Improvisadores, tengo dos buenas noticias. Ayer hice el último examen
de la primera tanda y fue mi cumpleaños. Para celebrar con vosotros que cumplo
22 años, voy a contaros mi aventura por Madrid con Nuria cuando fuimos al concierto de One Direction.
El sábado 25 a las 8 de la mañana estábamos ya en el tren
sentadas preparadas para el viaje. Era la primera vez que subía en el AVE, es
como un avión pero sin lo de volar. Maravilloso. En el tren estuve estudiando,
porque el lunes tenía el primer examen. Llegando a Madrid, resultó que las
chicas de delante también iban al concierto. Así que salimos todas juntas de la
mega estación de tren que es Atocha y fuimos a buscar nuestros hoteles. No sé
estas chicas, pero Nur y yo dimos una vuelta enorme para llegar hasta nuestro
hotel. Cuando llegamos allí nos dicen que no podemos entrar a la habitación
hasta las 3 de la tarde. ¿Qué? Por lo menos nos guardaron la maleta y no
tuvimos que cargar con ella todo el día. Nos fuimos directas a Atocha otra vez
a coger el metro. Debe ser facilísimo el metro de Madrid, pero nos hicimos tal
lío que al final el guardia de seguridad se apiadó de nosotras y nos ayudó
(Gracias). Cogimos el metro y llegamos a la Puerta del Sol y no puede evitar reírme
cuando Nuria miró alrededor y dijo “¿Esto es la Puerta del Sol? ¿Ya está?”. No
sé que estaba esperando.
De la Puerta del Sol nos fuimos a la Plaza Mayor, pero sin poder
evitarlo me arrinconó una gitana para leerme la mano. No sé qué me pasa con los
gitanos, ya me paró el gitano “honrao” en la estación de Valencia. El caso es
que yo pensaba que a esta gente se le daba la voluntad. Y cuál es mi sorpresa
cuando me dice “Son 10€….cada mano”. Imaginaos mi cara de “¡¿Perdona?!”. Miré a
Nuria que había dejado de reírse. Porque a todo esto, la chica no había parado
de reírse mientras la gitana decía que me iba a cambiar la suerte y que hay
tres personas de las que no me puedo fiar. Le dije que me dijese el nombre de
las 3 personas, pero solo me dijo que uno es un hombre. Se ve que no veía claro
el nombre. Como ya había abierto la cartera para sacar alguna moneda, la mujer había
visto el billete de 10€ que llevaba en la cartera. Menos mal que no vio el de
5€, sino se lo queda también. Y Nuria y yo mirándonos con cara de “¿Pero esto
es real?”. Le pregunté a Nuria si tenía algo más de dinero (aunque su cartera
la llevaba yo en mi bolso) y contesta que no, que ella se lo ha dejado todo en
el hotel. Al final le di los 10€ a la gitana diciendo: “Nur, hoy ya no
comemos”. Y no era ninguna broma, que llevaba 15€ sueltos. Ahora ni eso. Y
luego la gitana me hizo lo mismo que el gitano “honrao”, decir que si no se lo
doy de corazón que no se lo dé. En serio, ¿qué pretenden con eso? De verdad
alguien les ha dicho “¡Ah! Pues entonces devuélveme mi dinero”. No creo. El
caso es que la mujer aun me dijo que cogiese una piedra para el amor y ya
enfadada le dije “¡Que no te cojo nada más que no tengo más dinero!”. Ya está
bien. Por cierto, me dijo que el amor de mi vida me llevaría a un viaje, pronto.
Así que alguien que se aplique el cuento.
Volviendo a nuestro viaje, una vez la gitana nos dejó en paz,
nos fuimos a ver la Almudena. Y mientras yo refunfuñando por la gitana. Y luego
fuimos a comprar lotería porque nos mandó la abuela. Además, la gitana dijo que
iba a cambiar mi suerte, a ver si es verdad. Tardamos mil horas en encontrar “Doña
Manolita” para comprar la lotería porque, por lo visto, la han cambiado de
sitio. Y yo no sé cómo no se mueren en esa ciudad, pero está todo lejísimos.
Nur y yo nos pusimos a hacer tiempo y a buscar algún sitio para comer, cuando
nos dimos cuenta estábamos ya en Cibeles, luego enfrente del Prado y ya no valía
la pena buscar el metro. Comimos por ahí y estábamos hartas de dar vueltas y
queríamos nuestra habitación. Llegamos al hotel a las 2 de la tarde y le
supliqué al recepcionista si podía mirar si tenía una habitación libre ya.
Gracias a Dios nos dio una habitación.
Subimos a la habitación, nos duchamos y nos tiramos en la cama.
Casi nos quedamos dormidas, pero pusimos la televisión. ¿Hay algo mejor que
canales de música? Oímos unos golpes y pensábamos que era el vecino y nos entró
la risa. Pero no era, imposible. Si la tele tenía tan poco volumen que ni
nosotras la oíamos. El caso es que a las 4 nos fuimos hacia Atocha a por el
metro para ir hacia el Vistalegre. En el metro un grupo de chicas iban con la
música puesta y cantando canciones de One Direction. No hacía falta ser un
genio para adivinar donde iban.
Llegamos a Vistalegre sobre las 5. Había un montón de chicas
alrededor pegadas a las vallas y gritando cada vez que llegaba un autobús. Autobús
que llevaba los cristales tintados y no se veía nada. Hubo un momento que gracias a
dios llegamos a la sombra. De repente
apareció Liam y todas se volvieron locas y empezaron a
gritar y a llorar. Yo no lloré, pero si miré a Nur y le dije: ¡Mira! Y cámara
en mano nos quedamos allí. Perdonad por sacar mi vena de directioner, pero es
lo que hay. Al cabo de un momento pasó Niall y casi se vuelven
locas todas otra vez. Llorando, gritándole y haciéndole fotos. Nuria y yo solo
hicimos fotos. Igual dicho así suena a que somos directioners light, pero os
juro que me hizo la misma ilusión que a la que lloraba y gritaba, pero yo sin
llorar puedo ver mejor. Encima, después apareció Louis. Y más de lo mismo. Yo
no sé cómo estos chicos pueden aguantar eso todos los días, yo llevaba allí una
hora y media y ya me dolía la cabeza. Sólo por eso ya los admiro.
Bueno, sigamos. Ya con las fotos rápidas y harta de repartir
papelitos, decidimos ir a buscar nuestra cola. Vemos una cola inmensa y pensamos
ir a preguntar para qué zona era. Cuál es nuestra sorpresa cuando caminando por
la calle nos encontramos con los miembros de la banda. No sé si fue impresión nuestra o de verdad pusieron un poco cara de susto de pensar que lo habíamos reconocido y que íbamos a
ponernos a gritar histéricas o algo. Le digo a Nur: ¡Es Josh! Y ella solo me
contestó “¡Sí!” y lo miramos en plan “Eres tú”. Pero ni gritamos ni nada,
supongo que el pobre lo agradecería, porque sonrió. En cuanto pasó por nuestro
lado una chica que estaba en la cola lo vio y gritó con todas sus fuerzas “¡ES
JOOOOOOSH!”. Nur y yo nos giramos y lo último que vimos fue a los chicos
girando la esquina corriendo. Pobres chicos.
Preguntamos en esa cola y no era la nuestra, así que cruzamos
por la tienda y llegamos a la otra parte
de las vallas. Allí le preguntamos a uno de los que organizaban la fila que
donde estaba la cola para Premium y nos contestó “¿Premium? ¿Qué es eso? Las de
grada es esta fila”. Y Nur y yo nos miramos con cara de “¿Será toda una misma
fila?”. Pero era raro tener que hacer semejante cola. Y digo semejante cola
porque cruzaba calles y calles. Incluso una mujer casi se nos come por pararnos
en el semáforo a buscar a otro organizador. Supongo que la mujer estaría harta
de hacer cola, pero no hace falta asustar así a la gente. El caso es que el
otro organizador nos mandó de vuelta al Vistalegre y encontramos nuestra cola.
En 1 minuto (literal) habíamos pasado la cola. Nos registraron los bolsos para
que no metiésemos botellas ni nada y nos miraron las entradas. Entonces nos
pusieron una pulsera de “todo lo que quieras comer y beber” y una acreditación,
entonces nos pasaron a un photocall y luego nos mandaron por un pasillo. Pero
Nur y yo nos equivocamos de pasillo, menos mal que vino una chica súper amable
a rescatarnos, nos dejó en un rinconcito y dijo “Esperad aquí que ahora viene
un compañero a por vosotras”. Menudo servicio, qué nivel, qué calidad, qué poco
acostumbradas a esto estamos. Nur dice que ahora que sabe lo que es ser VIP, no
puede dejarlo. Lo malo es que yo estoy de acuerdo con ella. Llegó el compañero
y nos abrió la cuerda con un “¿Me seguís, por favor?”. Sí hombre sí, te
seguimos. Nos metió en dos camerinos donde había comida y bebida, toda la que
quisiéramos. Aquí conocimos a Maria, Alba y Raquel. Resulta que estábamos
todas en el mismo reservado, así que maravilloso.
Después de hacernos fotos y apuntar twitters nos fuimos hacia nuestros asientos. Nur, Maria y yo
estábamos en una fila y Raquel y Alba justo debajo de nosotras. Maria estaba
muy emocionada, ya dijo que iba a llorar. No sé si es porque era la pequeña de
todas (14 años) o por otra cosa, pero el resto estábamos emocionadas pero sin
llorar. Simplemente queríamos pasar un gran rato. Mientras esperábamos pusieron
videoclips de Little Mix, 5SOS y Olly Murs.
También pusieron un anuncio donde salía el grupo pidiendo a la gente que
estuviese tranquila, que no corriesen, y demás consejos de seguridad. Me
pareció genial. También era genial que estuviese subtitulado porque no se oía
nada, era salir alguno de ellos en la pantalla y estallar un grito general.
Alba, Nur y yo nos mirábamos con cara de “Dios mío, la que nos espera”. Yo
pensaba que esta histeria me haría disfrutar menos de la noche, pero os digo ya
que no. Que fue una noche genial. Hubo un momento en que se desató un grito
general y todas se giraron hacia atrás, yo, no veía nada. Pero por lo que me
decía una mujer, el grupo estaba arriba y se habían asomado y estaban firmando.
Maria, a mi lado, empezó a llorar desconsolada.
Antes que ellos salió la telonera Camryn (@camrynrocks). No
conocía sus canciones, solo conocía las que cantó que no eran de ella. Tampoco
hacía falta telonero, ya estaba el ambiente bastante animado. Casi a las 9 salieron los chicos y el grito aumentó
de calibre. Con un espectáculo de luces en la pantalla aparecieron Harry,
Liam, Niall, Zayn y Louis y el público enloqueció. Maria empezó a chillar y a llorar. Grabó el concierto
con la cámara, pero no creo que se vea nada de tanto movimiento.
Fue empezar el concierto y todas nos pusimos a saltar y a cantar
como locas. Para los que me conocen y leen el blog, o los que solo leen el
blog: Sí, yo también, también me gustan. Como ya he dicho otras veces, tengo un
gusto musical muy variado. Y porque un grupo de chicas jóvenes de la edad de
Maria puedan gritar como locas, no quiere decir que todas lo hagamos. Aunque
puede que yo lo hiciera también… El caso, que sí, que me gusta One Direction,
que me lo pasé genial en el concierto, salté tanto que me alegro de haberme
puesto deportivas, salté tanto que el lunes aun tenia agujetas, me lo pasé tan
bien que casi ni recuerdo cosas de tan entregada que estaba. Aunque hubo un
momento que me preocupé por Maria, supongo que fue en el momento en que empezó
a hiperventilar. Pero tranquilos, sigue viva. Aunque de todo el concierto, y
sin ofender a One Direction, mi momento preferido fue cuando Nur se giró hacia
mí sonriendo tanto como podía, con los ojos brillando y me gritó “¡Es el mejor
regalo del mundo!”. Solo por eso ya habría valido la pena aguantar gritos de directioners,
hacer una cola inmensa e incluso animar a Maria que no paró de llorar. Nur y yo
disfrutamos del concierto como nunca. Yo quería hacer algo juntas antes de que
se fuese de Erasmus en agosto a Noruega, creo que lo he conseguido. Nos lo
pasamos tan bien que no descartamos intentar ir a otro concierto.
Tengo 191 fotos del concierto. Núria hizo fotos geniales, pero tengo que elegir entre todas. |
Sobre las 11 acabó el concierto y Maria seguía llorando después
de pasarse todo el rato saltando, gritando, llorando e incluso agarrándome del
brazo. Así que Alba, Nur y yo intentábamos animarla. Bajamos a los camerinos a
pedir agua, estaba cerrado ya, pero el chico fue muy simpático y al ver como
estaba Maria nos sacó un vaso gigante de agua. Luego le preguntamos que quien venía
a por ella y nos esperamos fuera con ella hasta que llegó su madre. La pobre
niña seguía llorando. Yo
estaba sufriendo por la pobre niña, por si de verdad estaba disfrutando el
concierto. No sé porque lloraban tanto, yo estaba contenta, me lo pasé muy bien,
vi al grupo, conocí gente nueva muy simpática y tengo un viaje inolvidable con
mi hermana.
Cuando llegó la madre de Maria nos despedimos, la pobre seguía
llorando. Resultaba que Alba tenía el
hotel también cerca de Atocha y pensamos en coger un taxi juntas. ¿Os podéis
creer que no había ni un taxi libre? ¡Y hablamos de Madrid! Caminamos calle
abajo para alejarnos un poco del Vistalegre para ver si encontrábamos algún
taxi y nos esperamos en una parada de autobús. Aquí una mujer nos dijo que ella
había llamado para pedir un taxi y estaban todos ocupados. Nuestro error fue no
mirar si podíamos volver en autobús al hotel. Pero en un momento de lucidez
mental vi que había un autobús que ponía “Cibeles” así que le dije a Nur y a
Alba que subieran, que Cibeles está más cerca de Atocha que el Vistalegre. Pero
nuestra suerte no acabó aquí, porque el autobús paró justo en Atocha. Bajamos
allí y nos fuimos las tres a cenar y allí comentando el concierto, enseñándonos
las fotos, intercambiando twitters y whats app pasamos el rato y llegamos al
hotel a las 2 de la mañana.
A las 8 de la mañana Nur se levantó a ducharse. Yo lo intenté,
pero tenía las piernas molidas de tanto saltar y bailar. Luego estuvimos un
rato más tiradas en la cama viendo las fotos y recogimos la habitación. A las
10 nos fuimos a la consigna de Atocha a dejar la maleta y a desayunar. Luego
nos fuimos al parque del Retiro que Nur quería verlo. Llegamos allí con la idea
de aprovechar el tiempo y seguir estudiando. Nos sentamos en un banco y a los 5
minutos para mí ya era evidente que no podía estudiar. Recogimos los trastos y
nos pusimos a caminar sin rumbo por el Retiro hasta que llegamos al estanque.
Allí estaban las barcas con la gente, los patos y un montón de puestos con
artistas callejeros. Desde un violín y un arpa, títeres bailarines, un
malabarista, mujeres que leen la mano (más no, gracias). Creo que esto fue lo
que más nos gustó de la ciudad.
Comimos pronto y luego nos fuimos a Atocha a por la maleta y nos
sentamos en cualquier parte. Al
llegar a Valencia a las 5:30 de la tarde estaban nuestros padres esperándonos
para recogernos y me di cuenta de que Nur estaba más sonriente que nunca, no sé
si ella se dio cuenta. Yo también estaba contenta, ha sido un gran fin de
semana sola con mi hermana, en un gran concierto y conociendo a gente nueva muy
simpática. Y además mi hermana está feliz. ¿Es que puede haber algo mejor?
Ahora, cada vez que Nur y yo escuchemos alguna de las canciones
de One Direction no solo nos acordaremos de la experiencia del concierto, nos
acordaremos de la visita rápida a Madrid, de la cara que puso cuando le regalé
las entradas en Navidad y de la emoción que las dos teníamos aunque ninguna
gritase ni llorase.
Después de esto, la suerte me ha sonreído. No sé si por la
gitana, si por volver más relajada después de gritar y saltar, no sé. No sé porque,
pero estoy más tranquila, más optimista y la suerte me sonríe. Preguntadles a
mis amigas.
Voy a ponerme emotiva, os lo digo por si queréis dejar de leer. Muchas
gracias a Nur por participar en uno de los mejores fines de semana de mi vida y
porque cuanto más mayores somos mejor nos llevamos, gracias a mis padres por no
enfadarse cuando vieron lo que costaban las entradas y por la frase “Con lo mal
que está la cosa, no hace falta que nos amarguemos nosotros más”. Gracias a
Alba por ser tan simpática, con gente así vale la pena ir a los concierto.
Gracias también a Maria por ser un cielo, aunque casi me dejase sorda. Gracias a los de
seguridad y los sanitarios que obviamente hicieron un gran trabajo. Y esto no
lo van a leer, pero voy a darle las gracias también a One Direction, porque si
no hubiese sido por ir a su concierto no hubiese pasado este gran fin de semana
ni le hubiese hecho a Nur este regalo tan genial para ella. Y gracia a vosotros por leer este post tan largo, si habéis llegado
hasta aquí os merecéis un gran aplauso.
Mirad la vida de forma positiva, no os preocupéis por cosas que
no son importantes, disfrutad de la buena compañía, de un buen concierto, de un
buen partido, de lo que sea. Disfrutad de lo que os gusta, no os preocupéis por
lo que pueda pasar porque todo tiene solución. No os preocupéis si pasáis una
mala racha porque las rachas se acaban, os lo digo por experiencia. Si queréis
hacer un viaje, hacedlo; si queréis ir a un concierto, id. No os dejéis cosas
por hacer, porque el arrepentimiento de no hacer algo es peor que el de haberlo
hecho y viviréis toda la vida con el “¿y si…?” en la mente. En serio, disfrutad
de la familia, los amigos, las aficiones, las celebraciones, los días, las
noches, el verano, el otoño, el invierno y la primavera. Disfrutadlo todo lo
que podáis. Escribid algo cuando estéis contentos, felices y positivos y volved
a leer eso en el momento en que estéis tristes y en una mala racha. Todos os merecéis
ser felices, disfrutar de las cosas buenas y tener grandes recuerdos que contar
a vuestros nietos.
Me vais a hacer decirlo… ¡os quiero gente!
¡Sed Felices!