Improvisadores,
Hoy es el Día Internacional de la
Educación. Y no podía dejar pasar esta oportunidad. No vengo a quejarme
(mucho). Por si hay algún improvisador nuevo, soy profesora de historia de
secundaria. Podría quejarme de muchas cosas, pero creo que al final solo me
quejaré de unas pocas.
Antes que nada, quiero felicitar
a todos mis compañeros de profesión (profesores y maestros) que están dando el
200% este curso tan raro. Un curso en el que lo que menos molesta es la
mascarilla. Pero la incertidumbre… y los alumnos preguntando si sabes si nos
van a confinar, si sabes porque no los han confinado si a un compañero sí, si van
a tener que conectarse online si nos confinan… Y compañeros que día sí día también
vaticinan el confinamiento. Desde el primer día de curso repitiendo “en dos
semanas nos confinan seguro”.
Quiero felicitar a mis compañeros
por superar cada día, hora a hora, sin dejarse llevar (mucho) por el miedo. Y
quiero recordar que también somos humanos y tenemos tanto o más miedo que los demás,
pero tenemos que mantener la calma (o que lo parezca), que tenemos nuestras
vidas fuera del centro educativo donde puede estar todo bien o puede estar
hecho pedacitos. Pero seguimos manteniendo la calma. Que hay días en los que no
podemos más y nos enfadamos por cosas que normalmente toleramos; o días en los
que no puedes más y no quieres dar clase porque mentalmente estas a -100. Y
seguimos. Por no hablar de los días de ola de frio en los que hemos ido a clase
envueltos en más ropa que si fuésemos a esquiar. Pero vas e intentas mantener
buena actitud para no caer en el desánimo. Y seguimos adelante.
Hay días buenos dentro de toda
esta locura, días en los que por un momento en clase se te olvida la pandemia. Días
en los que te toca con uno de esos grupos que te alegran y sientes que ese día la
clase funciona. Y entonces piensas que todo vale la pena. También hay días malos,
días en los que no ponen de su parte y tú no tienes energía para discutir. Días
en los que acabas llorando cuando llegas a casa o incluso en el coche de camino
a casa. Pero tienes 15 minutos para llorar y te sientas en el ordenador y
reformulas la clase, reestructuras lo que tenías pensado. No puedes perder más
tiempo. Porque vienen días alternos y si una hora de clase la echas a perder igual
ya no los tienes hasta la semana siguiente. Esto, obviamente, no puedo hablar
por todos y solo es mi caso.
Y los sentimientos encontrados
sobre el confinamiento. Los alumnos que te dicen que ojalá nos confinen porque así
no harán nada y pasaran de curso igual. Los alumnos que no quieren que nos
confinen porque no quieren perder otro año. Y tu que ya no sabes ni que quieres.
Miento, no me gustaría repetir el confinamiento y el teletrabajo, fue más
agotador que presencial.
Feliz día a los alumnos también,
a todos. A los que te motivan a dar clase, a los que te desmotivan y te hacen
replantearte las cosas. A los que te saludan por los pasillos y sin saberlo te
alegran un poco un día pésimo, a los que no te saludan y no pasa nada. A los
que te desesperan, pero en el fondo los quieres. Este curso nos está haciendo
un máster en empatía a todos. A los alumnos les diría que piensen que ellos están
agotados y nosotros también, pero muchos ya lo saben. Y el día que te ven
llegar agotada a clase se portan mejor. Y este curso más que nunca (al menos
yo) estoy pasando por alto muchas cosas porque se que no es fácil para ellos. Tener
un mal día y volver a casa no siempre arregla ese mal día este curso. O tener
un mal día y no volver a casa porque no vives en casa y tus padres solo están en
el teléfono.
A mis alumnos de 1 ESO les diría que
me agotan, pero que está bien ver que no todos perdemos la energía con esta situación.
A los de 2 ESO les diría que me gusta que en clase hablemos de todo (a veces hasta
de historia). A los de 3 ESO que me cansan a días, pero me divierto con ellos también,
no pueden echarle más cara a la vida. A los alumnos de 2 de Bach les diría que
lo siento, que de verdad estoy intentando hacerlo lo mejor posible en estas circunstancias
y que lo sacaremos adelante. Por último, a mi tutoría de 4 ESO, lo siento de
verdad, porque las energías para hacer de tutoría una hora algo más útil son mínimas.
Pero también agradecerles porque no podía pedir mejor tutoría para estrenarme
como tutora. Hablar con ellos de la vida al final de clase me devuelve un poco
la vida.
Y a mis compañeros, gracias por
los almuerzos al sol de pie, en círculo y separados. Gracias por compartir quejas
y risas. Gracias por las conversaciones que no son de mascarillas o chaquetas
para clase. Los ratos de charlas entre clases y compartir sensaciones de fracaso
y que sean menos fracaso.
No quiero aplausos a las 20h,
solo pido en este día de la educación que se nos reconozca el trabajo que
hacemos que va mucho más allá de enseñar el currículo, de tener vacaciones o de
no querer volver a trabajar porque en el confinamiento no hicimos nada. Solo
pido que se reconozca el trabajo que hacemos y se nos ayude a seguir haciéndolo.
Feliz día a todos los compañeros
de profesión. Porque estamos sacando adelante un curso difícil, muy difícil.
Porque lo estamos haciendo lo mejor que sabemos. Y porque si nos confinan volveremos
a sacarlo. Ánimo a todos.
¡Sed felices!