Recuerdo que en
la primera clase de la carrera la profesora nos preguntó “¿Qué es la historia
para ti?”. No me acuerdo de qué contesté, pero ahora me pregunto ¿Qué es
escribir para mí?
Escribir es
vaciar tus pensamientos. Escribir es escucharte a ti mismo. Escribir es
construir con palabras el mundo imaginario que tienes en la cabeza. Escribir es
poder ver como página a página se va construyendo una historia, unas vidas y
unas experiencias. Escribir es tener un momento de desconexión cuando más falta
te hace. Escribir es exponer al mundo tus pensamientos, los más ocultos y los
no tan ocultos. Escribir es como respirar: No piensas en hacerlo, pero lo
haces. No pienso qué podría escribir, escribo. No pienso en qué orden, escribo
y luego lo ordeno. No sé si es la forma correcta de escribir. Pero cuando las
ideas me salen, no puedo pararlas. Salen y ya está. Después las reescribo o las
dejo como están. Pero la primera siempre es la más pura, la más auténtica. La
segunda leída de lo que acabo de crear es en la que se corrigen las faltas y en
la tercera se cambian cosas. Porque no suenan bien, porque parecía que
quedarían bien, o porque piensas que alguien podría sentirse ofendido. Por eso
la primera leída es siempre la mejor. En el libro en el que trabajo
evidentemente no puedo dejarlo “en estado puro”, porque lo puro no siempre es
lo que busco. Pero sí puedo decir que por suerte o por desgracia, mi blog sí
que es un reflejo de mí misma en estado puro.
No sé en qué
momento decidí empezar a escribir. Desde pequeña me apasionaba leer y cada
libro traía aventuras y recuerdos. Creo que no he tirado ni un solo libro y he
ido acumulándolos desde pequeña. No es un síndrome de Diógenes porque no es
basura, son libros. Viajes y aventuras sin moverme del sofá, mágico. Volviendo
a mi decisión de escribir, no creo que hubiese un punto concreto. Recuerdo
participar en el concurso de literatura con 16 años. En realidad no creo que
haya un momento de inicio. Simplemente, cuando me aburría o estaba alterada, mi
mano buscaba lápiz y papel. Después buscaba el ordenador y las teclas. Pero
debo confesar que aun hoy prefiero escribir en una libreta cuando necesito
despejar la mente y desahogarme. De hecho, siempre llevo una conmigo. No sé qué
vino antes, si los intentos de poesía o la narración. Lo que sí sé es que
después vinieron los intentos de escribir canciones, pero nunca supe componer.
Ni escribir poesía.
La prosa y la
narrativa se impusieron y sin darme cuenta empecé a narrar mi vida en el blog.
En un principio era para mí, un método de escape de todo. Después empezaron a
conocerlo mis amigos, mi familia y desconocidos. De repente el blog no era el
soporte para desahogarme y contar mi vida. Mi vida era la base para nutrir el
blog. Pero se me quedaba corto. Necesitaba más. Y por eso empecé a buscar
trabajos relacionados con la escritura. Pero no es fácil, sobre todo si no
tienes idea de cómo funciona ese mundo. Acabé rellenando unos datos para una
revista inglesa sobre arte. Fue una de esas cosas que hago sin pensar en que
vaya a suceder. Pero sucedió, me enviaron un email diciéndome que querían que
colaborase con ellos. Envié un par de artículos y me dijeron que los
publicarían, aunque no los he visto. Dejé de enviar y escribirles en inglés y
volví a centrarme en acabar la carrera y mantener vivo mi blog.
Al conocerlo
tanta gente necesitaba alguna cosa que solo fuese mía y apareció Mati. ¿Quién
es Mati? Mati es la protagonista de mi libro. Mati tiene un poco de mí pero
sobre todo tiene todo lo que yo no tengo y por eso nos complementamos. ¿De
dónde salió? De una noche en la que dormí fatal y soñé y ese sueño se convirtió
en Mati.
En un principio
el libro iba a ser secreto, pero dejé que mi hermana lo leyera y le gustó. Lo
leyó una amiga y le gustó. Y al final me pedían más y más capítulos y el libro
se convirtió en mi gran obra maestra. De esas obras maestras que nunca verán la
luz. O eso pensaba, porque entonces se me ocurrió la idea de enviarle el
manuscrito a una editora. Y me contestó Yolanda con algunos comentarios como
que “puede ser aterradora de verdad”, “una apuesta arriesgada” y aunque ella se
disculpó en el email por si me molestaron las críticas, la verdad es que me
motivó mucho más. Me hizo ver que quizá no era necesario mantenerlo tan en
secreto. Y entonces Mati avanzó, la historia evolucionó y, como vaticinaba
Yolanda, la sangre acabó llegando al río.
Mientras, mi
madre miraba editoriales en internet. Así que mientras por un lado me insistía
en masters y oposiciones, por otro lado es la que más se interesa en mi libro
(y eso que no lo ha leído). La verdad es que ahora ya no me apetece dejarlo
secreto. Ha estado escondido muchos años, pero ahora me emociona pensar que
todos conociesen a Mati. De hecho, me apetecería hacer esto durante muchos años
y no tener que hacer nada más.
Y esta es la
historia de cómo la pasión por escribir se impuso sobre el resto de mi vida.
¡Sed Felices!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Has venido de visita, ¿por qué no improvisas algo aquí? ¡Gracias!