Improvisadores,
Perdonad la ausencia, pero han
sido meses de locura. En Instagram habréis ido viendo, pero a partir de
septiembre se me han comido las horas del día.
En agosto estuve una semana más
excavando una fosa del frente de levante de la guerra civil en Vistabella del Maestrat como el año pasado, eso sí lo visteis
en Instagram. Aprovechamos para hacer un poquito de turismo por Puertomingalvo ya que estábamos. Luego me fui una semana a Francia a la boda de uno de mis primos,
aunque de esto no hay nada en Instagram, pero íbamos todos guapísimos.
En septiembre vuelta al cole y
este curso se me está haciendo largo y solo es noviembre. Vuelvo a tener 2º y 4º
de la ESO, que bien. Vuelvo a ser tutora de 4º, que quizás un pelín menos bien.
Y por primera vez me toca dar clase a la FPB. Estaba más asustada de lo que
realmente esta siendo. Pero queda mucho curso por delante.
En este tiempo, además he
comprado el piso de mi abuela que, como algunos sabréis, nos dejó en marzo. No
es el mejor momento y seguramente si no hubiese sido ahora no me hubiese
planteado comprarme un piso. Pero tenía que ser así.
Ahora estoy un poco hasta arriba
de faena y a la vez tampoco os penséis que hago tanto. Pero algo no estoy
haciendo bien en la organización de este curso. Entre el trabajo, las opos, el gimnasio,
la vida social. Algo no he cuadrado bien. Y he de reconocer que algún pico de
ansiedad he tenido algún día. Que es normal y no pasa nada, si se sabe gestionar.
Y oye, si hay que llorar de tanto en tanto y soltarlo, pues se suelta. Si yo
soy más llorona de lo que parece. Y más sensible. Y más cariñosa. Pero luego
por la vida no creáis…
En fin. Voy a intentar volver a
estar un poquito activa, aunque sea por Instagram. Volver a escribir que
siempre me ha ayudado, pero he de reconocer que por querer centrarme en
escribir sobre viajes y sitios he dejado de escribir para lo que inicialmente era
esto, soltar un poco lo que llevo dentro. Pero claro, ¿a quién le interesa eso?
A ver si en vacaciones os voy
subiendo algo más. Estas navidades creo que serán un poco raras. Diferente
seguro. Pero bueno, seguiremos haciendo las recetas de la abuela y juntándonos a
cenar. Siempre me ha gustado la navidad, no tiene porque dejar de hacerlo.
Igual alguna receta nueva de mis
padres, aunque lo dudo porque nuestros menús son poco originales. Ya tenéis en Instagram
el potaje que siempre hacemos el día de Navidad, los pepitos o ximos (en la provincia de
Castellón) que hicimos para Nochevieja (aunque son típicos de Semana Santa), el
cocido de Año Nuevo que hacia mi yaya y que ahora hace mi madre (¿Os conté la
vez que hicimos competición de cocidos?) y, cómo no, los canelones de cocido
para el día de reyes. No innovaremos mucho, pero, aunque sea para escuchar a mi
madre decir: ¿Y por esto cuanto te pagan? Y yo “nada mamá, por amor al arte
como siempre”. Y luego ella tan contenta con sus visitas.
Además, estamos organizando una
escapada de finde para principios de marzo. Que diréis “pero si queda un montón”.
Sí, pero organizar viajes da como una emoción especial. Y no viajo más porque
me he comprado un piso y no tengo dinero, que sino…
¡Espero vernos pronto!
¡Sed felices!