mí, diciéndole a un alumno mío y a otra compañera que yo no mando. Es decir, desautorizando completamente mi trabajo. Y creedme que yo en clase tengo muchísima paciencia. Y soy resolutiva en general en el trabajo con mis problemas y con los de los demás. Pero desde la semana pasada que voy sin ganas y tengo mucha rabia dentro. No hacia los chavales, hacia ella. Cuando digo que lo peor de este trabajo son los adultos, no los chavales, me refiero a esto.

Llevo una semana de verdad malísima. De llegar a plantearme si quiero seguir haciendo esto. Porque en los años que llevo jamás me habían hecho sentir tan despreciada. Y eso que los adolescentes pueden ser muy crueles. Llevo 2 cursos haciéndome cargo de un grupo más complejo y sacándole las castañas del fuego a esta mujer... pero no pasa nada, se acabó. 

La 2ª evaluación siempre se hace muy pesada, pero espero volver a recuperar la ilusión por venir a clase porque al final los alumnos no tienen la culpa. Hoy ya… estoy menos enfadada. También ha pasado ya una semana y he asumido mi nueva filosofía de gestionar lo que me toca a mi y no lo de los demás. 

Es horrible la sensación de que tus compañeros no solo no te respetan, sino que te infravaloran. El viernes a última hora me dijo una compañera que no hiciera caso, que yo valgo mucho más que eso y tengo mejor saber estar que ella. Y se lo agradecí mucho, pero no hace desaparecer el menosprecio de dirección a mi persona y mi trabajo. No soy la profe más Mr. Wonderful ni más Pinterest, pero estoy por y para mis alumnos, para solucionar problemas y explicar mi asignatura. Pero esta semana me ha costado incluso eso. Y sinceramente, entrar a un aula con 25 adolescentes ya es difícil, pero si encima entras quemada, más.

Menos mal que el fin de semana salí un poco y me despejé, que me hacía falta. Además una salida que no esperaba, pero llegó la invitación el miércoles y de verdad lo primero que pensé fue: ¡Gracias! Justo lo que necesitaba. 

Fue desconexión de verdad. De paella familiar (que me salió buena eh), de cumpleaños y a comer a la falla y el domingo por la noche fui consciente de lo mucho que me había ayudado. Recargué las pilas para encarar otra semana más. ¡Ya queda menos para las vacaciones!

La verdad que ha sido un mes rarísimo. Un mes largo pero además creo que todos los años enero es el peor mes. No es la primera vez que vivo sola, pero sí es la primera que vivo sola en mi barrio. Antes los fines de semana me bajaba a casa de mis padres y siempre estaba en compañía. Creo que ahora hay muchos más momentos de soledad. Este mes me he repartido entre querer estar sola (normalmente cuando estoy en el instituto) y no querer estar sola (el resto del tiempo). Así soy, simple. Y encima que los ratitos de tortura en el gimnasio sean mis momentos de paz… tela. Pero no se lo digáis a mis entrenadores que pierdo credibilidad cuando me quejo allí. 

Está siendo un enero complicado a nivel personal, de estar ansiosa y no saber porque y eso lleva a pensar que algo malo está pasando cuando alguien está más raro o contesta seco, o no contesta. Pero no pasa nada. Ya es febrero, vamos a afrontarlo con otra perspectiva. O eso espero.

Hasta aquí mi recapitulación mensual. Os diría que mi idea es hacer esto cada mes, pero no voy a prometer nada porque seguramente no pase. Ya me conocéis. Recordad que también estoy en instagram (aunque tampoco aparezco mucho, la verdad... soy un desastre!)

Gracias por leerme, gracias por aguantarme y, sobre todo, gracias por vuestro tiempo.

¡Sed Felices! 


sábado, 9 de diciembre de 2023

Adaptandome... poco a poco.

Improvisadores,

He estado más desaparecida de la cuenta tanto aquí como en Instagram. Pero la vida me ha atropellado un poco.

En mayo empezaron la reforma de la casa de mi yaya (ahora mía). En junio se juntó una mudanza exprés porque vendieron el piso donde estaba, con las opos y con el final de curso.

La mudanza me llevó a compartir piso un mes de locura con Cristina que me acogió en su casa y que me hizo vegetariana de lunes a viernes. Celebré mis 32 con una tarrina de helado inmensa de chocolate y brownie. Pasé más horas de ese mes sentada haciendo temas que existiendo, y otras muchas saliendo a pasear con Cristina. Mi Risto particular repasándome los temas. Salimos de fiesta a las graduaciones como si nos graduásemos nosotras y yo no tuviese una opo en pocos días. Y el día antes del examen, nos fuimos al cine porque ya total…

La opos… mejor de lo que esperaba. Aprobé, que ya es más de lo que había conseguido nunca. Pero me quedé sin plaza. El proceso de asimilar que me he quedado a 0'17 de la plaza también tuvo lo suyo. Pero eh, al menos aprobé y sin tema y trabajando a tiempo completo. Igual me autoengaño diciéndome eso, pero me funciona.

El final de curso… como siempre. Con la tensión de saber cuando y donde tocará trabajar. Pero este curso sigo en el mismo instituto. Tengo que acabar FPB con mis chavales. Una vez se gradúen ya veremos.

Y todo esto, con la reforma de mi casa en marcha que, si no llega a ser por mis padres y especialmente por mi madre que está jubilada, no sé qué hubiese hecho. Ha sido también un proceso raro. Ver como desmontaban la casa de mi yaya que ahora no se parece en nada a la mía… Hay una foto de la cocina de mi yaya desmontada que la tengo grabada en el corazón.

Julio, agosto y septiembre los pasé en casa de mis padres. Pasaron volando entre viajes a Francia exprés a darle a mi tía Carmen los recuerdos de santos y estampitas que tenia mi yaya en casa. Nadie mejor que ella los va a cuidar. Mi tía Carmen y mi yaya eran amigas antes de ser cuñadas, ¿no os parece increíble? Y continuaron llamándose por teléfono muchas horas hasta el final. Como mi tía cumplía 90 este verano, la excusa perfecta para ir a verla.

Repetí excavando en el Frente de Levante en Vistabella 5 días. Que como siempre desconecto del resto del mundo. Os dejé un reels de qué hacíamos en un día a petición de una amiga.

También me fui al pueblo con Cristina y Camila. A la feria. No he bebido más tinto de verano en mi vida. Pero que bien se está en el pueblo. Y qué bien se come y qué bien se bebe. En septiembre me escapé una noche al pueblo de Elena a las fiestas. Si es que a mi no se me puede resistir una fiesta de pueblo.

Pero en octubre ya me pude trasladar a mi casa. Y no ha sido fácil. La adaptación, los remates de la obra e imprevistos. El dinero que cuesta. El estar en una casa que conozco… pero no. Es una sensación rara de explicar.

Estoy todo el día dándole mil vueltas a la cabeza a mil cosas, me apunté a la UNED como si no tuviese ya bastantes cosas que hacer. Pero no se estar sin hacer nada. Hasta que llegan días como hoy donde el cuerpo te para y te quedas en la cama y haces siestas de 3h.

Quiero volver a escribir, siempre me ha venido bien. Pero no sé de qué. Quiero utilizar más Instagram, pero tampoco viajo ni salgo por ahí, estoy en modo ahorro total y no tengo ideas.

Estoy en un proceso de adaptación donde no me aguanto ni yo a veces. A lo largo del camino conoces gente y luego por X motivos o por ninguno, se deja de hablar tanto. Y como estoy un poco en momento de adaptación soy consciente que igual no he luchado tanto por mantener eso. Y hay veces que me cansa mucho la gente (y soy profe, así que tengo un problema) y me doy cuenta de que es porque estoy constantemente pensando en cosas que tengo que hacer.

Y me saturo a mí misma. Desde aquí, lo siento si he saturado a alguien en este 2023, no era mi intención.

Intentaré volver pronto. Solo necesito un tiempito más.

¡Sed felices!

sábado, 4 de marzo de 2023

Un año después sin ti

Yaya, hoy hace un año que te fuiste. Así que esta entrada va por ti.  

Cualquiera que me haya conocido sabe que eres de las personas más importantes de mi vida. El yayo y tu me habéis cuidado desde pequeña cuando los papás trabajaban a turnos. Me he pasado 30 veranos de mi vida contigo.

De ti he aprendido mil cosas. Pedacitos de sabiduría que me han hecho ser como soy, en parte. Contigo he viajado en el espacio visitando a la familia, de bodas, de celebraciones; y he viajado en el tiempo con cada historia que me contabas. He vivido la historia de la familia como si la hubiese vivido yo misma. Me acompaña cada vez que explico algo en clase. Me has hecho trampas al parchís y sigo sin saber cómo. Has perfeccionado el lanzamiento de zapatilla, pero también me enseñaste a hacer algunas de las mejores recetas de mi vida. Y sobre todo a que cocinar para los demás es un gesto de amor precioso. Me has enseñado a disfrutar de las personas, de la familia, de las reuniones. A que aquí estamos para disfrutar, para trabajar también, pero sobre todo para disfrutar.

De ti he aprendido que hay que ser honrado. Que hay que ser trabajador. Y que, si tú haces algo bien por alguien, da igual si te lo devuelven o no, porque tu has hecho bien. Puede que esto me haga un poco tonta, lo se. Pero es lo que hay.

De ti he aprendido que por muy dura que se ponga la vida, siempre se puede superar. Que las uñas hay que llevarlas siempre bien pintadas. Que hay que tener un pintalabios en el recibidor para encarar todos los días con buena cara. Que con 90 años aun se pueden hacer topless y que a quien no le guste que no mire.

También he aprendido que la gente nos va a decepcionar, pero no pasa nada. Porque no podemos vivir en función de lo que los demás van a hacer. Tenemos que vivir en función de como nosotros creemos que hay que vivir. Que las distancias dan lo mismo, que hay que cuidarse a uno mismo y a los demás.

Que las supersticiones no son malas, y que de hecho funcionan (poned la escoba al revés cuando queráis que alguien se vaya de vuestra casa y veréis). En tu casa hemos encontrado todas tus piedras y amuletos, tus cosas de bruja que digo yo. 

Sobre todo, he aprendido que puedes querer a alguien cuando ya no está. Y que todos los recuerdos, todas las vivencias contigo esos ya son para mi para siempre. Incluso las discusiones. Todo. Que eso ya no me lo quita nadie. Y yo me quedo con ese último “te quiero yaya” y tu apretón de mano para contestarme.

Desde que se te fuiste han pasado tantísimas cosas. Yaya, algunas te gustarían y otras no, pero así es la vida. Las cuatro nietas nos hicimos un tatuaje por ti (irónicamente no te gustaban los tatuajes); celebramos las fallas y fuimos a casa de la tía Amparo a comer buñuelos con chocolate como los que te gustaban; fuimos al pueblo a pasar la semana santa y a desconectar; he visto muchísimos atardeceres preciosos; he salido de fiesta, porque tu ya sabes que me encanta y que no puedo estar por casa mucho; he ido a pasar un finde a Madrid (aunque sabes que no me gusta nada); han ascendido a tu nieto David; he cumplido 31 años sin ti y me han regalado un ramo de flores precioso; he ido a la playa sin ti; he ido de paella con mis amigos, esos que jugaban al parchís contigo; he ido de fiesta al pueblo porque… ya sabes yaya, una fiesta; he despedido otro curso y otro instituto, ya sabes que se me da fatal; he pasado las vacaciones en tu casa; he celebrado mi cumple sin torneo de parchís porque tu no estabas; he leído muchísimo; me he leído todas tus libretas y tus historias (gracias); me he caído haciendo ejercicio y me pusieron 4 grapas, es la primera ve que pensé que menos mal que no estabas porque te hubieses asustado muchísimo; me he mentalizado mucho de que la salud mental es importante y lo que decías, que yo primero; he hecho mi primera fideuà, aunque muy mejorable; tu nieto Daniel ha sido papá; hemos acompañado a tu nieta Laura en sus primeras veces conduciendo estrenando carnet; he salido de fiesta por otro pueblo y he conocido a mucha gente nueva; he vuelto a ir a excavar una fosa como el año pasado que estabas tan orgullosa; he pasado días en casa de la tía Amparo como otros veranos contigo; he ido a Francia sin ti (eso sí fue muy raro) y he visto a las tías y a todos los primos; he vuelto al mismo instituto; mis amigas siguen teniendo bebés (no yaya, yo no); me he mudado a otro piso en otro pueblo; me he vuelto muy sanota y salgo a hacer mucho ejercicio, es bueno para la mente; fueron las fiestas del barrio y sí, había muchísimo ambientillo yaya; hemos ido a otra boda, la de la hija de la Feli, como te lo cuento; mamá se ha jubilado, increíble pero cierto; he estado en la fira de Onda, me hubieses soltado un “pendón verbenero” si te digo a que horas volvía a casa; paso mucho rato con mamá y hacemos planes diferentes como ir de museos; he confiado en la gente porque creo que todo el mundo es igual de bueno que yo, y resulta que no; al final Liria se queda en casa, pero ahora mismo esta llena de cosas; y ahora… planes como vaciar tu casa para hacer reformas y convertirla en la mía. No sabes lo raro que fue ver tu casa vacía. Me encantaba pasar el rato en tu balcón mirando la gente pasar y resulta que ahora es mi balcón. Soñé contigo, ¿sabes? Estábamos merendando en tu cocina. Y el sueño olía a café con leche con galletas. 

Improvisadores, os dejo aquí la despedida de aquel día. No la leí bien, porque me fue imposible no llorar. Tampoco es lo más bonito que haya podido decir de ella, pero lo escribí esa misma mañana en casa, desde el corazón.

Hoy estamos aquí para despedirnos, pero sobre todo para celebrar a María. Yaya, mamá, hermana, tía… Y qué contenta estaría de veros a todos aquí, con lo que a ella le gustaba.

La vida no siempre le fue fácil y aun así sacó fuerzas de donde no había y a seguir. Un día le pregunté que si de pequeña le hubiesen dicho que llegaría a los 90 viviendo lo que ha vivido y habiendo conseguido tanto y me dijo que no se lo hubiese creído en la vida.

Hoy lloramos y estamos tristes porque nos quedamos sin ti, pero celebramos tu vida. La vida que has compartido con nosotros y lo que nos quedamos de ti. Los abuelos deberían ser eternos, pero es que lo son. Son todo lo que enseñan y lo que dejan aquí. Gracias por todos los momentos contigo, todas tus historias y todos los viajes.

No sé si hay cielo ni cómo es, pero sé que ahora estas siendo recibida por todos los que se fueron antes que tú. Creo que llegas a una mesa larga, de esas que organizamos nosotros, y allí te esperan todos para darte la bienvenida y recibirte. El yayo el primero, que después de tantos años hay mucho que contar.

Descansa en compañía, descansa tranquila.

Brindad por tu llegada mientras brindamos por haber compartido la vida contigo.

Te queremos yaya.

Te quiero yaya


miércoles, 16 de noviembre de 2022

Poquito a poco

Improvisadores,

Perdonad la ausencia, pero han sido meses de locura. En Instagram habréis ido viendo, pero a partir de septiembre se me han comido las horas del día.

En agosto estuve una semana más excavando una fosa del frente de levante de la guerra civil en Vistabella del Maestrat como el año pasado, eso sí lo visteis en Instagram. Aprovechamos para hacer un poquito de turismo por Puertomingalvo ya que estábamos. Luego me fui una semana a Francia a la boda de uno de mis primos, aunque de esto no hay nada en Instagram, pero íbamos todos guapísimos.

En septiembre vuelta al cole y este curso se me está haciendo largo y solo es noviembre. Vuelvo a tener 2º y 4º de la ESO, que bien. Vuelvo a ser tutora de 4º, que quizás un pelín menos bien. Y por primera vez me toca dar clase a la FPB. Estaba más asustada de lo que realmente esta siendo. Pero queda mucho curso por delante.

En este tiempo, además he comprado el piso de mi abuela que, como algunos sabréis, nos dejó en marzo. No es el mejor momento y seguramente si no hubiese sido ahora no me hubiese planteado comprarme un piso. Pero tenía que ser así.

Ahora estoy un poco hasta arriba de faena y a la vez tampoco os penséis que hago tanto. Pero algo no estoy haciendo bien en la organización de este curso. Entre el trabajo, las opos, el gimnasio, la vida social. Algo no he cuadrado bien. Y he de reconocer que algún pico de ansiedad he tenido algún día. Que es normal y no pasa nada, si se sabe gestionar. Y oye, si hay que llorar de tanto en tanto y soltarlo, pues se suelta. Si yo soy más llorona de lo que parece. Y más sensible. Y más cariñosa. Pero luego por la vida no creáis…

En fin. Voy a intentar volver a estar un poquito activa, aunque sea por Instagram. Volver a escribir que siempre me ha ayudado, pero he de reconocer que por querer centrarme en escribir sobre viajes y sitios he dejado de escribir para lo que inicialmente era esto, soltar un poco lo que llevo dentro. Pero claro, ¿a quién le interesa eso?

A ver si en vacaciones os voy subiendo algo más. Estas navidades creo que serán un poco raras. Diferente seguro. Pero bueno, seguiremos haciendo las recetas de la abuela y juntándonos a cenar. Siempre me ha gustado la navidad, no tiene porque dejar de hacerlo.

Igual alguna receta nueva de mis padres, aunque lo dudo porque nuestros menús son poco originales. Ya tenéis en Instagram el potaje que siempre hacemos el día de Navidad, los pepitos o ximos (en la provincia de Castellón) que hicimos para Nochevieja (aunque son típicos de Semana Santa), el cocido de Año Nuevo que hacia mi yaya y que ahora hace mi madre (¿Os conté la vez que hicimos competición de cocidos?) y, cómo no, los canelones de cocido para el día de reyes. No innovaremos mucho, pero, aunque sea para escuchar a mi madre decir: ¿Y por esto cuanto te pagan? Y yo “nada mamá, por amor al arte como siempre”. Y luego ella tan contenta con sus visitas.

Además, estamos organizando una escapada de finde para principios de marzo. Que diréis “pero si queda un montón”. Sí, pero organizar viajes da como una emoción especial. Y no viajo más porque me he comprado un piso y no tengo dinero, que sino…

¡Espero vernos pronto!

¡Sed felices!

 

 

domingo, 31 de julio de 2022

Visita a Madrid (2): sigue habiendo mucha gente...

Improvisadores, ¡seguimos con el fin de semana en Madrid!

El sábado por la tarde nos fuimos (con el calorcito) a dar una vuelta en plan turistas absolutos. Puerta del Sol, Plaza Mayor… Nos hacía ilusión tomarnos un relaxing cup de café con leche en Plaza Mayor, pero estaba todo lleno. Así que seguimos con la ruta hasta el Palacio Real y allí en el Café de Oriente nos tomamos algo fresco. Así muy señorial todo.

Y diréis: qué tranquilo todo. Sí, porque no os he contado como me llevé un tortazo en toda la nariz. Íbamos caminando por la calle, yo contestando un WhatsApp. Y levanto la cabeza para seguir a mis amigos y una chica que estaba hablando con sus amigos estiró el brazo para indicarles algo y me arreó tremenda hostia en toda la cara. Ya os digo que me salieron todos los insultos que se. Y la chica flipando porque además era extranjera y no se hasta que punto entendió algo o solo pensó que la estaba maldiciendo. Si era lo segundo, no se equivocó.

Acabada la ruta en la Almudena fuimos a por el autobús para volver a casa de Paula. Yo estaba KO. Pero era hora de duchas y cambios de ropa, que nos íbamos a cenar. Pero pudimos descansar un poco. Con la tontería habíamos hecho kilómetros eh. según mi móvil en todo el día hicimos 11,79km.

Volviendo al tema, habían reservado en La Mentira. Os dejo el enlace a su perfil de Instagram por si os interesa. La verdad que el sitio es bastante chulo. Entras y es oscuro y hay música y no sabes si es un restaurante o un pub, pero es restaurante-pub. Cenamos muy bien, pedimos varias cosas para probar porque… decide tu. Imposible. Os comento lo que pedimos, por si os inspira, esta vez sin ranking, solo en orden:

Las Dyozas. Una mini delicia. Gyozas de pato. Que así dicho no tiene misterio ni nada. PERO es que tienen una reducción de cocido madrileño. Y mira, yo todo lo que sepa a cocido, me sirve.

El Mole. Que yo no lo probé porque el pulpo a mí no me va. Pero los que comieron dijeron que este pulpo con mole madre y tortillas de maíz estaba muy bueno. El mole lo que más triunfó, la verdad.

Luego llegamos a un problema… no sabíamos que bao ni que hamburguesa pedir. Así que si no recuerdo mal… pedimos todos. Eso sí, las hamburguesas pensábamos que serian más grandes. Aunque en realidad las compartimos y perfectas para probar de todo.

Pedimos la Pelayos con ternera, bacon, cheddar, cebolla caramelizada y salsa Pelayo (sea lo que sea eso) y la Triple Queso que creo que se explica sola.

Pero ojo… aun quedaban los baos. Tienen 4 tipos y pedimos tres. Pedimos el Salao con chipirones a la andaluza y mahonesa vittelo (sea lo que sea eso…. Otra vez); el Gringo con pollo crujiente con aderezo yankee (nuestro yankee no supo decirnos qué es) y pepinillos encurtidos en yuzu; y el Ibérico con panceta ibérica lacada con salsa coreana.

Nos dejamos fuera el oriental con langostinos tempura y mahonesa kimchi porque insistieron en pedir algo que todos comiéramos, pero seguro que esta buenísimo también.

Y como ya que estábamos había que rematar la faena… postres. La tarta de limón que a Paula y a Will cada vez que lo oyen les hacen chiribitas los ojos. Y una muerte por chocolate que la terminan en la mesa y te preguntan si quieres caramelo, chocolate con leche o chocolate blanco por encima. O todos. Adivinad qué pedimos.

Ya aquí nos pedimos una copa y pensábamos luego ir a algún sitio y volver a casa en taxi/Uber lo que sea. Pero por desgracia esa noche el Madrid ganó la Champions. Por desgracia para nosotros, claro. A los demás no les gusta el futbol y yo soy del Valencia, por eso lo digo. Vamos a evitar lapidaciones aquí.

Así que nos tocó salir corriendo a por el ultimo metro y subir andando 3 o 4 pisos de escaleras porque inexplicablemente el metro aun estaba abierto pero las escaleras estaban apagadas. Muy práctico todo, la verdad.

El domingo por la mañana nos despertamos sin tortitas, hicimos un desayuno más tradicional con nuestras tostadas con tomate y jamón. Y luego nos fuimos a dejar las maletas a la consigna de Atocha. Pero oh sorpresa, no hay consigna. No se si es desde el COVID o desde cuándo, pero la consigna de Atocha esta cerrada. Así que nos fuimos al Museo Reina Sofia con la maleta. Menos mal que un buen trabajador nos indicó la puerta del museo con consigna (y menos cola). Dentro se estaba super fresquito.

No os voy a mentir, yo tenia muchas ganas de ir para ver la exposición sobre la propaganda y los carteles de la Republica y la Guerra Civil y para ver el Gernika de Picasso. Si, no lo había visto aun, se que tiene delito.

El cuadro me encantó y me hubiese quedado allí viéndolo más rato porque hay mil detalles. Pero había muchísimo ruido. ¿La gente no es capaz de callarse en un museo? Bueno, tampoco entienden el concepto “No foto” porque las pobres trabajadoras… incluso un par de veces fuimos Paula y yo las que dijimos a alguien “eh, ha dicho no foto” y ellos ah si bueno...

Por favor, no es tan difícil.

De aquí nos fuimos a por las maletas y a comer a La Musa de Espronceda. Aquí comimos de tapas y pinchos, aunque es verdad que a la hora que llegamos había algunos que no tenían. Pedimos varios pinchos, no sabría deciros cuales porque entre los que pedimos en la primera ronda y los que pedimos en la segunda porque no había de esos. Y los que tenían fuera de carta. Pero os la recomiendo. También pedimos raciones de croquetas, huevos rotos, morcilla y ¡la verdad es que estaban buenos!

Eso sí, me he dado cuenta de que en Madrid puedes pedir agua y te la ponen del grifo y no te la cobran. Pues en la de Espronceda no te sacan la botella, te sacan vasos. A mi me sabia mal molestarlos por cada vaso, pero Paula insistió en que de eso nada y que, sino que se compren botellas. Os lo digo por si sois como yo que bebéis mucha agua, para que lo sepáis.

De aquí nos fuimos al Retiro a descansar un rato a la sombra y a hacer tiempo porque el tren a Barcelona salía a las 17 y el mío a Valencia a las 18. Así que viendo cómo se llenaban las calles de Madrid de aficionados preparados para llenar Cibeles acabamos el fin de semana en Madrid.

He de reconocer que empezó mal, bastante mal. También porque la semana empezó mal. Pero si un fin de semana fuera ayuda a mejorar cualquier semana, si es en buena compañía más.

Hasta aquí las aventuras y desventuras por una ciudad que (lo siento, pero es así) está un pelín sobrevalorada. O yo la he visto poco. Prometo que es la última pullita que digo de Madrid…. Hasta la próxima visita.

¡Sed Felices!

domingo, 24 de julio de 2022

Escapada a Madrid: bares y gente... mucha gente.

Improvisadores, lo prometido es deuda. Os prometí contaros el fin de semana en Madrid y ahora que tengo un rato… me pongo manos a la obra.

Vamos a partir de que, a mí, que me perdonen los madrileños, pero Madrid… meh. Tampoco es que Barcelona sea maravillosa. Las ciudades grandes me agobian, y mira que yo vivo en Valencia. Pero en Madrid parece que todo el mundo va enfadado, con prisas, corriendo. Gente, siempre hay gente por todas partes. En resumen, que yo iba sin ningunas ganas de ver Madrid. ¿Y ara qué iba? Porque una de mis amigas, Paula, que antes vivía en Barcelona ahora vive en Madrid. Y le hacía ilusión. Así que pido perdón por adelantado a todos los madrileños.

Pero además a mi me pilló en muy mala semana, malísima. Todo muy tenso por cosas de casa y de trabajo. Y además a 1h de irme a la estación discutí con mi madre. Y discutir con mi madre es como discutir conmigo misma porque reaccionamos igual y actuamos igual. Así que es… absurdo. Antes de subirme al tren la llamé y le dije: no quiero irme a Madrid y que te quedes pensando que estoy enfadada contigo. ¿Su respuesta? No, si yo contigo no estoy enfadada. ¿Lo veis? Igualitas.

Volviendo al viaje, tenia yo billetes para el último tren del día, por eso de que es más barato. Llego a Madrid a las 23h. “Es fácil pillar taxi” dijeron. Os diría que no me hagáis hablar, pero es el punto central de esta historia que empieza conmigo queriendo volverme a la terreta en cuanto puse un pie en Madrid.

Llego a la parada de taxis. Y hay una cola inmensa. No pasa nada, se hace la cola. No tengo problema. Llega el turno de la pareja de delante y los taxistas dicen que no, que ahí no se recoge, que vayamos al principio de la parada. Vale. Vamos al principio. Y cuando estamos en el principio vuelven a subir a gente desde donde estábamos nosotros. Claro… mosquea. Pero entonces los peatones se tiran a los carriles de los taxis a subirse a uno. Pero es que los taxistas empiezan a bajar de los coches para discutir entre ellos. Y yo flipando.

Cuando llevaba ya 1h intentando subir a un taxi después de una semana horrible y un día peor… mis ganas de volver a meterme en Atocha a esperar al primer tren iban en aumento. Encima llamé a mi amiga y que se riesen la verdad no ayudó. Pero lo entiendo, yo también me hubiese reído estando de cena. Digo bueno, me voy por la avenida y algún taxi parará. Después aprendí que por lo visto en Madrid los taxis en zona de parada no paran. Os juro que yo quería tirarle la maleta a alguien a la cabeza. Ni confirmo ni desmiento que maldijese y blasfemase respecto a Madrid en voz muy alta y delante de madrileños. Pero cada segundo que pasaba entendía más a Paco Martínez Soria con esto de la ciudad no es para mí.

Por fin Paula tuvo a bien enviarme un Cabify a recogerme. Y menos mal. Porque si no os prometo que, entre la pelea de taxistas, la semana de mierda y que estaba en Madrid… mal. Dormí en la gloria, os lo voy a decir. En el sofá, sí. Pero fuera de las calles de Madrid. Que angustia de ciudad.

El sábado por la mañana empezó bien porque el novio de Laura nos preparó tortitas americanas auténticas. Y son autenticas porque él es de Filadelfia, no me llevéis la contraria. Ya os dejaré la foto por Instagram porque menuda mesa de desayuno se organizó en un momento. Después dijeron que íbamos a dar una vuelta por Casa de Campo. Eso sí me gustó, el laguito era super agradable y no parecía que estuviésemos en Madrid.

Y entonces dijeron: vamos al teleférico que es un paseo. Un paseo en un secarral al sol, pero un paseo. Pero oye, el teleférico también me gusto. Tengo que reconocerlo. Entró una avispa y casi nos da un infarto, pero me gustó. Y entonces fuimos al Templo de Debod que no lo había visto nunca y eso que he estado veces en Madrid.

De aquí decidimos que era momento de ir a tomarse algo fresco a la sombra porque estaba haciendo un calor de derretirse al respirar. Y luego fuimos a comer al que es desde ese día mi bar favorito de Madrid. El Bar La Gloria. No tengo foto de la comida, porque nos lanzamos y estaba buenísima. Pero el ranking que hicimos entre todos de lo que más nos gustó. Y, obviamente, os lo voy a dejar aquí escrito:

1.- El croquetón. Un primer puesto por unanimidad. Un indispensable si vais. Hacedme caso.

2.- Mollete de pringá. Estaba jugoso, el pan increíble. De hecho, pedimos dos para los 7 para poder degustarlo bien.

3.- Tomate rosa. La mejor idea que tuve desde que decidí ir a Madrid. Un tomate rosa con mucha carne y mucho sabor y bien acompañado con un aliño increíble. Buenísima idea para equilibrar un poco, que parece que cuando vamos a comer fuera nos tiramos a los fritos solo.

3.- Ensaladilla. En otro merecidísimo tercer puesto porque no pudimos decidirnos esta la ensaladilla sin guisantes. De esta también pedimos dos. Y en serio, como si fuera la de mi madre.

4.- Cachopo. Lo sé, no es andaluz y esto es una taberna andaluza, pero estaba muy muy muy bueno.

5.- Berenjenas con miel. Es un plato seguro, es muy difícil que salgan mal. Pero también es muy fácil que salga la berenjena aceitosa. Pero estaba perfecta.

6.- Albóndigas de choco. Yo no las probé, no me gusta el marisco ni nada así, pero dijeron mis amigos que no era lo que ellos esperaban, por eso el último puesto.

Todo esto con dos vermuts, dos tercios, dos cañas, una copa de vino…. 18 euros por cabeza. ¡En Madrid! Comida increíblemente buena y por 18 por cabeza con bebida… no puedo recomendarlo bastante.

Y.… lo voy a dejar aquí que sino se me junta una recomendación con la otra reseña y esto es un caos!

¡Sed Felices!

domingo, 28 de noviembre de 2021

Curiosidades de Pompeya

Improvisadores, vengo a contaros algunas curiosidades extras de Pompeya. Tenéis la visita general en la entrada del viaje de primas parte 2.

Imaginaos como debía ser Pompeya. Una ciudad que, según el guía, tenía 150 hectáreas (solo han excavado una parte, 66 si no recuerdo mal). Los datos sobre la ciudad son un poco variados si miráis por ahí, así que voy tirando de memoria del guía. Vivian 22.000 personas en el momento de la erupción solo en la ciudad de Pompeya. Destino vacacional de los romanos ricos. Ciudad que nació pagana y murió pagana pues no llegó a vivir la conversión del Imperio al cristianismo y, gracias a eso, podemos ver en las casas los altares y la devoción a los dioses romanos.

Aunque la ciudad es la más famosa por quedar sepultada por las cenizas del volcán, la erupción del Vesubio no fue tan grande comparada con otras en la historia. Pero si fue la primera erupción descrita por testigos de primera mano. Hablo de Plinio el Joven quien a sus 17 años vivía en Miseno. Plinio sobrevivió a la erupción y llegaría a ser consejero de Trajano. Gracias a él y a los restos se sabe que no llegaron a Pompeya ni lava ni fuego, fueron las cenizas las que sepultaron la ciudad. Y la nube de gases volcánicos la que produjo la muerte de 2.000 personas de las 22.000 que vivían en aquel momento en la ciudad. Por eso los cuerpos encontrados están muchos en posiciones fetales o retorcidas, al parecer (no soy ninguna experta) la intoxicación por estos gases produce contracciones musculares. El Vesubio avisó, como todos los volcanes antes de la erupción. ¿Por qué no se fueron? Porque los terremotos no eran tan raros. En el año 62 había habido ya uno fuerte. De hecho, el Vesubio sigue activo y la última erupción fue en 1944.

Otro dato curioso, si Pompeya recibió las cenizas ¿Dónde fue la lava? A Herculano. Mientras esta ciudad si sufrió el paso de la lava, Pompeya quedó enterrada bajo 6-7 metros de ceniza volcánica. Gracias a esto se conservaron en tan buenas condiciones los restos de la ciudad (según nuestro guía).

Pompeya está dividida en 9 regiones, por facilitar los planos y la localización. Estas regiones se dividen en ínsulas (manzanas). La casa de la que vengo a hablaros está en la Regio VI, Ínsula 12, casas 1-8. Ella solita es una manzana completa. Hoy en día está en la Vía della Fortuna, que en su momento fue una de las calles principales de Pompeya al conectar el foro con la Puerta Nola.

Os hablo de la famosa Casa del Fauno del siglo II a.C. Era una casa de Pompeya, pero lo más impresionante es que tenía 2970 metros cuadrados. Que se dice rápido. ¿La conocíais? La casa fue ampliada y reconstruida tras el terremoto del año 62. Enterrada por las cenizas en el año 79. Descubierta en 1830. Bombardeada en 1943. Y hoy en día es visitada por 2.5 millones de turistas al año. La casa recibe el nombre por una estatua que, posteriormente, se dijo que era un sátiro. Pero cámbiale tu ahora el nombre a la casa. La estatuilla es considerada la de mayor calidad y mejor conservación de toda Pompeya. No hay nada que esta super Domus romana no tenga. Debió ser famosa en la época en que la habitaron y sigue siéndolo hoy en día.

Y por supuesto... el mosaico de Issos. Que lo ha visto en clase millones de veces. Os dejaré foto en Instagram, como siempre. Este mosaico representa la Batalla de Issos del 333 a.C entre Alejandro Magno y Darío III de Persia. ¿Por qué esta este mosaico en una domus romana? Según deducen, algún antepasado del propietario debía ser de origen macedonio. Esta hecho de teselas de menos de 4mm. Y tiene mérito porque el mosaico mide 5.50x3.20 metros. Calculan que se utilizaron un millón y medio de teselas. Y me quejaba yo de las clases de plástica cuando tocaba hacer puntillismo.

Aquí os dejo, así por encima, un poco sobre Pompeya, porqué tenia tantas ganas de ir y un poquito sobre la Casa del Fauno que tanto llama la atención. ¡Espero que os haya gustado!

¡Sed Felices!