Improvisadores, hoy os traigo una
entrada diferente. Yo no soy crítica gastronómica ni mucho menos, pero esta
experiencia quería compartirla con vosotros.
La otra noche como visteis en Instagram
fui de cena al Birbar Espai Gastronomic (Vila – Real, Castellón). ¿Por qué?
Pues porque hacían un “Sopar al
revés” (una Cena al revés). ¿Cómo lo descubrí? Por
una compañera de trabajo. Pero no os penséis que poder contaros esta
experiencia fue fácil. Hay lista de espera. Sí, sí, como leéis. Lista de espera
para ir a cenar porque solo lo hacen durante tres viernes. Y de hecho yo estaba
en la lista de espera y me avisaron el mismo martes de esa semana.
Pero estaréis preguntándoos en
que consiste esto. Pues es una cena al revés, es decir… empiezas por el final.
Por motivos obvio y para que os pique la curiosidad y vayáis vosotros mismos
(si podéis) no os voy a decir qué es cada cosa, porque la gracia esta en ir descubriéndolo.
Aunque cada vez que hacen un sopar al revés cambian el menú.
No os voy a compartir fotos aquí
(las guardamos para Instagram mejor), os voy a decir el menú (o lo que se
supone que es). Solo pensad que visualmente vamos de dulce a salado, pero en
realidad cenamos de salado a dulce como en cualquier cena normal.
--> Y para acabar el sopar al revés, una sopa caliente que entona el cuerpo siempre (ya sabéis que las sopas y yo tenemos una relación amor – amor).
Todo esto con bebida incluida y
cuando acabas, un café o infusión de verdad. Os prometo que valió cada uno de
los 35€ que cuesta el menú. Ya preguntamos cuando organizarán otro, porque no
queremos volver a la lista de espera.
Imaginaos que
nada es lo que parece. Que lo que parece dulce es salado y viceversa. Os
prometo que nos pasamos la cena intentando averiguar qué era cada cosa. Pero además
Ximo e Inés, bueno y todo el personal en general, son un amor y te explican
todo al detalle. No se como he podido vivir tanto tiempo sin conocer este
sitio. No solo por el menú del sopar al revés, por el menú de medio día y por
el trato magnifico que tienen todos con los clientes. Uno de esos sitios que,
de no ser por el toque de queda, te quedarías allí rato largo. Os iré
compartiendo en Instagram fotos y desvelando qué es cada cosa… si me apetece.
Porque en realidad, la emoción es en adivinar qué puede ser cada cosa, si te lo
dicen… ¿Qué gracia tiene? Conforme vaya subiendo las fotos os dejaré los enlaces en este post, para los que lleguen tarde a leerlo.
No puedo decir nada malo del menú,
el local, la atención… ¿se nota que estoy enamorada? Si vivís cerca pasaos
porque vale la pena. Y decir que vale la pena se queda corto. Yo hice 60km de
ida y 60km de vuelta solo por ir a cenar. Por si os hacéis una idea de lo increíble
que es.
Se que esta entrada no es de
viajes ni de visitas como suelo hacer, pero me apetecía compartir esta locura
de cena. Os prometo que nunca he tenido tantas expresiones en mi cara de “¿esto
que es?” “No me esperaba esto” “¿Podré vivir a base de esta plato el resto de
mi vida?”. Aunque se salga de lo normal, espero que os haya gustado esta
entrada.
¡Sed Felices!
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